17

35 2 0
                                    

Sakito


Estaba harto del sonido de mi celular, me llegaban mensajes sin parar durante todo el día. Varias veces pensé en apagarlo, pero eso de estar incomunicado no era lo mío. Moví el cuello ligeramente mientras caminaba hacia mi departamento, sentí la punzada de dolor directo hasta mi espalda, tal vez debería ir al médico después de todo. No era aficionado a usar el elevador aunque la verdad estaba demasiado cansado y adolorido como para subir las escaleras.

Sin preocuparme en exceso abrí la puerta de mi departamento, todo iba muy bien hasta que sentí a alguien tomarme de la camisa y azotarme contra la pared. Sabía perfectamente quien era, así que sólo solté un pequeño gemido lastimero debido al golpe y la impresión del impacto.

—Tardaste mucho —me dijo en mal japonés la persona que me tenía acorralado contra la pared.

—Tuve que ir a la escuela —contesté a duras penas, pues su cuerpo se presionaba fuertemente contra mi, impidiéndome respirar adecuadamente. Además que su lengua ya estaba lamiendo con fervor mi lóbulo.

Rodeó con su brazo mi cintura—. Mientras esté en Japón no deberías ir a la escuela. Tengo pocos días para estar aquí como para no aprovecharte al máximo —apretó con fuerza mi trasero.

—No creo que sea buena idea —dije con sinceridad. Sin embargo su mirada cambió en un instante y entonces supe que había cometido un error, por mas mínimo que fuese—. Allen, yo...—ya era demasiado tarde, el daño estaba hecho. Lo único que pude hacer fue cerrar los ojos cuando sentí el fuerte agarre de su mano en mi cabello tirándome derechito al piso.

Caí en cuatro un poco mareado por el forcejeo. 

—¿Sabes? Por un momento pensé que estabas cuestionándome —dijo con ese tono autoritario que tanto odiaba. No me moví ni un centímetro, ni dije nada—. No lo estabas haciendo, ¿verdad? —preguntó irónico. Negué fervientemente, eso no evitó la fuerte nalgada que recibí—. Sería estúpido de tu parte ser un insolente después de tardarme tanto en entrenarte. A menos que estuvieras buscando el castigo intencional —me soltó otra mas fuerte que la anterior, el gritó que solté pudo haberse tomado rápidamente como un gemido.

Había conocido a Allen en un bar exclusivo para extranjeros, ni siquiera había sido mi intención conocerlo. Estaba ahí...trabajando...sí, trabajaba ahí de mesero, convencido que pronto podría mantenerme solo y estar...con Shou sin ningún problema. Era bastante ingenuo.

Allen se la pasó insinuándose toda la noche, yo no le seguí la corriente ni un segundo. Yo estaba perdidamente enamorado de Shou, no me interesaba nadie mas. Toda la noche se la pasó insistiendo y no nada mas fue esa noche, la que le siguió a esa y otra mas.

Finalmente una noche, harto de mis rechazos me acorraló en el baño. 

—Te deseo —me dijo abrazándome por detrás.

Sonreí maliciosamente—. Que bueno, yo no —traté de zafarme, no me lo permitió.

—Me gustan así de insolentes, disfruto mas entrenándolos. Doblegando su voluntad hasta que quedan humillados pidiendo por mas —dijo con una voz que me heló la sangre—. Dime, bonito. ¿Cuál es tu precio? —me soltó.

Ladeé la cabeza—. No necesito tu dinero y para tu sorpresa, no puedes comprarme —sonreí dispuesto a marcharme.

—Que raro —me detuve para escuchar lo que tenía que decir, permanecí dándole la espalda—. Dudo que en este lugar ganes el suficiente dinero para mantener el departamento que posees —me giré bruscamente sorprendido de lo que decía—. Te sorprenderías la cantidad de contactos que tengo —fue su turno de sonreír—. Dime, ¿tu noviecito, sabe? —cerré los puños dispuesto a romperle la cara—. Cálmate, yo no soy celoso, te aseguro que disfrutaras ser mi amante. Te puedo enseñar cosas que jamás imaginarías, no tendría ningún problema con que tuvieras otro amante. Aunque estoy seguro que el tal Kazamasa Kohara no estaría muy contento de saber que su novio es una vil prostituta —su mirada se tornó oscura.

Fast & Beautiful [The Gazette Aoiha]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt