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Reita


Llegué, el tiempo se había desvanecido. Creo que en lugar de hacer las dos horas usuales hice menos de hora y media, lo cual fue sorprendente cuando estacione el Viper y vi a Sakito saliendo de su Camaro. Ambos estábamos afuera de la reja donde me había roto el brazo, vi hacia adentro. Y pensar que en algún lugar de esa enorme habitación estaba Kai, suspiré realmente deseando que no le pasara nada.

—¿Cómo llegaste tan rápido? —le pregunté a Sakito cuando llegó a mi lado.

—Estaba más cerca que tu, asumí que vendrías hacia acá. Además —apretó con fuerza el celular que traía en la mano—. Mana quiere verme —explicó haciendo una mueca. Parecía estar luchando contra si mismo, no me atreví a preguntarle qué pasaba.

Acercó la mano a la reja, no sé qué esperaba, que se abriera, que nos recibiera alguien. Solo supe que la reja se abrió. Temblé por el recuerdo de los perros, esto no era una buena idea, teníamos todo en contra.

—La policía no debe tardar —dijo Sakito dando un paso—. Esto ya se volvió un caso de secuestro, acaban de cavar su propia tumba, ¿no? —quiso sonreír mientras se adelantaba con cuidado, él también debía recordar a los perros.

Llevábamos la mitad del jardín recorrido cuando vi a los matones acercarse rápidamente hacia nosotros, fue difícil reaccionar. Además, qué iba a hacer un niño como yo contra siete tipos de esos. Había uno muy grande, rapado, lo recuerdo porque fue él quien me soltó un puñetazo que me hizo caer. No sé quien me tomó por los hombros arrastrándome hacia dentro, logré divisar a Sakito a quien llevaban casi cargando por la cintura mientras forcejeaba para zafarse.

Trataba de caminar, pero era casi imposible, entre el forcejeo y el tipo llevándome, mis pies no lograban mantener el equilibrio. Caí de rodillas en lo que reconocí como la sala de la gran mansión que habíamos visitado en tan diferentes circunstancias. Escuché los gritos de Sakito y pensé lo peor, se lo estaban llevando hacia las escaleras y a mi me estaban dejando ahí. Me pregunté en cual de todas estas habitaciones podría estar Kai.

—Vaya, vaya —la voz de Gackt llegó a mis oídos—. No deberías estar aquí Akira, deberías estar cumpliendo tu parte del trabajo —dijo con sorna. La patada en el estomago nubló mis sentidos por un momento. Yo seguía arrodillado y no me permitían subir la cabeza para verle la cara a ese idiota.

—Tampoco Kai y aquí estamos, ¿no? —respondí con sarcasmo esperando otro golpe que no llegó.

—¿Realmente son tan estúpidos para pensar que podrían hacer lo que quisieran y salir ilesos de esto? —se burló—. Incluso involucraron a la policía —podía ver en su sombra que estaba haciendo ademanes exagerados—. Siempre pasa lo mismo con los niños ricos, creen que pueden hacer todo lo que quieren y salirse con la suya, las cosas no funcionan así en este mundo. Aquí quien manda soy yo, soy yo quien tiene el suficiente poder para matarlos a todos y salir impune de esto, no importa cuantos millones tenga tu familia. Tu hiciste un trato y no lo cumpliste, estas son las consecuencias —se agachó escupiendo cerca de donde yo estaba—. Mátenlo —dijo después a uno de los matones.

Y supe que sería mi fin.

-x-

Kyo

Ese par de estúpidos, como se les malditamente ocurrió irse sin esperarnos. Dejé a Takanori en la comisaría, sin embargo, fue difícil lograr que el departamento nos dejara a mi y a Shou guiarlos a la mansión. Claro que, no contaban con la velocidad que podía alcanzar mi Corvette, en menos de quince minutos los habíamos dejado atrás.

Fast & Beautiful [The Gazette Aoiha]Where stories live. Discover now