Capítulo 18 - Cena en casa de los Bremen

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Canción en multimedia: Blame it on the kids [AViVA]

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Capítulo dieciocho: Cena en casa de los Bremen

Narra Jayden:

El día de los Santos Inocentes ha sido, desde que tengo memoria, un día en el que nos reunimos con nuestra familia paterna, comemos y pasamos la tarde juntos. Ha sido un acontecimiento importante para mi padre y nuestro tío desde que eran pequeños. El uno de noviembre cumplía años su padre, mi abuelo, que lamentablemente falleció antes de que yo tuviera la oportunidad de conocer, así que, tanto de niños como de adultos, se juntaban en su casa para celebrarlo. Cuando murió, papá y el tío Reynold no dejaron la celebración a un lado, sobre todo con el trasfondo de la fecha así que, todos los años, nuestros tíos vienen a casa, o nosotros a la suya, alternando según el año.

Es algo importante para esta familia, tanto que incluso Asher ha vuelto del internado para pasar el día con nosotros. Lily, por supuesto, se ha puesto el vestido blanco con flores bordadas que Asher le regaló para que se lo vea puesto. Ella ha esperado, sentada frente a la puerta de casa, toda la mañana. Incluso ha desayunado ahí, conmigo haciéndole algo de compañía mientras esperaba a nuestro hermano con una emoción que nadie podría quitarle.

Ahora, cuando mamá avisa de que Asher ya ha llamado diciendo que está a sólo un par de manzanas de aquí, Lily empieza a correr de un lado a otro. Saltando emocionada.

Nuestro hermano vuelve a casa.

No llevamos tanto sin verle, estuvo aquí todo julio, pero tres meses son suficiente como para que Lily lo sienta como una eternidad, sobre todo porque es el segundo año que él está estudiando fuera y ella ha empezado a sentir sus marchas como algo más doloroso. Verle de vuelta la ilumina por completo.

—¿Puedo abrir yo? ¿Puedo? ¿Puedo? —ruega, con las manos juntas y su más amplia sonrisa.

Tiene once años, pero ahora se ve como una niña de cinco de nuevo. Espera con las manos en la puerta hasta que mamá le dice que puede abrir y, cuando lo hace, no espera más. Se lanza como una bala al jardín, gritando el nombre de nuestro hermano antes de que él siquiera pueda bajar del taxi. Le da tiempo justo a cerrar la puerta y dar un paso fuera antes de abalanzarse sobre él.

—¡Asher, Asher, Asher! —grita.

El taxi se va y la bolsa que Asher carga cae al suelo mientras él trata de tener un buen agarre para que Lily no caiga. La aparta un poco, le dice algo que nadie más puede alcanzar a escuchar y pellizca su mejilla antes de que la sonrisa de Lily aumente y ella vuelva a dejarse caer contra Asher.

Lily ya no es la niña de seis o siete años que cargábamos fácilmente, sigue sin pesar mucho, pero aun así o se hace con los dos brazos, o apenas se puede, más que nada por lo inquieta que es. Asher sabe eso y puedo ver su rostro crisparse al ver su bolsa en el suelo y a nuestra hermana todavía en sus brazos.

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