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Uno de los días en que por fin les habían permitido verse otra vez, Hoseok y Taehyung se hallaban los dos acostados en el patio del menor, mirando hacia las estrellas. Era de noche y las señoras Kim y Jung se encontraban dentro de la casa, cuchicheando sobre cosas de amigas. Así que ante la atenta vigilancia de ambas madres, los dos amigos estaban sobre el cesped mirando hacia las estrellas y la luna.

Si antes ya era lo suficientemente malo, tanto Tae como Hoseok ya no aguantaban estar separados durante mucho tiempo, así que sus madres, en razón de mejorar el humor de sus hijos, dejaban que pasaran tiempo juntos solo si ellas estaban presentes. Lo que se traducía en que ambas madres podían verlos a través del ventanal del comedor.

—¿Qué piensas, Taehyungie? —preguntó el alfa, sin realmente mirar al menor.

—¿Te gustan las estrellas, Hoseokie hyung? —preguntó Tae en cambio.

El alfa miró el perfil del menor y sonrió suavemente.

Había algo suave respecto a la noche. La brisa que corría estaba tibia por el verano y había un pequeño susurro de autos a lo lejos. Incluso había algo suave respecto a Taehyung, que usaba una voz lenta y dulce al hablar, mientras su cabello se mecía suavemente con la brisa. Hoseok más tarde recordaría esos momentos con nostalgia, porque, a pesar de ser tan jóvenes, reconocía pequeños momentos en los que realmente había amado la vida.

—Las estrellas me recuerdan ese día en que insistimos a tu padre para que las pegara en el techo de tu habitación—respondió él, con la misma suavidad y lentitud que usaba el todavía no presentado omega.

Tae soltó una pequeña risita suave.

—Sí, también recuerdo eso, pero sobre todo las estrellas me recuerdan a ti, hyung—respondió él, como quien no quiere la cosa.

El corazón adolescente de Hoseok se detuvo por un momento y luego comenzó a latir con mucha rapidez. En ese momento no sabía muy bien que estaba sintiendo, pero fue una de las primeras veces en que el alfa notó inconscientemente que lo que sentía por su patito no era meramente una amistad.

—¿Por qué dices eso, patito?

El niño pareció pensarlo un poco.

—Porque... porque brillas mucho, ¿lo sabías?

Hoseok se sonrojó un poco, rascándose la parte trasera del cuello, pero sin embargo, bromeó:

—¿Porque soy el chico glitter?

Hoseok sintió más que escuchó la risa de Taehyung.

—No, no es eso—canturreó el menor, todavía mirando el cielo con esos ojitos brillantes. Era una de las primeras veces en que hacía una especie de confesión de manera consciente. — Es porque mi lobo y yo nos sentimos parecido últimamente. Nos gustó mucho tu presentación. —Había un pequeño rubor cubriendo sus mejillas, pero aún así no se detuvo. —Se siente como si mil estrellas brillaran y donde miraras hubiera algún pequeñito punto de luz titilando y se siente tan cálido como esos días en que hace mucho frío y nos escondemos debajo de las mantas para no tener la punta de la nariz fría—dijo entre risas cálidas hasta que su voz se fue extinguiendo durante un momento y luego susurró, con una voz que sonó muy madura para su edad: — Me siento muy a salvo junto a ti.

La pancita de Hoseok se retorció y, como no supo qué responder en ese momento, buscó inocentemente la mano de Taehyungie y la apretó. La sonrisa del omega era tan tibia y suave que incluso su corazón se hinchó.

Sentía muchas por cosas por Tae a pesar de tener solo trece años y haberse presentado recién. Sentía cariño y un amor al que todavía no podía ponerle nombre, sentía la necesidad de protegerle y a su lobo, siempre posesivo y protector, le hacía muy bien saber que Taehyung se sentía a salvo con él.

Y envueltos por el aroma protector que Hoseok inconscientemente estaba expeliendo alrededor de ellos, se quedaron así, en silencio, tomados de la mano y mirando la vasta inmensidad del cielo nocturno y las estrellas. 

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¿Ustedes también tienen personas como las estrellas en sus vidas?

WITHOUT YOU || Omegaverse || HopeVWhere stories live. Discover now