Capítulo 8.

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Dentro, observó a Justin precipitarse al interior e inspeccionar la madera astillada, las muestras de empapelado y los instrumentos que estaban dispersados por todas partes. ______ cogió una sábana salpicada de pintura del suelo y la colocó alrededor de sus hombros. Él no dio muestra de reconocer su acción. Por suerte, su falta de atención no desalojó la sábana. Lamentablemente, elcolorido lino hacia poco para desmerecer su masculinidad. Él podría sostener una caja de tampones en una mano y un monedero en el otro y de todos modos ella no dudaría de su virilidad.
- ¿Si somos de mundos diferentes — preguntó ella —, cómo conoces mi lengua?
- ¿Crees que no sería capaz de aprender tu primitiva lengua a lo largo de todos estos palmos pasados? — parecía enfadado, ofendido y divertido a la vez.
Ella abrió la boca para explicar que no dudaba de su inteligencia, que simplemente se había preguntado si, también, fue a través de la magia, pero en cambio, dijo:
- Si eres lo bastante listo como para aprender una lengua entera, ¿qué clase de bloqueo mental te impidió aprender sobre la liberación de la mujer?
- Conozco todo sobre la igualdad de derechos y esas otras tonterías, pero lo que aprendí no es lo que a ti te gustaría. Aprendí que tu raza comenzó a debilitarse en el momento en que sus hombres perdieron sus instintos de guerrero.
- Bueno, tal vez lo que pasa es que no tuviste los profesores adecuados. — Con los puños apretados dijo — Vamos a la sala de estar y te enseñaré una cosa o dos sobre el poder femenino.
Por fin él giró aquellos alarmantes ojos cafés hacia ella.
- Cuando entre en esa "sala de estar" contigo, no será para hablar.
Cambio de planes.
- ¿Tienes sed? — Salió precipitadamente y sin esperar su respuesta dijo — Desde luego que la tienes. Has sido incapaz de beber desde la Edad de Piedra. Te buscaré algo. Tengo una nevera en mi camioneta. — Con eso, ella corrió hacia el frescor del aire nocturno.
Él rió suavemente, y susurró las palabras
- No escaparás de mí esta noche — que la persiguieron todo el camino hasta su vehículo.
Justin en Sarr sintió como sus labios formaban una sonrisa mientras observaba a la pequeña bruja corretear lejos. Y era una bruja, aunque ella lo negara, ya que había oído su voz, sentido su urgencia, mientras residía dentro de la piedra algo que ninguna otra mujer había hecho durante su extenso confinamiento.
Su sonrisa siguió creciendo mientras se la imaginaba haciéndole a su carne lo que ella le había hecho en la piel cubierta de piedra. Era un macho, después de todo. Un macho sano, lujurioso, de hecho, y había pasado demasiado tiempo desde su último revolcón. Pero entonces, de pronto, su diversión vaciló. Su expresión se oscureció. No podía permitirse ni una pequeña distracción. ______, con sus brillantes ojos ámbar, su toque y su forma de ser, podía ensombrecer su principal objetivo Total, completa libertad. Total, completa venganza.
Muchos siglos habían pasado desde el día en que su maldición había interrumpido en su vida, y aun así, su necesidad de librar las galaxias de Ryan de Locke, de castigar a su hermano del modo más doloroso posible, sólo había crecido profundamente hasta convertirse en una herida ulcerada en sus huesos. Durante todo este tiempo, Justin había acariciado la herida como un amante, abrazando su necesidad de venganza con un solo y decidido propósito. La liberación.
No le importaba el porqué su hermano, el hechicero más poderoso de toda Imperia, lo había maldecido a una vida de miseria y desolación. No, a él sólo le importaba el derrocamiento del bastardo. En las circunstancias óptimas, un hechicero podía vivir durante toda la eternidad, alimentado por la magia. La propia madre de Justin era una antigua sacerdotisa del Druinn y había visto pasar catorce siglos.
Además de esto, el tiempo fluía de manera distinta en cada mundo. Mil años habían pasado aquí, así que ¿cuántos días, estaciones, o siglos habían pasado en Imperia?
No importaba. Ryan estaba todavía vivo. Justin lo sabía, lo sentía.
La venganza sería suya.
Solamente pensar en sus gritos de piedad le provocaba tal sentimiento de anticipación que liberó a sus músculos de su apretado confinamiento. Pero más grande que la alegría de la venganza, sin embargo, era la alegría de volver a casa. Mañana ______ lo conduciría a un psíquico-hechicero, como los llamaban en su mundo y usaría el poder de aquella persona para viajar a través del cosmos. A Casa. Por Elliea, ¿alguna vez había creído que volvería a ser un hombre libre? Soñado, siempre. Pero nunca lo creyó realmente. Hasta ahora.
Cuando compendió por primera vez que la piedra había desaparecido,Justin se olvido de todo pensamiento menos de aquél de volver a casa, y había intentado realizar un hechizo para abrir un vórtice. Aquel hechizo había fallado rápidamente, ya que sus poderes eran, y siempre fueron, inestables.
Se alegraba de ello, aunque eso significara permanecer más tiempo aquí, ya que aún tenia que lograr superar el
segundo requisito del hechizo de su hermano. _______ podría haberlo liberado con su beso, pero su libertad sólo
duraría un tiempo. Exactamente catorce días. A no ser que consiguiera que ella se enamorara de él. Eso era una
crueldad por parte de su hermano, pero su único camino para ser completamente libre.
No volveré a ser una estatua, se prometió sombríamente. No, haría todo lo que fuera necesario para impedir que
la maldición lo reclamara otra vez. Incluso seducir y abandonar a la encantadora ______, ¿y que mejor forma de
ganarse el corazón de una mujer que llevándosela a la cama?
Justin sabía que ______ le deseaba, y no creía que le llevara más de una noche seducirla. Él simplemente le
daría el mayor placer sexual que hubiera conocido nunca. Ninguna mujer, salvo aquellas que no tenían corazón
para dar, podría protegerse contra tal asalto. Tenía experiencia en esto de los corazones despiadados, y sabía,
por observar a ______ estos últimos días, que ella no era para nada como Maylyn, una moza completamente
despreciable, y la única mujer a la que él había sido lo suficientemente tonto como para amar una vez.
Tomando un profundo aliento, se imaginó que el aire estaba cargado con los olores majestuosos de Imperia.
No había ninguna otra tierra que marcara tan profundamente su esencia en el interior de un hombre, casi como si se
fundiera con un muy viejo y querido amigo. No había ninguna otra tierra que llenara su vacío interior. Ninguna
otra gobernada por los principios místicos, donde la magia era alabada y la dominación masculina aceptada.
En aquel momento, Justin estaba lleno de un sentimiento de desesperación, de una gran añoranza que lo engullía a
la velocidad del relámpago. Sin duda esta noche se haría eterna. Frunciendo el ceño, arrojó lejos el paño que
cubría sus hombros. El suave material se deslizó hasta el suelo. Usando la actividad física como una salida para
sus emociones, ejercitó la persistente rigidez de sus miembros. Al principio sus movimientos eran lentos e
inseguros. Pero cuando la sangre se precipitó a través de sus venas, recordándole que realmente estaba vivo, sus
revoltosas emociones se calmaron, así como sus gestos.
- He vuelto — gritó ______ un poco más tarde, con un extraño tono, aún cargado de forzosa alegría. Ella
caminó por la habitación sin amueblar sosteniendo dos recipientes rojos.
Justin se quedó inmóvil. Observando, a través de sus párpados medio cerrados, como sus piernas acortaban la
distancia restante entre ellos. Tenía las piernas de una doncella guerrera: largas, delgadas, firmes, del tipo que
se cerraban alrededor de la cintura de un hombre y se agarraban hasta el final de una cabalgata.
El pensamiento causó que cada pulgada de su cuerpo se endureciera. El seducirla no sería ninguna carga. De hecho,
estaba más que listo, más que dispuesto, a empezar. El contacto humano le había sido negado durante demasiado
tiempo.

Estatua ~Justin Bieber y tú~ [TERMINADA]  By: JavieraWhere stories live. Discover now