Capítulo 51.

152 8 0
                                    

Ella gritó cuando su virginidad cedió ante su paso, cuando su increíble estrechez lo envolvió. Él se quedó inmóvil mientras las uñas de ella se clavaban en su espalda y profería quejido tras quejido.
- ______— susurro él contra su oído, luchando por no empujar, luchando por darle más tiempo para adaptarse. Esta mujer valiente y apasionada era, no, había sido virgen. Él era el primero, el único hombre que la había llenado completamente, que alguna vez había estado enterrado en ella, y ese conocimiento estuvo a punto de terminar con su control.
¿Cómo había podido esta encantadora criatura llegar a su edad sin haber conocido el toque de un hombre?
¿Eran los hombres de su mundo unos idiotas? Justin sacudió la cabeza asombrado, por supuesto, lo eran. ¿Cómo si no habían dejado este premio intacto? El placer, la sorpresa y el temor se clavaron en interior. Él no era ningún idiota. La había querido, la había necesitado, y luego la había tomado. Él era el único hombre que había visto a _____ tan ardiente, el único que había oído su nombre de sus labios. Qué regalo tan dulce que le había dado, un regalo que atesoraría todos los días de su vida.
- ¿Ya hemos acabado, Justin? — ella preguntó vacilantemente. Sus dientes mordisqueando su labio inferior.
Él le dirigió una amplia sonrisa.
- No, mi _____. Aún nos falta mucho tiempo para terminar.
- Ah. — Sus piernas se enredador alrededor de su cintura, enviándolo más profundamente en su interior. Ella se estremeció.
Él casi gimió ante la exquisita sensación.
- ¿Te hice daño?
- No.
Pero él sabía que sí, y también sabía que necesitaba más tiempo para adaptarse a su tamaño. Él jamás se había acostado con una virgen, por lo que no sabía, exactamente, cuánto tiempo debería permanecer quieto. No mucho tiempo, esperaba, ya que el sudor ya perlaba su frente y sus músculos le exigían que se moviera. Sus músculos ya pedían más. Pero estaba decidido a terminar tan despacio como había comenzado.- - Avísame cuando estés preparada — gruño él. Sus intenciones se resquebrajaban rápidamente, al igual que su control.
Su aliento soplaba sobre su mejilla. Ella movió las piernas experimentalmente, enviándolo aún más profundo en su interior. El movimiento lo volvió casi loco de deseo. Si ella se arrepentía ahora, si no le decía nada, no estaba seguro de si sería capaz de detenerse.
- ¿Justin? — el tono de su voz no presagiaba nada bueno para él.
- ¿Si?
- Muévete — dijo.
El temor se apoderó de él, desesperado y doloroso.
- Simplemente dale algo más de tiempo. Te sentirás mejor cuando te acostumbres a mi presencia. Sólo dale tiempo — repitió él casi ferozmente.
- No — ella rió bajito, una risita rica y ronca que fluyó sobre él como la miel espesa y dulce —. No quiero que te alejes. Quiero que te muevas dentro de mí.
La comprensión lo iluminó, y con ello, sus músculos se pusieron en acción. Como una presa que se hubiera desbordado, él se hundió en ella, luego se retiró, una y otra vez, agradeciendo a Elliea por enviarle a esta mujer. En aquel momento, hasta podía habérselo agradecido a Ryan. Enganchó sus rodillas con sus brazos, abriéndola más, apretando más contra su centro. Ella ronroneó como un pequeño y dulce gatito.
Él alcanzó entre sus cuerpos y presionó su dedo pulgar en su clítoris. Ella jadeó, gritó. Sintió sus paredes internas apretarse y temblar contra él, y se movió más rápido. Más duro. Más profundo. Sólo cuando oyó que gritaba su nombre se derramó en su interior.


Cuando la última convulsión disminuyó, él permaneció donde estaba, rodeado por su esencia. Con cautela, la miró fijamente. Los ojos de ______ estaban cerrados, y parecía estar dormida. Había sido la más intensa y satisfactoria experiencia de su vida, pero él no tenía fuerzas para meditar el por qué en estos momentos. Por Elliea, ni siquiera estaba seguro de que fuera capaz de moverse alguna vez. De todos modos, no quería aplastar a _____ durante la noche, así que, con cuidado para no despertarla, se inclinó ligeramente a un lado. Al cabo de un rato, sus ojos comenzaron a cerrarse, soñolientos, con los sonidos de su respiración llenándole los oídos.
- ¿Justin? — preguntó ______ suavemente.
- ¿¡Um!?
Ella hizo una pausa.
- Nada.
El silencio los envolvió como una gruesa manta.
______ se quedó inmóvil, incapaz de dormir mientras esperaba que le dijera algo, pese a que no le había preguntado nada. Ella no podía ayudarle; ansiaba palabras de elogio, aunque ella ya sabía que había estado bien... Después de todo, su cuerpo no se sentiría tan saciado si ella no hubiera sacudido su mundo como él había sacudido el suyo. Pero al igual que él tuvo que escuchar su consentimiento, ella tenía que oír su adulación. Pero los minutos pasaban y él continuaba tan tranquilo.
- ¿Justin?
- ¿Si,_____?
Otra vez, hizo una pausa.
- Nada.
Su caliente y sedoso aliento sopló sobre su oído, y él se sentó en la cama, de pronto completamente despierto y
con una sonrisa. - Dime lo que estás pensando
*- Buenas noches.
Se enderezó de un salto, golpeándolo en la barbilla durante el proceso.
- ¿Buenas noches? ¡Buenas noches! Bien, te puedes meter las buenas noches por el...
En un segundo ella se encontró tumbada en la cama y con Justin anclado encima de ella.
- ¿Qué quieres escuchar de mí, pequeña bruja?
Enfadada, lo fulminó con la mirada.
- Ha estado mejor de lo que alguna vez podía haber soñado — dijo suavemente.
Bien, eso estaba mejor.
- ¿Y?
- ¿Y qué?
Ella le pegó un manotazo en el pecho.
Él se rió.
- Me debes dinero,_____. Y me gustaría cobrar ahora.
Ella jadeó.
- No te pagaré por el sexo, tú... tú ¡gigoló! De hecho, yo he estado tan bien que creo que tú deberías
pagarme. — Ah, Dios mío, ¿realmente acababa de decir eso?
Él parpadeó.
- Me entendiste mal. Me debes dinero cada vez que dices una palabrota. — Sus labios se estirados en una sonrisa
—. Y cuanto más te acercabas al orgasmo, más blasfemias decías por esa boquita. Y yo — la besó suavemente
después de cada palabra — he amado cada momento de ello.

Estatua ~Justin Bieber y tú~ [TERMINADA]  By: JavieraWhere stories live. Discover now