Capítulo 5 - (Ágata Banks).

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Su pie está encima de mi cabeza mientras aprieto mi abdomen de dolor que me causó, a pesar de enfrentarlo, siempre me cuesta caro, ya llegará el día que pueda con él

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Su pie está encima de mi cabeza mientras aprieto mi abdomen de dolor que me causó, a pesar de enfrentarlo, siempre me cuesta caro, ya llegará el día que pueda con él. No hay lágrimas esta vez, solo dolor, y cada vez duele más.

Si estas peleas continúan día a día, podría decir que ya me queda muy poco.

Escucho la puerta cuando la abren abruptamente y lo próximo que percibo son pasos pesados corriendo hacia algo, me cubro y noto que el pie se quita inmediatamente encima de mí, no puedo levantarme para ver qué sucede, el dolor no me lo permite, cuando miro al suelo, observo un charco de sangre que seguramente proviene de mi cabeza, otra contusión más que agregarme, diantres.

Unas manos se apoderan de mi cuerpo, son suaves y cálidas, mientras que me levantan del suelo, diviso que es mi hermano quién está propiciando golpes a lord Hugh quien yace debajo de él.

–Farid... –hablo con voz débil.

Sin reparar en quién me tiene en brazos, me bajo sin previo aviso, corro hacia Farid y me lanzo encima de él.

–Hermano, por favor –lo abrazo mientras comienzo a llorar, no me gustaría verlo mal si se enfrentara con lord Hugh– detente, detente.

Farid tiene la respiración agitada, parece escucharme puesto que inmediatamente se detiene. Sale de encima de lord Hugh, y acoge mi rostro entre sus manos.

–¿Qué carajo te hizo? –su voz está agitada y llena de angustia.

–No te preocupes...

El dolor punza en mi estómago, haciendo que me retuerza de nuevo. Farid me sostiene, con la preocupación marcada en sus viriles facciones, detrás de él, lord Hugh levanta la cabeza, luciendo confundido por los acontecimientos.

Todo pasó tan rápido.

Está sangrando debajo del ojo derecho, de una ceja y del labio.

–Es mi, mujer –escupe sangre a su lado.

Mi hermano se pone rígido y cuando siento que se devuelve para seguir golpeándolo lo abrazo con toda mi fuerza.

–Por favor, no –digo, luchando contra el dolor.

Farid parece recapacitar y observo que le lanza una mirada fulminante.

–Antes de ser su mujer, es mi hermana y le juro milord que, si vuelve a tocarle, aunque sea una hebra de cabello, lo cuelgo con mis propias manos y lo quemo en la hoguera como si de un brujo se tratara.

Lord Hugh lo mira escandalizado.

–Soy testigo y no dudaré en ayudar a Farid a hacerlo –dice una voz conocida detrás de mí, cuando miro de reojo me doy cuenta de que se trata del señor Devine.

Mi corazón da un vuelco, la situación es la más desfavorable de todas y cabe resaltar el hecho de que me encuentro sabrá Dios con cuantos hematomas sobre el rostro y el cuerpo.

LO QUE NOS HICIERON CREER © [COMPLETA]Where stories live. Discover now