LO QUE NOS HICIERON CREER © [COMPLETA]

Capítulo 12. (Ágata Banks)

Estoy demasiado nerviosa, mi piel se eriza con bastante facilidad y el sollozo de mi madre a mi lado no ayuda, solo sirve para aumentar mi nerviosismo. Enfrente está una de las personas que me arruinó la vida contra una de las personas que siendo externas a mi familia me brindo todo lo que la otra no. Rezo, rezo mucho por la vida de lord Filey, en este momento solo él me importa. Observo como sus hijos lo observan con miradas que demuestran impotencia, dolor y bastante ansiedad, están tan abatidos como yo.

Supongo que esto no era parte del plan, algo me dice que no lo era, tal vez, la determinación en la mirada de lord Filey habla de eso.

El silencio es tortuoso y es el peor sentimiento que he tenido nunca «cómo se sentirá el señor Devine que sí es hijo de él, Dios mío, ten misericordia»

Entre los murmullos de la gente logré escuchar las impresiones que les dio lord Hugh al ser descubierto con la señora de lord Filey, al igual que lord Bridge, lady Farell y él, su reputación ahora ha quedado más debajo del suelo.

Una persona se ofrece para establecer las reglas y hacer el duelo de forma legal y lentamente comienzan a dar los pasos el uno de espaldas contra el otro. Mi corazón late más rápido con cada paso que dan. Es cuando la persona grita para que empiece que decido cerrar mis ojos y escuchar los disparos y los gritos de muchas damas por el estruendo de la pistola.

Abro los ojos y salgo corriendo «Piedad, Señor, por favor, ten piedad» pienso, lágrimas caen de forma descontrolada dentro de mí, corro más deprisa hacia donde ha caído lord Filey.

Me arrodillo junto con sus hijos delante de él, mi madre me alcanza al igual que mi hermano. Los hermanos triples a, tienen en sus rostros la peor muestra de desolación humana, pero cuando decido mirar hacia lord Filey este me recibe con una sonrisa.

–No te preocupes por mí querida, solo me alcanzo el brazo –sonríe débilmente.

Reviso su cuerpo con la mirada para comprobarlo y un aliento –que no sabía que contenía– se me escapa. Lo abrazo fuertemente hasta que noto que se queja un poco del dolor y me aparto, sonrío melancólica.

–¡Ágata, Farid! –grita lord Bridge detrás de nosotros.

Me levanto y me dirijo caminando hacia él, secando mis lágrimas. Nadie está a su alrededor, ni siquiera mi hermano que era su hijo favorito, solo yo, caminando hacia él mientras que lo miro con frialdad. El disparo le dio cerca al corazón, le sangra de forma descontrolada y con una mano encima ayuda a disminuir el desperdicio de sangre.

–¿Hija, acaso no vez –tose– que tu padre se está muriendo?

–Mi padre murió el día que me vendió como objeto y destruyó a mi familia. –digo con frialdad.

–¿Ni aún en lecho de muerte merezco perdón?

–No lo has pedido tampoco y ni aún en lecho de muerte te perdonaré todo el daño que has causado. Lo haré, tal vez, en unos años y de pronto no disfrutes de ello.

–Hija...