Capítulo 11. (Ágata Banks)

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Ya es el quinto día de la semana que lord Hugh se inventó para atormentarme y aún no hemos podido llevar a cabo el plan como lo hemos pensado, tan solo quedan dos días para que todo termine y si no se hace algo pronto, volveré al infierno que he v...

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Ya es el quinto día de la semana que lord Hugh se inventó para atormentarme y aún no hemos podido llevar a cabo el plan como lo hemos pensado, tan solo quedan dos días para que todo termine y si no se hace algo pronto, volveré al infierno que he vivido siempre.

Lord Hugh ha cambiado en los últimos días y para la misericordia de Dios no ha vuelto a tocarme una sola hebra del cabello, seguramente porque cada vez que se acerca hacía mí, tiene los pares de ojos de los hermanos triple a sobre él.

Mi hermano y mi madre, me han estado pidiendo que los mantenga al tanto de todo plan que elabore con la familia Devine, pero la realidad es que no hay nada nuevo. Todos seguimos comportándonos como habíamos determinado hace ya unos días, pero no hay ningún progreso y menos estoy informada de algo nuevo, esto me es verdaderamente frustrante.

Hoy, lord Hugh se inventó para nuestros invitados, un pequeño baile matutino junto con el desayuno, donde anunció que en la tarde espera que tengamos un pequeño tiempo de caza.

Estoy sentada a su lado en el salón, viendo a los jóvenes y doncellas bailar, mis manos reposan juntas sobre mis piernas, el vestido que escogí para hoy es de tonalidad azul y al parecer fue la tonalidad más escogida por la mayoría de damas en la instancia. A lo lejos encuentro a mi madre con lord Bridge, tensa como siempre y con un rostro que ya ni se esfuerza en demostrar felicidad, ella tiene la mirada perdida mientras que lord Bridge habla con alguno de sus colegas, mi hermano se encuentra muy cerca de ella, hablando con su esposa y de vez en cuando le dirige una mirada como a mí, cosa que me tranquiliza un poco. Suspiro pesadamente.

–Esta semana ha transcurrido sin complicaciones de tu parte querida –dice lord Hugh a mi lado.

Tan solo escucharlo ya me es fastidioso, aun así, decido responder con calma.

–Así es, milord –asiento sin mirarlo.

–Me sorprende tu actitud Ágata –deposita una mano encima de la mía, pero a diferencia de muchas veces, no aprieta.

Mi ser interior grita, pero me obligo a controlar mis nervios. Hago un gran esfuerzo de no retirarle mis manos.

–Pareciera que fueras otra –sigue él.

–Estoy exhausta milord, es todo.

–¿Exhausta de qué? –se ríe– una dama como tú que tiene toda esta mansión, esclavos que te ayudan hasta para respirar, que solo se la ha pasado llorando estos últimos cinco años y que no ha dado herederos seguramente porque está seca, ¿de qué ha de estar cansada?

Volteo a mirarlo y esta vez todo el desprecio que siento sale a flote, me doy cuenta que mi rostro lo muestra porque su sonrisa se ha desvanecido de forma abrupta y, a pesar de que me he contenido estos días, hoy no.

–No estoy exhausta milord, me equivoqué –digo con toda la calma que me es posible– Estoy harta de su inmunda compañía y le doy gracias a Dios por no haber tenido ni un solo niño proveniente de usted. Aun estando casados, para mí, un hijo suyo, siempre sería un bastardo.

Hay pocas personas a nuestro alrededor, lo que reconforta de no estar haciendo un gran escándalo. El rostro de lord Hugh se sonroja de forma exagerada, sus ojos están como platos y puedo jurar que hay venas latiéndole descontroladamente por el cuello. Su mano se aprieta más en las mías, a lo que inmediatamente reacciono poniéndome de pie.

–Iré por una bebida, permiso –disimulo educación y escapando así de las consecuencias de mi más grotesco comentario. Jamás había tenido que recurrir a decir algo tan horrible, pero el progreso del plan para deshacerme de él me tiene con los pelos de punta. Necesito que esto funcione, lo necesito.

Mientras camino hacia el bufet, observo de reojo al señor Devine, viéndome atentamente mientras sus hermanos platican. Cuando llego al bufet, él se acerca.

–Prepárate –susurra mientras pasa a mi lado luego de coger una copa de brandy.

«¿Para qué?» pienso, debido al plan, ignoro su comentario recobrando la compostura, una luz de esperanza se enciende en mi interior. Los nervios me ganan y la copa de champan que agarro me delata, por lo que la pongo en su sitio de nuevo. Empiezo a pasar una mano sobre la otra para calmarme, exhalo e inhalo. Mi hermano aparece por mi lado.

–Debes anunciar que en el ala Norte hay una sorpresa para los invitados Ágata –dice mi hermano tomando una copa de licor. Me mira con determinación.

Tengo la intención de preguntar por qué, pero algo me indica a que solo obedezca. De pronto, miro hacia donde abandoné hace un momento a lord Hugh y no lo encuentro allí, lo busco por la instancia y tampoco lo encuentro. Para mi sorpresa, buscándolo a él, noté también que no están ni lord Bridge, ni lady Farell. Mi corazón se sobresalta.

Agarro de inmediato cualquier copa y cualquier utensilio de plata y comienzo a golpear la copa. La orquesta deja de tocar la sinfonía, las parejas dejan de bailar y los demás invitados voltean hacia mí. Carraspeo un poco para obtener firmeza en la voz.

–Queridos invitados, antes de empezar con la actividad de caza, mi esposo y yo decidimos darles una grata sorpresa ubicada en el primer salón del ala norte de la mansión, así que apresurémonos todos para disfrutarla –sonrío a todos.

Los invitados murmuran con sonrisas en su rostro, al parecer con gran expectativa y junto con ellos nos disponemos a ir al ala Norte.

Hay muchos invitados delante de mí, estamos cerca de la puerta del salón, pero antes, unos se detienen y comienza a gobernar el silencio entre todos. Un grito de una mujer se escucha en la habitación.

–¿Qué demonios significa esto? –se escucha otro grito a través de la puerta, al parecer de mi padre.

–Querido, puedo explicártelo –voz que parece ser la lady Farell.

«¿Qué está sucediendo?» me sorprendo y pidiendo permiso, abro paso ante la multitud delante de mí, hasta encontrarme de frente con la puerta.

–Crees que encontrarte encima de este bastardo no es suficiente explicación... Tú eres mi amante, eres una pe....

Se escucha un estruendo adentro, estoy paralizada, el señor Devine junto con lord Filey se depositan a mi lado y con determinación abren la puerta. 

 

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LO QUE NOS HICIERON CREER © [COMPLETA]Where stories live. Discover now