Somewhere only we know✨ // warmi

Prólogo

Narra Mimi

Enero 2013

Apenas había llegado a Madrid junto a mi hermano y llevaba sólo tres meses en la universidad, pero me había convertido en una de las mejores luchadoras de mi curso.
Nada más empezar, nos dieron un folleto con diversas actividades extraescolares que favorcerian nuestra trayectoria en la universidad. Después de barajar las opciones y ver cuál era la mejor, junto con mi hermano, Ricky, nos decantamos por boxeo.

Ricky, era mi hermano mayor, nos llevábamos cinco años pero para nada se notaba la diferencia entre nosotros. Él estaba terminando algunas asignaturas pendientes del último curso de su carrera de filología inglesa, mientras yo no había hecho nada más que empezar magisterio.

Elegí boxeo porque según él, era la única actividad extraescolar en la que me podía ganar algo de respeto entre todos los universitarios, sumándole el buen rendimiento físico que tenía y algunas técnicas aprendidas en el gym.

Todos los días entrenaba un par de horas, quizás esa fuese el detonante para que nunca terminará la carrera, apenas tenía tiempo de estudiar y lo que empezó siendo un simple hobbie adoptó más importancia que mi propia vida profesional.

Competí todos los meses de los tres años que estuve en la universidad y llegué a convertirme en la mejor, hasta tal punto que mi entrenador, Manu, me llevó a competir con otras universidades de Madrid e incluso de fuera del país.

Fue allí donde conocí a Ana, Ana Guerra, dos años más pequeña que yo pero con un coraje y una fuerza arrasadora, estudiante de filología inglesa y gran amiga de mi hermano a pesar de la gran diferencia de edad.

Nunca nos llevamos bien, se suponía que antes de la competición estaba la amistad, pero con ella era imposible, quizás por nuestro carácter o quizás por que siempre acabábamos las dos luchando por el premio final.

Luchabamos mirándonos frente a frente, mordiéndonod los labios, callándonos miles de cosas y soltando una tensión y unas ganas de comernos que por aquellos momentos no sabía lo que significaba. Quizás ese sería otro factor de porqué nos llevábamos tan mal, el deseo y las ganas hacía que discutieramos constantemente, ¿mi problema? Por aquel entonces no tenía clara mi orientación sexual, y supongo que ella tampoco, de haber sido así, alguna de las dos hubiéramos dado el paso y las cosas hubieran ido a mejor, o a peor ¿Quién sabe?

El 17 de Mayo de 2016, luché mi último combate por ver quien se llevaría el premio a la mejor boxeadora en la liga universitaria, y una vez más luché contra ella.

Entre en el vestuario y me preparé con la ayuda de mi entrenador.

- Ya sabes Mimi, cuando la veas, le deseas buena suerte y ya está, educación ante cualquier rivalidad - me recordaba mi entrenador mientras me colocaba las vendas en las manos.

- Está bien Manu.

Estaba peinandome cuando entró ella, tan chulita y con ese chándal que me encendía bastante.

- ¿Preparada Ana War? - me giré para mirarla de frente.

- ¿Prepara tú para perder? - me respondió con otra pregunta.

- Eso ya lo veremos guapa, te espero en el ring - salí disparada de allí y me encontré con mi hermano.

Me dió las fuerzas necesarias para salir y darlo todo.

Y así hice, me tiré prácticamente todo el duelo atacando, no era la técnica que tenía preparada con Manu, pero el tenerla delante, de esa forma, no me hacía nada bien y solo tenía ganas de pegarle, por todas esas veces que discutimos en vez de besarnos.

Y gané, igual me pasé de fuerza y le hice más daño del que quería pero gané y el título me lo llevé yo, fue una bonita forma de despedirme de esta etapa de mi vida y centrarme en algo que me hiciera feliz, más allá de luchar y estudiar una carrera que mi madre había elegido por mi.

Entré con la adrenalina por las nubes después de que toda la sala gritara mi nombre y me hicieran entrega del título de vencedora y allí estaba ella, frente al espejo curandose las heridas que yo misma le había provocado.

- ¿Estas bien? - me acerqué a ella - ¿quieres que te cure? Parecen profundas.

- Enhorabuena - me miró a los ojos - y no hace falta.

- Venga, dejame, esas heridas te las he hecho yo y si me dejas curarlas me sentiré un poco mejor.

Entonces ella me dió la gasa y el bote de agua oxigenada y seguí haciendo su función.

- Eres buena Ana, muy buena - ella no dijo nada - ¿sabes que me retiro verdad? - ella encarnó una ceja acompañada de una mueca de dolor debido a la herida que tenía en la frente.

- ¿y eso? - dijo

- No voy a terminar la carrera, no me gusta y además llevo muchas pendientes de estos años atrás.

- Vaya... - susurró -

- Quiero que seas tu ahora la que ganes todos los premios, ya que no voy a ser yo quien los consiga - reí y me echó una cara de asco - ya enserio, eres muy buena y confío en que acabarás con cada mujer que se ponga delante.

Y esa fue la última y quizás la primera conversación que tuvimos dejando a un lado la rivalidad.

Unos meses después dejé la carrera, me costó más de una charla con mi madre pero gracias a mi hermano pudimos hacerle entender que no quería dedicarme a eso.
Poco después retomé las clases de baile que daba antes de entrar a la universidad y después decidí apuntarme a canto y para que mentirnos, no se me daba nada mal.

Ricky terminó la carrera al fin y decidimos mudarnos los dos a un piso en Malasaña, más céntrico pero alejado de la gente.
De vez en cuando íbamos al pueblo a visitar a nuestra madre pero a decir verdad, no teníamos apenas tiempo libre.
Ricky trabajaba de recepcionista en un hotel y yo a pesar de dar clases en una escuela de baile a mocosos estaba barajando la posibilidad de creer algo nuevo en el mundo de la música.

Fue entonces cuando nació Lola Índigo, un grupo formado por mi y cuatro amigas mías que desde el primer momento confiaron en mi.

Con el lanzamiento de mi primer single "Ya no quiero na" obtuvimos un éxito de la hostia, tal fue el impacto en los jóvenes, que Ricky tuvo que dejar su trabajo y centrarse en ser mi manager para organizar todo lo que estaba por venir.

Todo estaba yendo sobre ruedas hasta que me la volví a cruzar en mi camino...

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Hola! perdonad por lo que acaba de pasar pero se nos había pasado publicar el epílogo y nada de esto tenía sentido🙄