Cumpleaños

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Narra Mimi

Aterricé en Madrid de madrugada, cosa que agradecí ya que estaba bastante cansada y a estas horas el aeropuerto estaba bastante tranquilo.

Pedí un cabify que me estaba esperando en la puerta cuando yo salí de recoger mi maleta, me monté y cuarenta y cinco minutos después llegué a mi casa.

Metí mis llaves en la cerradura y las giré cuidadosamente para no hacer ruido, después volví a echar la llave y subí arriba.

No pude evitar mirar la habitación de Ana y verla tumbada a todo lo ancho de la cama y durmiendo plácidamente, y como una madre, le cerré la puerta para que los ronquidos de Ricky no la molestasen.

Llegué por fin a mi cama y con lo que traía puesto, que era bastante comodo, me quedé dormida.

Me desperté más temprano de lo que me hubiese gustado y todo porque se me olvidó bajar la persiana la noche anterior y odiaba, pero odiaba mucho dormir con luz.

Aproveché y antes de bajar a desayunar deshice mi maleta, pero la tuve que dejar a medias porque no podía parar de escuchar murmullo en la plata baja y mi instinto cotilla me dirigió hasta las escaleras.

- ¡Sorpresa! - fue lo primero que escuché cuando tuve visión del salón. Y acto seguido todos los presentes empezaron a cantar "Cumpleaños Feliz"

Tuve que mirar la fecha en mi móvil para darme cuenta de que era mi cumpleaños y que con todo lo del viaje de Galicia se me había olvidado.

- ¿Pero que hacéis aquí todos? - achiné los ojos para poderles ver la cara a los que allí estaban - ¡Patri tia ¿que haces?!.

No me lo podía creer, allí estaban mi familia y amigos de huétor.

- ¿Tu te crees que yo me voy a perder un cumpleaños tuyo? Tía Míriam que cumples 27 años ya - me decía mi amiga Patri cuando me lancé a sus brazos.

Saludé de uno en uno a todos, mi madre, mi padre, mi tía, mis amigos del pueblo, estaban todos, menos mi abuelo y mi abuela, que no tuve que preguntarle nada a mi madre para saber que era imposible que ellos estuvieran aquí y que tendría que ser yo la que viajará hasta Huetor si quería verlos.

Ricky estaba con mamá, era el niño de sus ojos y yo estaba poniéndome al día con mis amigos del pueblo, pero no pasé por alto que Ana estuviese en el marco de la puerta de la cocina, con el móvil, un poco incómoda por la situación.

- ¿Te presento a mis amigos del pueblo? - ella levantó la mirada del móvil.

- Hola Mimi - rió - ¿te ha gustado la sorpresa?.

- ¿Fue cosa tuya? - ella negó.

- De Ricky, aunque yo ayudé que lo sepas - no dudé en rodearla con mis brazos, que mona es - déjame que te presente a mis amigos.

La cogí de la mano y la llevé donde estaban todos.

- ¡Illo! Esta es Ana, mirad que guapa es - Ana se puso rojisima ante la presentación.

- Pero si se parece a la Ana con la que luchabas y tanto te gust... - añadió Patri.

- Es que es ella - le corté rapidamente antes de que la cagara- pero ahora como que nos caemos mejor que antes ¿verdad Ana Banana?.

- Así es - sonrió.

Pasamos la mañana en familia, comimos pizza que pedimos y hasta bien entrada la tarde ahí estabamos todos juntos.

Sin embargo a eso de las 8 de la tarde mis padres se tuvieron que ir de vuelta al pueblo, no quería dejar por más tiempo a mis abuelos solos, asique nos despedimos prometiendosle que la próxima vez seríamos nosotros los que iríamos al pueblo, mis amigos si que se quedaron, para salir de fiesta y rematar el día con mis amigos de Madrid.

Somewhere only we know✨ // warmiOù les histoires vivent. Découvrez maintenant