Viaje III

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Narra Mimi

Andé cinco minutos que son prácticamente los que se tardaba en llegar a casa de mi abuela, llamé al portero y en seguida su dulce voz me respondió.

- Soy yo abuela, abre -

- ¿Míriam? -

- Si - respondí entrando en el portal.

Me subí en el ascensor hasta el cuarto piso y cuando llegué mi abuela me estaba recibiendo en el rellano.

Me lancé a sus brazos y ella me acogió con fuerza, se me escaparon algunas lagrimillas, porque hacia bastante tiempo que no iba a visitarlos y me sentía culpable por ello.

- Mi Míriam, estas más mayor ¿eh? - me separó de sus brazos para mirarme mejor y luego volverme a acunar - anda entra que tu abuelo te está esperando.

Entré en la casa donde tanto tiempo había pasado y fue inevitable recordar cuando era pequeña y jugaba con mi abuelo, el mismo que ahora mismo no sabía ni quien era, al fútbol en el pasillo.

- Esta en la salita Míriam, ya mismo voy yo pa' ya - me dijo mi abuela desde la cocina.

Entré y allí lo vi, en su sillón de toda la vida, con su camisa de cuadros azules de siempre, su boina en la cabeza y el Canal Sur en la televisión.

- ¡Abuelo! - me abracé a él conteniendome - soy yo tu Míriam - le dí varios besos en la mejilla y pude ver su mirada perdida.

- Marcial es la niña que ha venido a pasar unos días a casa de la Inma - oí a mi abuela detrás mía.

- Abuelo te veo tan guapo como siempre - cogí una silla y me senté a su lado - ¿has visto que mayor estoy?, dentro de poco cumplo ya 28 años - no sabía que decirle porque el no me respondía.

- No te preocupes Míriam si es que apenas habla ya - me dijo mi abuela apenada - pero no me vayas a llorar ¿eh? - dijo inmediatamente cuando me vió con los ojos llorosos.

- Es que se me hace un poco duro - intenté decir.

- Lo sé niña, pero son cosas de la vida, ya estamos muy mayores y algo nos tiene que pasar, pero tu siéntete orgullosa, cuantas de tus amigas con 28 años conservan a sus cuatro abuelos, ¿eh? ¿pocas verdad? -

Y era cierto, conocía a poca gente que tuviera el privilegio de conservar a los cuatro abuelo, o bueno dos como mínimo, asique me tenía que sentir afortunada de ello.

- Y bueno, ¿que te trae por aquí?, tu que nunca vienes al pueblo ya - me sacó tema de conversación mi abuela.

- Pues que con el accidente he tenido un tiempo de parón de conciertos y como tengo mucho tiempo libre quise pasarme por aquí a veros - expliqué.

- Es verdad que me dijo tu madre que te habías roto un hueso, ¿como estas ya? -

- Mucho mejor, con rehabilitación y eso estoy bien, además que me han cuidado muy bien en Madrid -

- Tu hermano ¿no?, que a ver si viene por aquí Ricardo que ese si que no quiere saber nada de Graná - se quejó mi abuela.

- Bueno Ricky ha estado conmigo, pero la que más Ana, no la conoces pero algún día te la presentaré, ella ha sido la que me ha traído aquí a desconectar - le dije con una sonrisa.

- ¿Ana?, me suena algo de que tu madre me la ha nombrado, es tu novia ¿no? - yo asentí un poco avergonzada - pues mira tu que bien, ya va siendo hora de que te busques a alguien y te cases Míriam, que yo con tu edad ya estaba embarazada de la tercera.

- ¡Uy abuela!, pero la gente de hoy en día no se casa tan pronto - dije riendo - me encantaría casarme con Ana la verdad, pero no creo que sea ya -

Somewhere only we know✨ // warmiWhere stories live. Discover now