Viaje II

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Narra Ana

Salí de la ducha un poco más apresurada de la cuenta, porque se nos echaba el tiempo encima y teníamos que llegar pronto para no dar mala impresión o eso pensaba yo.

- Amor, ¿tú ya estás vestida? - le pregunté a Mimi entrando a la habitación para coger la ropa que me iba a poner.

- Si, tranquila que vamos bien de tiempo - dijo apoyándose en el marco de la puerta y observándome.

- No me mires así, vamos tarde - le reproché con una sonrisa mientras me vestía rápido.

- Ana - suspiro - escúchame - intentó decirme.

- No, Mimi venga ayúdame a ponerme esto - sin rechistar se colocó detrás de mí y me colocó el colgante mientras yo me miraba en el espejo recolocándome el pantalón - voy a coger los pendientes - intente escapar de la habitación como una bala pero Mimi me cogió del brazo y me giró hasta ella.

- Ana - yo la miré - tranquila, va a estar todo bien, no es una cena oficial de novias ni nada por el estilo - ante ese comentario no pude evitar reírme - mi madre te conoce y mi tía te va a conocer hoy - suspiró - y no te preocupes porque le vas a caer genial - dejó un beso sobre mis labios a modo de calma.

- Lo siento, es que estoy muy nerviosa - ella me sonrió tierna - pero ya se me pasa - la besé.

- ¿Me lo prometes? - me preguntó.

- Si - sacó su dedo meñique y yo lo entrelacé con el mío a modo de promesa - por nosotras - y nos fundimos en un beso en el que se esfumaron los miedos.

El camino se hizo bastante ameno, estuvimos hablando un poco de la infancia de Mimi en su pueblo, de como era ella de pequeña, y me la podía imaginar perfectamente por cómo ella lo describía todo.

Me imaginaba una niña rubia con unos ojos verdes que te cautivaban si los mirabas menos de un segundo, un poco "repipi", pero a la vez muy cariñosa y sobre todo una niña con una imaginación y unas ganas de aprender y crear impresionantes.

Siempre había escuchado la frase: creer es crear y Mimi era un gran ejemplo de ella.

Al llegar a nuestro destino empecé a ponerme nerviosa de nuevo y Mimi volvió a tranquilizarme.

- ¡Hola Mamá! - gritaba la rubia abrazándose a su madre - has visto que ya estoy bien, lo de la pierna no ha 'sio na' -

- Anda, anda, la próxima vez vas y vuelves a ponerte en mitad de la carretera con los cascos - mientras ella le reñía yo estaba en la puerta riéndome silenciosa ante aquella situación - ¡pero Ana!, que guapa estás ven aquí anda - la mujer se percató de mi presencia y se separó de su hija para abrazarme a mí y la verdad es que en ese momento me sentí como una más de la familia - mira Maricruz, esta es Ana - Inma me presentó a la tía de Mimi.

- ¿Que tal estáis? - pregunté.

- Mu' bien hija, no nos podemos quejar - me dijo con esa sonrisa que tan bien conocía y es que, no podía evitar ver a Inma y ver reflejada a Mimi - venga pasa, que está empezando a refrescar y te vas a quedar helá' - me cogió del brazo y entramos hacia dentro.

- Pero si es verano mamá, no hace frío - le reprochó Mimi.

- ¿Pero tú porque tienes que seguir siendo igual de contestona? - le dijo Inma -

- Joder mamá que era una broma - después de esto Mimi se llevo una colleja bastante sonora por parte de su madre - ¡ay! - decía mientras se acariciaba la zona perjudicada.

- Que no digas palabrotas Miriam, te lo tengo dicho -

- Pero si tengo casi 28 - susurró ésta resignada.

Somewhere only we know✨ // warmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora