Séptimo intento: 20 años.

2.6K 350 241
                                    

Fue un duro trabajo intentar convencer a Joaquín de salir de la habitación, incluso Emilio debió ayudarlo a vestirse para salir rumbo al club donde trabajaba Naveen, confiando en que él lograría animarlo. A pesar que el mismo Emilio haya comenzado a replantearse ciertas ideas de su vida respecto a lo que busca y necesita, no podía lanzarle una bomba de esa especie a Joaquín.

'Oye amigo, recuerdo tus palabras cuando estabas drogado y en serio no puedo creer que la gente deba sentir una atracción hacia un órgano sexual en vez de los sentimientos de otra. Me siento útil a tu lado y en serio me potencias demasiado. Terminé con Lucifer por lo mismo, porque quizás tú eres todo lo que necesito y no necesito buscar más. Prometo aceptarte con tu sadomasoquismo e incluso tolerar descargas eléctricas para hacerte feliz, como también acepto tu fetiche de personajes Disney y prometo ser el mejor Emilio águila del mundo entero'

No, no podía.

Naveen, para el poco tiempo que lo conocía, realmente había sido una excelente compañía para Joaquín. Estaba con mucho más ánimo y energías, sabía que cantaba de vez en cuando en el bar-karaoke, pero considerando que fue una coincidencia topárselo aquella vez, por obra de Mateo, esperaba paciente que el mismo castaño se lo comentara.

Aquello aún no sucede.

Joaquín realmente estaba desanimado siendo guiado por Emilio, quien tenía su brazo enredado con el de él para arrastrarlo. No tenía las intenciones de observarlo como acostumbraba, ni mucho menos sentirse emocionado por ser su centro de atención. Dudaba superar a corto plazo la muerte temprana de su madre, había dejado una herida demasiado grande en su corazón...

La que dudaba que sería capaz de sanar aún con un millón de besos...


No había que ser un genio para darse cuenta que Emilio lo llevaba hasta Naveen. Sin duda que este chico lo hacía sentir vivo, le entregaba ánimos y la locura que tanto necesitaba, pero aún así, Joaquín no encontraba la motivación suficiente como para dedicarle una sonrisa.

Al entrar al club, todo el mundo danzaba, bebía y sudaba, y Joaquín realmente envidió que los asistentes dejaran sus problemas tras las puertas, no como él que arrastraba su tristeza como si fuera una parte importante de él, que estaba arrastrándolo desde el otro brazo.

—¡Ahí está Naveen! —chilló Emilio por sobre la música y Joaquín encontró al hombre a unos metros, en la zona vip bebiendo en una esquina un mojito, una de sus bebidas alcohólicas favoritas.

Ambos se dirigieron hasta la zona exclusiva y él de inmediato se puso de pie para ir a recibirlos. Cuando Naveen observó a Joaquín, Emilio notó un poco de preocupación en su rostro que rápidamente se esfumó cuando existió un contacto visual con su mejor amigo de ojos miel.

Les dio un espacio, donde Naveen saludó a Joaquín con un casto beso en sus labios y le brindó unas caricias en la mejilla para después bajar hacia sus hombros y atraerlo en un abrazo. Con rapidez el castaño enredó sus brazos en la cintura del chico y apoyó su cabeza en su hombro.

—¡Iré por bebidas! ¿¡Algo en especial, Joaco!? —preguntó Emilio otra vez y su castaño amigo se separó unos momentos de Naveen.

—Un daiquiri —comunica, a lo que el ojinegro asiente para dejarlos solos.

Emilio por supuesto que no va de inmediato a la barra, primero que todo le da una vuelta a la zona vip, que tiene una vista hacia todo el club, sobretodo la mesa principal y el pequeño escenario donde los dj ponían las mezclas. Veía el descontrol en ciertas pupilas y bailes que estaban a un paso de ser actos sexuales, pero eso no era de su gran interés, así que decidió pasar a la barra luego de reconocer el perímetro.

KISSES 「emiliaco」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora