Cuarto todo: 22 años.

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La lengua caliente y palpitante del rizado, se deslizó lentamente por el cuello del hombre castaño de rizos, los cuales eran prisioneros de la bronceada y gran mano de Emilio, que lo obligaba a elevar su rostro y estirar su cuello para facilitarle el acceso. Joaquín estaba con sus largas piernas a cada lado de las caderas de Emilio, con el cálido tacto de la otra mano del pelinegro, en una de sus posaderas, motivándolo a restregarse sobre él.

Joaquín tenía sus profundos ojos mieles prisioneros en sus párpados, que lo obligaban a evitar la figura de Emilio y sólo dedicarse a concentrarse en el tacto, en las sensaciones que le provocaba cuando se restregabaa sobre él, mientras sentía como su lengua acariciaba su cuello.

Emilio movió su mano y con ello, la cabeza de Joaquín, para atraerlo a él, donde sus narices estaban a sólo un centímetro de tocarse, donde los ojos se enfrentaron. Negro profundo contra miel destellante, ambos buscando más del otro, ansiandose,  deseándose.

—Soy la persona que más te conoce —la voz ronca de Emilio hizo a Joaquín erizarse, que aquella dureza en sus pantalones tuviera aún más vida. Jamás se imaginó que Emilio estuviera así por él, que él con sus gestos, con su presencia y sus actos, lograran despertar a un Emilio que lo deseara tanto como él —Y por lo mismo, esto será diferente.

Emilio guió sus manos hasta las caderas de Joaquín y con facilidad, lo levantó de su regazo, para luego levantarse y darle la espalda, quitándose la camiseta y lanzándola por el corredor mientras se dirigía a la habitación del castaño, quien por supuesto, no estaba dispuesto a quedarse atrás.

La curiosidad siempre había sido su gran enemiga, y estaba más que claro que Emilio conocía ese hecho puntual, sin embargo, se había atrevido a utilizar ese recurso en su contra. Despertándolo, invitándolo a conocer a que se refería con 'diferente'.

Llegó hasta su habitación con sus pupilas dilatadas, con sus manos desesperadas por tocar a Emilio, cada centímetro de su piel, por delinear sus tatuajes, por ser estrechado entre sus brazos, por lamer su salada y bronceada piel. Incluso tenía tanta curiosidad por saber cómo luciría Emilio sudado, cómo se sentiría dentro de él, cómo callaría sus gemidos con besos apasionados, con lenguas batallando una contra la otra. Su piel pedía a gritos a Emilio, su piel necesitaba de su lengua, de sus respiraciones que erizaran sus vellos.

Fue recibido en su habitación con un profundo beso, con los labios de Emilio restregándose con los de él, donde todo tenía más color, donde ambos desprendían calor y más temperatura, queriendo acoger al otro. Las manos de Emilio estaban en el cuello de Joaquín, mientras su dedo pulgar acariciaba de forma lenta su garganta, como si pudiera tocar sus gemidos, mientras que Joaquín aún intentaba convencerse de que aquello no se trataba de un sueño, ni de las fantasías del limbo, por lo tanto tenía en sus manos el cabello suave y rizado de Emilio, firme entre sus largos dedos.

—Perforación en el labio inferior, infectada. 19 años —susurró al terminar el beso, para luego acercarse y morder el labio de Joaquín, logrando que este gimiera en voz alta con sus ojos abiertos.

Emilio se alejó unos centímetros del castaño y tocó con sus manos el torso de este, llegando hasta el final de su camiseta, donde coló los dedos y la tomó entre ellos, para así lograrla deslizar hacia arriba para desvestir al castaño.

Joaquín al ver que estaba en las mismas condiciones que Emilio, se acercó y guió sus labios a los de Emilio para dar un beso brusco, pero para luego separarse y deslizar su lengua por su cuello, intentando conectarse con su pulso, intentando sentir qué tan acelerado estaba, si tanto como él o menos. Sus manos no querían quedarse atrás y con sus lamidas, logrando gemidos de Emilio, logró voltearse en la habitación, mientras que sus manos se dirigieron al comienzo del pantalón de este, colándose en su interior, tocando por encima del bóxer la erección, sorprendiéndome por la dureza de este, pero antes de continuar, Emilio rompió el contacto cuando lo lanzó a la cama.

KISSES 「emiliaco」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora