La chica que conoció #Kloss

Capítulo 18

Coramora, 03 de Octubre del 2018

El techo de su habitación parecía lo único llamativo que había a las tres de la mañana, Axel no podía dormir, llevaba más de una hora despierto sin ningún progreso. Por su mente sólo aparecía la imagen de Jane y sentía que estaba reviviendo la historia de hace nueve años.

Ya no era solamente chico conoce a chica y se separan, parecía más bien un chico conoce a chica, se separan pero ella regresa y quiere acabar con toda su razón. Ya no era el mismo chico de dieciséis años que se enamoró de ella, ahora tenía veinticinco y no sabía realmente lo que sentía.

Se había hecho creer que ella era historia pasada, pero cuando la vio, cuando la sintió tan cerca, tan real...cada momento fue revivido ante sus ojos. Y sintió tener dieciséis años una vez más.

Odiaba esa sensación, se sentía vulnerable cada vez que recordaba ese momento. Sus dieciséis habían sido buenos, pero tuvo tantas desilusiones que recordarlo era como si viviese ese momento nuevamente.

Tomó su celular que estaba sobre la mesa de noche y buscó el número de Jo, sabía que estaba despierta porque Jo solía tomarse las madrugadas para escribir, y más cuando estaba cerca las grabaciones de su nuevo disco. La llamó y no tardó mucho en que ella contestara.

—Ax, que estés llamándome en este momento es raro, ¿qué sucede? —preguntó—. ¿Pasó algo?

—Sí, es esa sensación otra vez—mencionó—. Creí que si veía nuevamente a Jane y ella me correspondía podría sentirme feliz pero no siento que esté ni cerca.

—Quizás debes entender que a pesar de que en ese momento fuiste feliz, has crecido y tu felicidad tiene otros términos.

—A veces siento que me obsesioné con alguien que nunca estuvo pendiente de mí. Me siento estúpido por ese error.

—Todos cometemos errores, la clave está en detectarlos y cambiarlos.

—Me siento culpable, Jo, como si no es debido que esté haciendo esto.

— ¿Hacer qué? —preguntó ella, eso llevó a Axel a analizar más la situación. Era cierto, se sentía culpable pero ¿culpable de qué? ¿Por qué?

La culpa tenía muchos niveles, también tenía diferentes variantes de ser, pero la solución para aliviarla era conocer qué te la genera. Axel no estaba seguro, no había nada que pudiese indicar su culpabilidad pero aun así existía en él ese sentimiento.

—No sé, no quiero ser el otro chico, ¿comprendes? Siempre he pensado que debes de amarte muy poco para aceptar ser el tercero en una relación.

— ¿Crees que eres el tercero?

—Realmente ni sé lo que soy para ella—respondió y suspiró, se acomodó un poco y continuó hablando—. No es la misma.

—Los años te hacen madurar, te cambian.

—Pero engañar a tu novio no lo veo como un acto maduro—respondió—. Lo veo incluso como una traición hacia ti mismo, hacia lo que eres.

—Vale—dijo—. ¿Y hablaste con ella sobre eso?

—No—confesó—. Hemos hablado pero no toca el tema del novio y sé que está con él. Sé que siguen juntos aunque no me haya dicho nada.

— ¿Y te gusta estar ahí? —preguntó—. ¿Te gusta el no saber?

—Uno es más feliz siendo ignorante, ¿no? Es lo que dicen.

— ¿Entonces qué es lo que no te gusta? No te comprendo—comentó, Axel suspiró, ni él se comprendía a sí mismo.