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Me encontraba solo sentado en la mesa del salón, todos se habían marchado hace media hora

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Me encontraba solo sentado en la mesa del salón, todos se habían marchado hace media hora. Mi mejilla reposaba en la mesa, mantenía los ojos cerrados. Sé que no me encontraba en una posición demasiado cómoda, pero al menos podía descansar un buen rato de las incomodas voces de los demás, además de su presencia. Desde que me desperté en el palacio no hay muchas veces que estoy solo, aparte de cuando duermo por las noches.

—¿No tienes cama en donde dormir que vienes a la mesa a hacerlo? —la voz sarcástica de la chica con pelo azul hace que todo mi buen humor y mi descanso se vaya a la mierda en un segundo.

—Vete por favor, antes de que pierda los papeles por tu culpa —intento contestarle bien. Levanto la mirada y mis ojos recaen en los suyos —, vete a molestar a otra persona que no sea yo.

—¿Por qué buscar a otra persona si tengo en frente a mi juguete favorito? —no me gusta nada lo que acaba de decir. ¿Su juguete? Soy una persona no una marioneta con la que poder jugar cuando ella quisiera.

—Lárgate de una santa vez de aquí Eunika, no te lo voy a volver a repetir —vuelvo a acomodarme en la mesa esperando a que se fuera, pero no escucha sus pasos dándome la confirmación de que se hubiera ido.

Arrastro la silla haciendo ruido y me levanto de un humor que no es muy sano tenerlo a esta edad.

Paso por al lado de ella sin mirarla en ningún momento, oigo que se ríe, pero no me paro y sigo mi camino mordiéndome la lengua para no decir nada.

¿Esta mujer no se cansa?

Salgo al porche de la casa y no me encuentro a nadie, no sé dónde se habrán metido todos pero espero que Bogdan y Aleksy se hayan ido.

Tampoco los quiero ver rondando por aquí, aunque eso no tienen pensado las demás personas que viven ahora bajo el mismo techo que el mío.

—Tan solitario como siempre. ¿No tienes amigos? — ¿Enserio? Parece ser que todos me quieren hacer cabrear de una forma o de otra.

—¿Y tú no tienes una vida la cual disfrutar y dejar a los demás en paz? Patético.

—Es más divertido molestarte —cierro los ojos y sé que en menos de un minuto mis ojos serán rojos.

Al cerrarlos, mi visión se va a un lugar que no lo reconozco ahora, pero a la persona que estaba delante sí. Bogdan está delante de mí, esta solo no le acompaña nadie. Su cara de estúpido se había ido y la remplazaba una de miedo. Miraba a todas partes con temor, por si tenía alguna escapatoria. Mi cara no era de las más bonitas en este momento, parecía que estaba acechando a mi presa.

Estaba oscuro y solo nos veíamos por la luz de la luna que nos enfocaba a cada uno. ¿Cómo habíamos llegado a esta situación? No lo sé.

Mis ojos se abren y están rojos, el humo a mi alrededor no ha aparecido aun, aunque creo que no va a tardar en aparecer, todo mi cuerpo desprende furia. Y antes de que diga algo, hablo yo.

El mundo de ZarekWhere stories live. Discover now