Andrómeda ~ Wos

Treinta y tres.

9 de diciembre de 2018, Buenos Aires, Argentina

Final Internacional de Red Bull

—Tenía mis dudas con la remera, pero se ve genial en vos. —Valentín está apoyado en el marco de la puerta, mirándome con los brazos cruzados y mordiéndose ligeramente el labio.

Lo miro a través del reflejo del espejo y sonrío mientras termino de cepillarme el pelo. Había combinado la camiseta que me habían regalado los chicos con un simple pantalón negro de vestir ajustado y unas zapatillas blancas cómodas, pues las iba a necesitar para el día que venía por delante.

—Te ves hermosa. —se acerca y rodea mi cintura por detrás, abrazándome y quedando así los dos frente al espejo.

—Qué vas a decir tú. —me río un poco.

—La verdad, nada más. —deja un beso sobre mi cabeza.

Le sonrío al reflejo y el suyo me dedica una sonrisa también. Saca el móvil del bolsillo de su pantalón y le saca una foto al espejo donde estamos reflejados. Se apoya en mi cabeza y veo cómo la sube a instagram con la frase "Linda remera, vieron?" y después me etiqueta.

—¿Sabes que he tenido que ponerme el perfil privado? —comento riéndome un poco— Me llegan mensajes bastante extraños desde que la gente sabe que soy tu novia.

—¿Mensajes lindos o mensajes feos? —guarda su móvil otra vez y besa mi mejilla.

—De todo un poco. —reconozco.

—¿Te molestan?

—No. —niego— Agradezco los bonitos e ignoro los feos. —me giro dentro de su abrazo para quedar cara a cara con él— ¿Nervioso? —pregunto dulcemente y niega con la cabeza, mirando ligeramente hacia abajo para mirar dentro de mis ojos.

—Pase lo que pase, ya siento que gané todo con vos al lado.

Se me escapa un suspiro ante sus palabras, pues me causan mucha ternura. Rodeo su cuello con mis brazos, poniéndome de puntitas para besarlo en los labios.

—Te amo. —susurro.

—Te amo. —coincide.

—Vámonos ya o llegaremos tarde. —doy un toquecito en su nariz.

—Mh... —me aprieta un poco más contra su cuerpo— ¿Un rapidito antes de irnos? —lame mis labios despacio.

Me río ligeramente y niego con la cabeza, jugando con el cuello de su camiseta.

—Ya has tenido dos rapiditos "antes de irnos". —hago comillas con las manos.

—A la tercera es la vencida, Andro.

—Vamos a llegar tarde, amor. —digo suavemente.

—¿No lo haces por el futuro campeón? —hace un pequeño puchero de manera adorable. Sonrío y me pongo de puntas sobre mis pies otra vez para besar el interior de su labio.

—Si llegamos tarde no serás campeón de nada. —explico, riéndome un poco.

—Bueno, ya fue. —suspira de manera dramática— Lo tenía que intentar. —se encoge de hombros y besa la punta de mi nariz.