Treinta y siete.

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29 de diciembre de 2018, Buenos Aires, Argentina

Final FMS Argentina


—¡Dale campeón! —gritan todos cuando Valentín levanta la copa que ha ganado tras vencer a Papo en la final de FMS.


Todos le gritan y le vitorean como de costumbre. Él se ríe mientras agita la copa en el aire y yo sonrío en silencio. No existe nada en el mundo que me haga más feliz que ver feliz a Valentín. Durante un momento, sus ojos se encuentran con los míos y brillan. Sonrío hacia él y me devuelve la sonrisa, después me lanza un beso.


—Está loco por vos. —dice Dani a mi lado.

—Y yo loca por él. —respondo todavía mirando cómo mi novio celebra su más reciente victoria con sus amigos, que lo alzan a él y la copa en el aire— Me duele mucho saber que ninguno de los dos estaréis compitiendo en FMS el año que viene. —lo miro.


Dani está bebiendo de su vaso y se encoge de hombros.


—Me cansé tanto de competir. —se ríe y yo hago un puchero.

—¿Qué voy a hacer sin mi primero y mi segundo de la lista compitiendo?


Mi pregunta y mi puchero hacen que Dani se ría un poco más.


—Dejar de ver FMS. —bromea— Nos juntaremos Wos y yo y competiremos para vos. Vas a ser una privilegiada.

—¡Sí! —exclamo feliz y él niega con la cabeza, riéndose.

—Estás loca.

—¿Qué festejas? —mi novio se acerca a nosotros, también con un vaso en la mano pero sin la copa. Miro hacia atrás y veo como la DS3 la tiene y se hace fotos con ella.

—Dani ha prometido que haréis batallas para mí. —digo.

—Yo no prometí nada. —se ríe— Tu novia tomó demasiado, ya está en pedo.

—Eso no es verdad. —pongo los ojos en blanco y doy otro trago de mi vaso.

—Mh, capaz sí tomaste un poco de más.

—Capaz no. —digo y Valentín me levanta una ceja, divertido.

—Si vas a empezar a hablarme argentino decime y nos movemos a la pieza de Wawa.


Me río un poco, si no estuviera un poco borracha, me sentiría estúpida por estar actuando así. Rodeo el cuello de mi novio y él a su vez rodea mi cintura con sus brazos, acercándome un poco más a su cuerpo.


—Vos sos un pibe muy lindo. —en el fondo de mi cabeza, la pequeña parte de mí que todavía está consciente, noto que estoy arrastrando las eses.

—Okey, les daré un poco de intimidad. —se ríe Dani, levantando una mano para despedirse y yéndose.


Sin embargo, no he apartado los ojos de Valentín en ningún momento y él tampoco los ha apartado de mí. Se agacha un poco y acaricia mi nariz con la suya, haciéndome sonreír con ternura.


—No puedo creer que en menos de un año estás viviendo acá conmigo. —sonríe y yo asiento.

Andrómeda ~ WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora