El fantasma de Jeon Jungkook comienza a molestar a su ex novio Park Jimin, quien sin saberlo, casualmente ha comenzado a vivir en el departamento que fue de Jeon, Jimin no tiene idea de porque el fantasma de su molesto ex novio sigue rondando a su a...
Estoy jodidamente solo en un rincón de este lugar, no recuerdo cuanto tiempo llevo aquí, sentado en la oscuridad mientras las arañas tejen sus trampas cerca de mi sin notarme, he visto cientos de bichos morir ahí, he visto como la pintura de las paredes comienza tener leves manchas por que todo esta cerrado, se cuando es de día por la pequeña luz que le filtra entre las cortinas desgastadas ya sin color a causa del sol.
No se cuánto ha pasado desde el primer día que desperté en este rincón, perdido sin saber quien soy, sin saber nada de lo que ocurré fuera de este sitio, no porque no pueda salir sino porque no se a donde mas ir.
Probablemente han pasado semanas e incluso años desde que abrí los ojos y la oscuridad de este departamento me dio la bienvenida a "una vida" de soledad, que se note la ironía, porque justamente vida es lo que no tengo.
No he muerto en este lugar, lo se porque mi cuerpo no esta aquí, así que no tengo idea de porque razón aparecí justo en este departamento, nadie ha venido desde que yo estoy aquí y como no tuve el valor de salir no se donde estoy, tampoco es como si pudiera averiguarlo, porque no recuerdo absolutamente nada.
Estoy en blanco.
Por mas que trato de recordar algo o al menos como he fallecido, nada viene a mi, no hay recuerdos, solo una extraña presión que hace que me sienta ahogado, esa misma sensación me hace querer gritar, pero nada sale y es tan extraño.
No recuerdo nada y tampoco se porque sigo en este mundo cuando se supone debería estar en otro lugar, uno mas tranquilo, donde por las noches no tenga miedo a pesar de ser un fantasma.
Dejo escapar un sonoro suspiro, ya que nadie puede oirme de todas maneras y me pongo de pie, todos los días son iguales, no se que hacer conmigo mismo, vago lentamente por todo el lugar, he intentado buscar algo que me ayude a averiguar que sucedió, pero no puedo tocar nada, todo está lleno de polvo pero no hay nada que me ayude a recordar, no hay fotografias ni ese tipo de cosas.
Me paseo silenciosamente por la cocina y de pronto hay un ruido, ¿son llaves?, hay voces tambien, veo entonces la luz filtrarse por la puerta principal y de un salto me escondo en la alacena vacia, no se quien ha entrado y aun si no pueden verme no quiero causar problemas, las voces se oyen mas claras.
Parece ser un hombre mayor quien habla, por su tono de voz lo presiento, el parece resaltar las cosas buenas de este sitio como si quiesiera convencer a alguien de comprarlo, incluso parece sonar ligeramente desesperado por hacer que quien lo acompaña le haga caso.
Entonces, hay una voz familiar, que me provoca una rara sensación, he escuchado esa voz en alguna parte, las dudas se hacen un nudo en mi cabeza y decidido asomo un poco mi cabeza para ver quien diablos es.
Como supuse, hay un hombre mayor, pero el no me interesa, así que fijo mi atención en su acompañante, hay un chico, esta de espaldas, tiene el cabello castaño y es bajo de estatura, incluso asi de espaldas siento que lo he visto en algun lugar.
Fruncí el ceño, porque principalmente ¿quien se atrevía a invadir mi hogar?, esto era invación al la privacidad, pude haber estado haciendo algo y ellos entraron sin avisar y... no es como si pudieran verme de todas formas.
Su conversación sigue, el anciano parece ser mas insistente, vuelvo a esconderme en la alacena, pero eso no me impide notar que la luz se hace mas fuerte cada vez que los escucho ir de una habitación a otra, mi ceño se frunce, quiero que se vayan, este es mi hogar, ¿como se atreven a invadirlo?.
Estoy muy acostumbrado a mis días de soledad en mi rincón favorito, no quiero que nadie venga aquí de la nada, eso seria raro.
El chico habla entusiasmado ante la idea de vivir aquí y el anciano parece muy feliz con su respuesta, ellos cierran el trato y el castaño dice algo sobre traer sus cosas cuanto antes.
Oh no.
Parece que va en serio.
Me niego a que este niño se mude aquí, este es MI espacio, MIO, no quiero compartirlo con nadie, ni siquiera con el a pesar de que su presencia es extrañamente familiar.
Ambos se marchan mientras siguen hablando sobre la mudanza del castaño.
Salgo de la alacena de mal humor.
Insisto en que no quiero al chico aquí, tal vez, estar muerto puede ayudarme a hacer que se vaya, lo asustaré tanto hasta que decida hacerlo.
Sonrío ante mi gran plan.
Lo siento pequeño, este lugar es mio.
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