ɢʜᴏꜱᴛ ᴏꜰ ʏᴏᴜ (ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ)

25

Mi cuerpo se siente pesado, he estado con Yoongi dos días encerrado en su habitación llena de humo, lo cual llega a ser abrumador pero no tengo a donde mas ir, no he sabido de Jimin en estos días y lo extraño.

En serio lo extraño, me hace falta ver su rostro somnoliento cada mañana, puede sonar exagerado pero estos dos días se han sentido como una eternidad sin el a mi lado, me reprendo a mi mismo porque no debería extrañarlo, hice lo mejor para el, para ambos, aún asi me siento como un idiota.

Por dios, viví cinco años sin saber nada del, ¿por que es tan dificil ahora?

Tal vez porque en aquel tiempo el rompió mi corazón y una parte de mi llegó a detestarlo pero ahora yo le hice daño a el, merezco que me odie.

—¿Estas listo, Jeon? — la voz de Yoongi me hace salir de mis pensamientos y solo atino a asentir debilmente.

Hoy es el ritual de cruce.

Yoongi se ve mucho mas pálido de lo normal y usa ropa extraña, supongo que debe tener algún significado que prefiero no preguntar, estamos en la azotea del edificio de departamentos, hoy el clima es frio y las nubes inundan el cielo como anunciando una posible tormenta, el viento sopla suavemente haciendo que mi cabello se mueva.

Observo el cielo mientras el aire helado choca con mi rostro, desde el día en que le dije a Jimin que lo amaba puedo tocar y sentir como cuando estaba vivo.

Estoy de pie justo en el centro mientras observo a Yoongi decir algunas palabras que no entiendo y no escucho con claridad, el camina a mi al rededor cosa que me pone nervioso, la copa con incienso de pronto parece aumentar su aroma, me siento mareado, hay una mezcla de cosas que llegan a mi, huele a hierbas de distintos tipos, su olor se cruza con el del incienso mientras los murmullos de Min parecen martillar en mis timpanos pero aun asi no entiendo que dice.

Duele.

¿Por qué...?

No se si el dolor que de pronto cruza mi pecho es parte de esto pero no quiero seguir sufriendo, duele mucho, quiero que pare, por favor, no quiero que continue.

¡QUIERO QUE SE DETENGA!

Y entonces solo veo oscuridad...

El ultimo recuerdo de Jimin que tuve cuando estaba vivo viene a mi mente, sus ojos observandome a la distancia antes de subir al auto de su madre y entonces se marcha como si nunca nos hubieramos conocido.

Cuando dejo de pensar en ello de pronto siento mi cuerpo cansado y adolorido, estoy atado a una silla y tambien amordazado, al inicio mis ojos no pueden enfocar nada en medio de la oscuridad, pero tampoco es como si hubiese algo en en lugar donde estoy, solo hay paredes y una puerta a unos cuantos metros, la puerta por donde él entra a observarme, reirse y a veces golpearme como si su vida dependiera de eso.

Por mas que he intentado suplicarle que se detenga y me deje ir a el no parece importarle.

Probablemente llevo solo un par de días cautivo pero se siente como si llevara aquí toda la vida, pierdo las esperanzas con cada día que pasa, pero ese día en especial luego de sobrevivir a otra golpiza el decidió arrastrarme por el suelo y sacarme de ahí, mis fuerzas eran nulas, fui arrojado a la cajuela de su auto y luego de unos minutos escucho como arranca.

No se a donde va pero tengo un mal presentimiento y se que se acerca el fin, mi corazón se agita como un loco e inevitablemente lloro hasta que el auto se detiene luego de mucho tiempo, no tenía idea de que podía llorar tanto pero eso no es importante, la cajuela se abre y el me mira con total repulsión y odio.

Yo lo observo suplicando por mi vida.

Soy sacado con rudeza del auto y vuelve a arrastrarme solo que esta vez por un terreno vacío, nadie pasará por aquí, eso lo se.

—Nunca pensé que me decepcionaria tanto de ti — dice mirandome cuando se detiene y me quita la mordaza.

—¿Por qué haces esto? — mi voz es tan debil pero el terrorifico silencio de este sitio lo ayuda a escucharme.

—Por tu culpa ella me dejó, tu no me dejaste ser feliz, ¿por qué tu si tendrías derecho a serlo? — puedo ver todo el rencor que guarda y me duele al oírlo decir que arruine su vida.

—Papá...

—¡No! Ya no soy tu padre, dejé de serlo cuando decidiste ser un asqueroso marica — sus palabras duelen mas que los golpes que me ha dado estos días.

No puedo creer que mi propio padre me odie tanto solo porque me gustan los chicos.

El hombre que ayudo a darme la vida, el que me sostuvo en sus brazos con emoción cuando me vio por primera vez, ese que me enseñó a andar en bicicleta y era mi modelo a seguir a los cinco años, el mismo que me quiso algún día, el esta a punto de matarme solo por se diferente a lo que esperaba...

—Tu madre me dejó, tu hermano me detesta también y todo es tu culpa, ¿por que no pudiste ser normal? — las lágrimas caen por mi rostro cada que lo escucho hablar — Cuando la madre de Jimin me ayudo a separarte de el creí que te curarias pero no, creciste y te comprometiste con otra escoria igual que tu, me das asco.

Siento enojo al saber que el y la madre de Jimin se pusieron de acuerdo para apartarnos solo porque no estaban de acuerdo, yo amé demasiado a Jimin y el a mi y fui tan idiota de hacerle caso a este hombre, tambien me molesta que insulte a Seokjin, cuando el es el chico mas dulce que he conocido.

—Matame de una vez, es lo que quieres ¿no? — no es como si hubiera otra opción pero no seguiré pareciendo debil frente a el — Vamos ¡matame!, Pero ni con eso mi madre volveria a quererte porque tu eres quien da asco.

Su puño impactó en mi rostro y la sangre de mi boca incluso quedó en su piel, me miraba con tanto odio que supe que el ya no era ese hombre que me cuidó algún día.

—Golpeame cuanto quieras y matame, pero ni eso cambiará el hecho de que mi madre te repudia y tampoco cambiará el que yo haya amado a dos hombres.

—Fuiste lo peor que pudo haber pasado en mi vida — sonreí a pesar de todo el dolor.

Y entonces lo vi sacar su arma...

—¡Jungkook! — mis ojos se abren y comienzo a toser como si el aire me faltara lo cual es estupido porque estando muerto el aire ya no es necesario.

Al inicio no reconozco la voz que ha llamado mi nombre pero cuando me topo con aquel rostro pecoso y esa mirada dulce pero preocupada se que se trata de Jimin, mi Jimin esta aquí.

Probablemente estoy alucinando pero solo logro sonreír como tonto cuando sus pequeñas manos acunan mi rostro y dejo de escuchar lo que dice, solo quiero que siga aquí conmigo, no necesito nada mas ahora.