El fantasma de Jeon Jungkook comienza a molestar a su ex novio Park Jimin, quien sin saberlo, casualmente ha comenzado a vivir en el departamento que fue de Jeon, Jimin no tiene idea de porque el fantasma de su molesto ex novio sigue rondando a su a...
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Jimin le ha avisado a su abuela que irá de paseo porque hace mucho no visita la ciudad, a pesar de que la ha invitado, ella se negó amablemente diciendo que tiene algunas cosas que hacer, así que solo somos el y yo caminando tranquilamente en silencio.
Cuando salí de casa de la abuela, he visto la mía, inevitablemente me sentí triste, me pregunto que hará mamá cuando no me busca, ¿como estará mi padre?, no tengo idea y me siento fatal al no recordarlo a el, al menos de mi madre he recordado algunas otras cosas, como cuando me leía cuentos antes de dormir o cuando nos despedimos el día que yo me marcharía a Seúl para ir a la universidad, ese día lloré junta a ella y le prometí que estaría bien.
—¿A donde vamos? — decido hablar mientras floto levemente, Jimin se enconge de hombros ligeramente mientras oculta sus pequeñas manos en su sudadera.
Su cabello se balancea con el viento y su nariz está levemente roja, dejo caer mis hombros sin saber que hacer mientras pienso como diablos recordaré toda mi vida, no me queda mucho tiempo, aunque tendría la opción del ritual de cruce, pero no tengo idea de que es eso, todo es muy dificil.
—Te gustaba venir aquí — detengo la ola de pensamientos cuando escucho el susurro de Jimin.
Elevo la mirada encontrandome con un pequeño parque de juegos, no luce bien, de hecho esta abandonado ya y la pintura en los juegos de niños ya se esta cayendo, el aspecto no es el mas agradable que digamos, pero en mi mente lo recuerdo distinto, Taehyung, Jimin y yo solíamos venir aquí luego de clases, cuando eramos niños jugabamos alegremente y conforme ibamos creciendo, Park y yo nos escapabamos de clases cuando comenzamos a salir, nos sentabamos en una pequeña area rodeada de árboles y nos besabamos sin preocuparnos de nada realmente.
—Lo recuerdo, tambien me gustaba tocar tu trasero aquí — hablo mientras sonrío y camino por el lugar.
Jimin se sonroja y resopla malhumorado al no poder golpearme como quisiera, por lo que se limita a patear las ojas secas que se desprenden de los árboles y llegan al suelo cubriendo este como si fuese un gran tapete de tonos anaranjados y marrones.
—Te gustaba mucho tocarme el culo — a pesar de todo aquello no suena como una queja, pues hay una sonrisa divertida pintada en sus labios rosados.
—Me gustaba tocarte todo — le sigo el juego mientras veo su rubor cubrir gran parte de sus abultadas mejillas.
—En serio eras un mocoso de hormonas alborotadas — ambos reímos ante tal declaración que no puedo negar.
Tenía quince años cuando comencé a salir con Jimin, realmente tenía ganas de experimentar tantas cosas con la persona que amaba y bueno, tocarlo era parte de eso, es que, ¿quien no querría tocarlo?
—De todas formas no te quejabas — lo miro mientras se sienta entre las ojas secas e imito su acción.
Estar en este lugar es agradable, el silencio que nos rodea me da una inmensa tranquilidad mientras observo las hojas sin vida caer, supongo que los humanos somos con dichas hojas, nacemos hasta marchitarnos con el tiempo para al final caer y abrir paso a nuevas vidas.
