Capítulo 10: El beso

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POV CALLE

-Cuando era pequeña amaba ver el chavo del 8 y uno de mis personajes favoritos era Don Ramón. ¿Qué le parece si lo llamamos así?

Ramón...

Preguntó con una pequeña pero a la vez alentadora sonrisa dibujada en su rostro. Yo tenía mis ojos aun llenos de lagrimas fijos en los de ella; me observaba esperando una respuesta como si nada, sin ser consciente de que en ese momento gracias a ella pasaba de todo.

-¿No le gusta Ramón? -volvió a preguntar al no obtener respuesta alguna de mi parte.

-Me encanta -alcancé a decir mientras acariciaba la cabeza del pequeño que aún se encontraba en brazos de María José.

-Dani...ya no llore por favor... el está bien y lo estará de ahora en adelante.

Mi urgencia de abrazarla en ese momento era casi imposible de contener. Se imaginan tener a la empresaria más poderosa de todo Estados Unidos sentada a tu lado, con un pequeño cachorro en brazos pidiendote de favor que dejes de llorar; con ese tono de voz aspero que solo ella puede convertir en paz...

-Dani... -volvió a decir esta vez posando su mano en mi rostro delicadamente.

Agaché la mirada de inmediato, porque en el preciso momento en el que su mano hizo contacto con mi mejilla sentí que el corazón se me saldría del pecho.

-¿No está feliz? -preguntó angustiada llevando su mano hasta mi mentón y levantándolo suavemente para que mi rostro se encontrase con el de ella. -pensé que esto la pondría contenta, yo...

Y en ese preciso momento el corazón le ganó a la razón. Sin permitirle decir una palabra más, me balancee hacia ella y rodee su espalda con mis brazos, posando mi cabeza sobre su hombro.

-Gracias señorita Garzón.

Pude sentir como su mano la cual se encontraba sobre mi hombro, se deslizó en cámara lenta por mi espalda hasta llegar a mi cintura, donde se detuvo para corresponder mi abrazo.

-Jamás iba a dejar a Ramón ahí, cuando me enteré de lo que le podían hacer no lo dudé ni por un segundo.

......aun que no lo crea, si tengo corazón Daniela -dijo separándose unos centímetros de mi.

-Además no quiero verla mal, no me gusta verla mal señorita Calle.

Un pequeño movimiento de su parte causó que nuestras frentes quedaran prácticamente rozándose la una con la otra, podía sentir como su respiración colisionaba con la mía. Ambas nos quedamos en total silencio por un par de segundos y no puedo explicar el manojo de cosas que pasaba por mi mente en ese preciso momento.

-¿Qué me esta pasando? ¿Por qué siento esto? Dios! ..... huele tan bien... luce tan bien, abraza tan bien -sin darme cuenta en un impulso dirigí mi mirada hacia sus labios ¿será que besa bien? -me pregunté.

Levanté nuevamente la mirada y me encontré con sus ojos fijos en mi boca. Respiré despacio, muy despacio queriendo pasar desapercibida y fue cuando sentí como María José presionó mi espalda con su brazo haciendo que mi cuerpo se uniera al suyo, remojó sus labios pasando suavemente su lengua por encima de estos y .... fuck jamás había deseado besar una boca tanto como deseaba besar la suya en ese momento.

Cerré mis ojos en un acto de rendición, esperando que me besara. No pensé en si era o no lo correcto, ni en qué pasaría despues. Lo único que quería era sentir sus labios sobre los míos.

María José llevó su brazo desde mi espalda hasta mi cuello, apartando delicadamente mi cabello hacia un lado -Señorita Calle -dijo surruandome en la boca, con la respiración entre cortada.

CON LAS GANAS | CACHÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora