Capítulo 08.

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Capítulo ocho – Vicios y ¿Nuevas amistades?

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Odio los lunes.

¿Ya les había mencionado cuánto los detesto? pues ya lo saben. Me resulta un día tan ridículamente pesado, es que solo mencionas "lunes" y una mueca se dibuja en mi rostro. Ni siquiera cuando estoy en vacaciones puedo disfrutarlos, es como que mi cuerpo siente las malas vibras de ese día.

No sé si les pasa, pero es del asco.

Tener que levantarme temprano luego de un fin de semana cargado de trabajo me estaba cobrando factura. Ayer, después de que Paty se fuera nos contactamos por el grupo de WhatsApp por el que mis dos amigos arreglaron sus diferencias y como de costumbre, cuando queremos botar tensión, hacemos videollamadas.

Con las propinas del trabajo pude recargar mi celular y adaptarle servicio de internet nuevamente. Estoy pensando en comprar un ordenador aunque sea de medio uso. Así me evito los largos viajes y molestias que podría ocasionar a casa de Dorian.

Continuando con el relato de lo que fue mi noche del domingo, por algún motivo mis amigos y yo terminamos haciendo una tentadora apuesta; resulta que salió una nueva serie en Netflix y la primera temporada consta con quince episodios. Episodios que ya me he visto todos.

El que lograra acabarla primero se llevaba cien dólares de cada uno. Es una estupidez, lo sé, pero lo que más disfrutábamos era discutirla los tres juntos y lanzarnos spoilers.

Así fue como terminé trasnochandome viendo toda la temporada completa. Juzguenme, pero no me entenderán hasta que encuentren una serie que les joda por completo. Prometí sólo ver el primer episodio para ver de qué iba, pero no conté con que me iba a dejar enganchadisímo.

Jodido Netflix ¿por qué no tienes un botón o anuncio que aparezca cuando ya es suficiente? Uno que diga algo así como:

"Deje de seguir pendejeando y vaya a estudiar que  ya se vió tres episodios, suficiente por hoy."

En vez de eso nos aparece el más tentador:

"Reproducir el siguiente episodio"

A lo mejor pensarán que estoy valiendo verga si me quedé un domingo viendo una serie en vez de ir de fiesta y probablemente estén en lo cierto, pero luego de que Paty se marchara a casa pasé unos minutos charlando con mamá para después dormir un buen rato. Los mensajes en el chat grupal me despertaron.

Patricia iniciará hoy las clases oficialmente en el instituto School Brunx, así que desde ahora pasaremos los tres más tiempo juntos, y es un alivio ya que los fines de semanas los tendré ocupados.

Volviendo a mi desgracia, me levanto y camino al baño para asearme. Cuando me despojo de mi ropa y entro a la ducha al mismo tiempo que abro el grifo y el agua hace su recorrido por mi espalda, suelto una fuerte maldición.

—¡MIERDA!— Esta agua parece salida del refrigerador, maldición. Tras unos segundos logro adaptarme a la temperatura fácilmente y relajo los músculos mientras mi mente vuela burlándose de mi al recordar mi último enfrentamiento con Miléfica, la grosera vende flores.

Su rostro sin un deje de expresión, sus comentarios bordes hacia mi, sus ojos entrecerrados cuando está rozando su límite de paciencia, y su sonrisa irónica que dibuja solo a veces me golpean fuerte. Esos altos pómulos rellenitos que le dan un toque perfilado a su rostro y...

Joder, joder. ¿Qué demonios hago pensando en esa vieja loca? Tengo problemas graves. Llevo mi mirada hacia la parte muy despierta de mi anatomía y no puedo creer lo que estoy viendo.

30 Días en detención ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora