Capítulo 9: Dulces recuerdos

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Salí de mi casa para ir a ver a Teddy. Por el camino intenté pensar el porqué quería quedar conmigo, sin embargo no se me ocurría nada. Nos conocimos gracias a Matthew: Teddy era el chico nuevo el año pasado, así que mi amigo le empezó a hablar para que no estuviera solo. Luego se unió a nuestro grupo. Julia y yo hemos sido amigas desde primaria, y conocimos a Matthew porque él empezó a hablarnos. Creo que le gustaba Julia. Y a mí me gustaba él.

Después de un rato llegué al parque donde habíamos quedado. Habían algunos niños jugando en el columpio, felices y sin preocupaciones. Esperé a Teddy con paciencia, dando un pequeño vistazo a mi pasado con mis amigos.

Sí, me había gustado Matthew. Él siempre había sido el típico chico atlético y guapo que salía en todas las películas y series. Nos conocimos el primer año de instituto e íbamos en la misma clase. En un principio él nos hablaba para pedirnos los deberes pero luego venía con nosotras a la hora del patio. Era divertido y amigable, así que nos volvimos amigos. Fue tan raro.... Antes solo éramos Julia y yo contra el mundo, y ahora se había unido un chico a nuestra relación. Nunca había tenido un amigo hombre, así que cada vez que era bueno conmigo o considerado, pensaba que era porque yo le gustaba. Al final, cuando me di cuenta de que estaba enamorada de él, me sentí estúpida. A él jamás le podría gustar una chica gorda como yo, como decían los demás.

Me mordí la lengua y mire al cielo para aguantarme las lágrimas. Decían que mirar hacia arriba ayudaba a que las lágrimas no salieran.

Teddy llegó.

-Hola. -su voz sonaba un poco nerviosa.

Le miré a la cara. Adoraba que no se tapara la cara, porque realmente era muy guapo. Es algo poco común pero hay personas que satisfacen con solo mirarles a la cara, y ese era su caso. Llevaba una chaqueta blanca, que hacía resaltar sus ojos oscuros. Mientras le observaba y le devolvía el saludo, se sentó a mi lado.

-¿De qué querías hablar?

Miró a la nada sin saber qué responder. Eso me molestó un poco, pues parecía que estaba perdiendo mi tiempo cuando podría estar con Popee.

De la nada, se volteó a verme directamente a los ojos.

-¿Te gusta Popee?

Después de decir eso, se giró de inmediato y se puso un poco rojo. Solía hacer eso mucho, pues no le gustaba mirar a los ojos a la gente.

-¿Por qué crees eso? -le pregunté mientras me sonrojaba poco a poco.

No esperaba que se notara tanto. La única persona que lo sabía era Scott, y la cosa había acabado mal con él.

-No le pidas salir, y no le digas que sí si te pide salir. -habló sin mirarme a la cara. Seguramente iba a seguir hablando sin mirarme.

-No has contestado mi pregunta.

-Soy tímido pero no idiota.

Que dijera eso me tomó por sorpresa. No sabía que Teddy pudiera decir esas cosas, pues parecía muy inocente para decir eso.

-¿Por qué no debería salir con él? Es un poco borde que digas esas cosas.

Empezó a jugar con lo botones de su chaqueta. Cruzó sus piernas y empezó a mover su pie; estaba nervioso.

Pensé en varias opciones: quizás yo le gustaba, pero eso era imposible. Ni siquiera hablábamos. La otra opción era que le gustaba Popee, pero no parecía muy lógico, porque tampoco hablaban mucho.

-Cuando yo era pequeño, Popee y yo éramos amigos.

Su expresión se volvió seria. Mi corazón empezó a latir más rápido por algún motivo, quizás porque intuía que lo que seguía era algo malo.

The cute boy |Popee the performer x Reader|Where stories live. Discover now