Capítulo 27: La fiesta

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Aquella tarde quedé con Popee para estar juntos un rato. Realmente no hablamos de nada importante, simplemente no dejábamos de abrazarnos y darnos cariño. Quería estar con él todo el día, pero era imposible. O quizás sí podíamos estar juntos...

—Cariño, hoy va a haber una fiesta en la casa del hijo del profesor de historia...

—Que guay. —contestó mi novio atento a mis palabras.

—Y... ¿Quieres ir?

—No me han invitado. —rió un poco ante mi pregunta.

—Te invito yo.

Se quedó en silencio un momento. Parecía cómo si hubiera dicho algo malo, pero luego sonrió y me acarició la cabeza.

—Estoy un poco cansado. Prefiero quedarme en casa y descansar.

—Ya...

—¿Y tú vas a ir?

Iba a responderle pero no sabía qué decir. Iría con Matthew y sabía que a Popee no le caía bien. Sentía que si le decía con quién iría se enfadaría. Realmente no tenía muchas ganas de ir a la fiesta, así que pensé en cancelar mis planes con Matthew.

—Pues-

—Si has propuesto ir es porque tienes ganas de fiesta, ¿no? —me interrumpió de repente— ¿Vas a ir con alguien?

—Matthew me invitó a ir a la fiesta...

—Pues ve con él. —lo miré sorprendida— ¿Qué pasa? ¿Tengo monos en la cara? —se rió.

Negué con la cabeza y mostré una sonrisa.

—No, no es eso. Pues.... Debería ir volviendo a casa para prepararme. No quiero volver muy tarde tampoco.

—Tranquila.

Ambos caminamos hasta mi casa y allí nos despedimos con un beso. Cené y empecé a prepararme para la salida. No sabía qué ponerme, pues tampoco iba mucho a fiestas. Pensé en ponerme algún vestido, pero sería incómodo caminar con un vestido cuando aún hacía frío. Finalmente decidí ponerme unos vaqueros y una camiseta blanca sencilla. Añadí un collar dorado y pendientes, me recogí el cabello y me maquillé un poco. Cuando me miré en el espejo, no pude evitar sonreír. Estaba tan bonita que me sentía feliz. Por fin me sentía feliz mirándome al espejo... Pero llegaba tarde. Me despedí de mi hermano y salí corriendo de casa. Matthew debía estar esperándome en el cruce de la esquina de mi calle. Y allí estaba. Su cabello negro caía suavemente en su cara, y no pude evitar fijarme en el pendiente platino que llevaba. No me había dado cuenta de que tenía pendientes, pero le quedaban genial. También llevaba una camiseta negra de su grupo favorito y unos tejanos que hacían juego con sus zapatillas blancas. Corrí hacia él y ambos nos dirigimos hacia arriba para llegar a la fiesta.

Por el camino envíe mensajes a Popee para hacerle saber que ya estábamos de camino y que no se preocupara por mí. Él simplemente me decía que tuviera cuidado y que me cuidara, y que si pasaba algo lo llamara. Era tan dulce.

—Ya hemos llegado. —anunció Matthew, parándose un momento para ver la casa.

No había mucho ruido pues recién eran las doce de la noche. Todos estaban dentro de la casa, seguramente hablando de sus cosas, con música a poco volumen. Miré a mi amigo y ambos caminamos hasta la puerta. Picamos y nos abrió la puerta un compañero de clase.

—¿Pero bueno parejita a qué se debe esta visita?

Ambos simplemente lo saludamos y entramos. Nos dirigimos al salón, de dónde provenía la música.

The cute boy |Popee the performer x Reader|حيث تعيش القصص. اكتشف الآن