Capítulo 19: Pijamada

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—¿Qué? ¿En serio?

—Te has puesto roja~ —Popee se burló ante mis preguntas.

Cuando ambos estábamos volviendo a casa juntos mi novio tuvo la brillante idea de hacer una fiesta pijamas, los dos solos, en su casa. Eso no era una pijamada, ¡era una cita!

—¿Acaso has pensado mal? Sigues como un to-ma-te.

—N-no he pensado mal, es solo... Bueno, es muy repentino...

—Qué mona —tomó mi rostro con sus manos—. Que linda es mi novia.

—Hmmm... Ya te diré algo mañana, ¿vale?

—¡YEY! —me abrazó de repente.

Cuando llegué a mi casa lo primero que hice fue ponerme a meditar. Meditar sobre, pues, ¿qué iba a hacer en su casa? ¿Le había pedido permiso a sus padres siquiera? ¿Conocería a sus padres? ¿A su familia? Estaba muy nerviosa como para pensar con claridad.

—Pareces un poco perdida. —Alex interrumpió mis pensamientos entrando a la sala de repente.

—Oye, hermanito...

—¿Qué quieres ahora? No pienso darte dinero.

—No, es que... Pues Popee me ha invitado a tener una fiesta de pijamas en su casa mañana.

—Oh, vale. ¿Quién va a ir?

—Seremos él y yo solos...

En la cara de mi hermano mayor se reflejaban demasiadas reacciones a la vez. Parecía que estaba teniendo problemas para contestar. Me acerqué poco a poco, sintiendo que había hecho mal en decirle la verdad. Debería haberle dicho que iba a ir más gente, pero tampoco quería mentirle. Ya había mentido demasiado en los últimos años.

—Debería hablarlo con mamá...

—Vale...

Después de ese momento incómodo preparó la cena y comimos. La cena también fue incómoda porque ninguno de los dos hablaba. Tenía ganas de decirle que no iba a pasar nada, pero ni yo estaba segura de eso. No habíamos llegado más lejos de liarnos, así que dudaba que fuéramos a hacer algo más que simples besos. Al acabar la cena, me dirigí a mi habitación lista para hablar con Popee a la mañana siguiente.

Ambos nos encontramos en el patio. Me dijo que si iba a su casa me daría pizza. Parecía que me intentara chantajear. Le informé de mi estado actual y asumió que eso era un sí. Al salir de clase volví a casa, pensando que esa misma noche era la pijamada. Cuando entré en casa vi a mi hermano que me esperaba sentado en la silla del comedor. Estaba cruzado de brazos y piernas, esperando a que me sentara en la otra silla delante de él. Una vez sentada apoyó sus codos en la mesa.

—Mamá ha dicho que sí, pero yo digo que no.

—Pero mamá tiene el poder.

—Ya lo sé, así que voy a hacerte unas preguntas... —me dio una bolsa de patatas.

No entendía porqué me daba comida, pero quizás era para que estuviera más tranquila, aunque su tono de voz no ayudaba mucho. No comí las patatas porque parecía una situación tensa.

—¿Habéis mantenido relaciones sexuales?

Qúe directo. Si hubiera comido las patatas seguramente me hubiera atragantado.

—No. —me aguanté la risa. Lo dijo con tanta seriedad que daba risa.

—¿Y sabes los métodos anticonceptivos?

—Nos han dado charlas sobre eso y también sobre las enfermedades de transmisión sexual, así que no te preocupes.

—¡Claro que me preocupo! Te vas a ir a casa de tu novio,los dos solos, ¡y a saber qué pasa! Eres muy joven para ciertas cosas.

The cute boy |Popee the performer x Reader|Where stories live. Discover now