10 // Nothing

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-¡Hahahahaha!-

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-¡Hahahahaha!-

Las risas adornaban el soleado parque de Hawkins, donde varios jóvenes de el pueblo disfrutaban compartiendo con sus amigos.

Entre ellos, se encontraban Lucas Sinclair y Max Mayfield, la pareja interracial montaba bicicleta uno al lado de el otro, sonrientes. Y, mientras, su amigo Dustin Henderson, sentado en un banco, comía de un helado tranquilamente mientras los miraba.

Este pequeño grupo, conocido como The Party, gozaba bajo el cálido sol de el pueblo. Pero, hay un detalle, y es que aquel grupo no estaba completo. Faltaba uno de sus integrantes.

Mike Wheeler.

Él no tenía una sonrisa en su rostro, tampoco montaba bicicleta, o comía un helado. El chico estaba en su casa, acostado en su cama y mirando al techo en un profundo silencio, casi inexpresivo, con sus marrones ojos perdidos.

Obviamente había sido invitado a aquella salida con sus amigos, pero su respuesta fue un seco "no". Mike no quería salir, no se sentía motivado. Le faltaba esa motivación de salir hace unos meses.

Cuando ella se fue.

El pelinegro suelta un suspiro acomodándose en la cama, quedando de lado y alejando su mirada de el techo, y esta ahora cayó en una de las paredes. Precisamente en la que una foto de aquella castaña estaba pegada con cinta transparente.

Mike observa aquella foto por largos minutos, como siempre acostumbraba a hacer. ¿Y cómo no hacerlo? La extrañaba tanto. Ansiaba tenerla a su lado otra vez, como era antes de que todo lo que pasó pasara.

Wheeler cierra sus ojos y calma su respiración, recordando, recordándola. Visualizando todas esas veces...

Ahora estamos en la misma habitación, solo que varios meses atrás.

Imagínense esto.

Un suave y dulce sol ingresaba por las ventanas de el colorido cuarto, las paredes pintadas de un oscuro azul transmitían calma al ser iluminadas por aquel vivo anaranjado.

Dos pares de medias estaban tiradas en el suelo, desorganizadamente, como si crearan un camino hacia la cama de la habitación.

Y sobre dicho colchón, estaban Mike y aquella castaña, uno sentado frente al otro, con no solo sus manos sujetadas, sino también sus labios.

Estos se movían de una manera lenta pero al mismo tiempo apasionada un par contra el otro, saboreándose y dándose gusto mutuamente.

La castaña sonrió en medio de el beso, alzando sus manos y enredando entre estas el suave y oscuro cabello de su novio, quien al sentir tal caricia por igual sonrió.

D a g g e r  { m.w }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora