70 // I won

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La nariz de Eleven sangraba, principalmente en el costado izquierdo

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La nariz de Eleven sangraba, principalmente en el costado izquierdo.

Ella gruñía, sus dos brazos estaban levantados en dirección al aire, y en este tenía enjaulado con sus poderes a uno de los números, 68, quien poseía una fuerza descomunal.

A pesar de estar atrapado en aquel campo telequinético, el muchacho lograba forcejar con la mayoría de sus músculos, luchando por safarse, y haciendo a Eleven gritar de dolor debido a toda su resistencia.

-¡Podemos...ayudarlos!-suplicó la castaña en un ahogado tono, tensando más sus doblados dedos.

-¡Jamás!-negó Sixty-eight con total rabia, gritando con todas sus fuerzas y logrando safarse de los poderes de la chica, corriendo hacia ella.

Eleven jadeó asustada dando varios pasos atrás, y sin otra solución, tuvo que mover sus manos y hacer que el cuello del chico se doblara de golpe, dejándolo muerto en el suelo.

Curva sus cejas con fuerza viendo al cadáver.

Hopper y Josh estaban espalda a espalda, ambos con letales metralletas en manos y disparando estas en dirección a todos los soldados rusos que se les acercaban, no para hablar exactamente.

Muy cerca de ellos, Emilia tenía dos pistolas en las manos, apuntadas a diferentes direcciones y apretando el gatillo con una sorprendente agilidad, deshaciéndose de varioa enemigos al mismo tiempo.

Joyce gruñó fastidiada cuando, al disparar, el lomo del arma golpeó su quijada. Molesta, voltea a mirar a Emilia, y abre sus ojos como platos quedándose sin habla.

-¿¡Y desde cuándo sabes disparar!?-grita en shock. La rubia sonríe mirándola de reojo.

-¡A papá no solo le gustaban las estrellas!-responde en un formal grito, y sin parar de mirarla, apretó el gatillo, y tras ella un amemazante ruso gruñó de dolor, cayendo al suelo-...Pero no soy fan de la violencia-dice, divertida y volviendo a disparar.

Josh aprieta sus labios en una coqueta sonrisa mirando a Emilia de reojo, para después seguir con su trabajo.

Mike sostenía entre sus manos una filosa lanza de metal, con ambos costados afilados a más no poder.

Estaba asustado, no lo podía negar, pero no dudaba en atacar a cualquiera que lo amenazaba. Como ahora, un herido ruso cayó a sus pies, y él hizo una mueca retrocediendo al ver tanta sangre salir.

-Dios...-susurró, seriamente traumatizado.

No pudo ni soltar un suspiro, porque una mano se hace presente en su cuello y lo alza de golpe, asfixiándolo. Mike abre sus ojos como platos quedándose sin aire mientras observaba al serio soldado.

-¡Chi-chispitas!-chilla intentando golpear al hombre, pero a este no le afectaba, y solo hacía más fuerza.

Una roca llegó de la nada y colisionó fuertemente en uno de los ojos del soldado, haciendo a este gritar con dolor sujetándose el rostro y dejar al niño caer.

D a g g e r  { m.w }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora