夏休み (22)

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—Buenos días— sonreí al entrar al comedor —¿qué hay de desayunar?— pregunté.

—Mamá salió con la señora Lee, así que hazte lo que quieras, yo saldré con Hiro— salió del comedor con su celular.

—Bien— suspiré —¿qué preparo?— pensé en voz alta.

—Te ayudo— dijo Félix entrando a la cocina.

—Bien— lo seguí.

Al final hicimos huevos con un poco de tocino y jugo de naranja.

—Debo de ir al trabajo— me levanté y coloqué el plato sucio en el lavabo.

—Saldré con los chicos ¿puedo ir por ti a la salida?— me miró aún sentado.

Asentí —entonces nos vemos a la una, te espero allá— sonreí y tomé mis llaves.

—Si, nos vemos— dijo aún comiendo.

Fui a la cochera y saqué mi bicicleta.
Unos 20 minutos después llegué al local y coloqué mi bici afuera con el candado puesto, y entré.
Puse mi mochila en el mostrador y tomé mi mandil.

—¡Buenos días!— hablé entrando a la cocina.

—Iré a abrir— dijo Kumi saliendo y dejándome sola con Soobin.

—Hola— le dije.

—Hola— contestó —estaba hablando con Kumiko sobre que ya casi es mi cumpleaños y quisiera invitarlas a mi casa para una fiesta.

Asentí —claro que voy, si mi amigo ya va a cumplir diecisiete años— reí —te estás volviendo viejo.

—Ya lo sé— se quejó —ya no me querrás así, viejo y feo— se acercó a mí haciendo un puchero.

—Claro que te querré tonto— lo abracé y él me correspondió.

—Te quiero— susurró cerca de mi oído por lo cual me sonrojé y me separé lentamente.

—Yo también te quiero Soobin— sonreí algo sonrojada.

—¡A ver noviecitos, a trabajar, ya hay clientes afuera!— dijo Kumi al entrar a la cocina.

Soobin y yo reímos, y salimos para empezar a atender a las personas que nos esperaban.

[...]

Cuando era la hora en que mi turno había terminado, Soobin se acercó y me dio un sobre.

—La invitación, espero puedas asistir.

Asentí mientras lo guardaba en mi mochila —gracias.

Él sonrió ampliamente. Se inclinó un poco al frente y cuando estaba cada vez más cerca se detuvo al escuchar un grito proveniente de afuera del local.

—¡Maddie!

Giré a ver y era Félix, venía en la bicicleta roja que ocupó la última vez.

Sonreí ampliamente para él y este mismo correspondió de la misma manera, viéndome desde el cristal de las ventanas.

—¡Nos vemos chicos!— grité mientras salía corriendo hacia donde estaba el pelirrojo.

Cuando llegué me paré frente suyo y suspiré. Era como antes todo.

—¿Llegué tarde?— se comenzó a subir a la bici, mientras que yo quitaba el candado de mi bicicleta.

Negué mientras me subía en ni bici  —para nada, justo a tiempo pecas— comenzamos a conducir hacia la casa.

[...]

Llegamos a casa y él bajó de su bici haciendo que esta se cayera al suelo.
Lo miré sorprendida pues él camino rápidamente hacia mí y antes de que yo bajara de la mía, me extendió su mano.

Lo miré algo confundida, pero al final terminé tomándola y bajando de mi bicicleta. Me sonrojé un poco.

—Bien, guardémoslas en el garaje— me soltó rápido haciéndome quedar como tonta ahí parada y sonrojada mucho más ahora.

Solo tomé mi bici y lo seguí a él.
Las dejamos adentro y entonces aclaré mi voz —¿qué fue lo allá afuera?— traté de no tartamudear.

Me miró —nada, te ayudé a bajar ¿no es obvio?— rió.

Fruncí el ceño —eres un tonto— dije algo molesta y me fui para adentro de la casa corriendo.

—¡Espérame Madds!— gritó entre risas y comenzó a correr detrás de mí.

𝕊𝕦𝕞𝕞𝕖𝕣 𝕍𝕒𝕔𝕒𝕥𝕚𝕠𝕟𝕤~ 夏休み 𝕃𝕖𝕖 𝔽𝕖́𝕝𝕚𝕩 [𝕊𝕂ℤ] Where stories live. Discover now