夏休み (43)

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—¡Último día juntos!— gritó Ruby mientras servía el desayuno.

Yo me quedé callada al igual que Félix.

—¿Qué tienen? ¿No durmieron bien?— se sentó a mi lado —tienen cara de querer matar a alguien— rió.

Suspiré —voy al baño— me levanté y caminé lentamente hasta toparme con el baño que estaba en la planta baja de la casa.

Abrí la puerta y cerré por detrás mío.
Lo primero que hice fue verme al espejo.
Tenía el cabello completamente desordenado y unas ojeras impresionantes.

Me remojé un poco la cara y me volví a mirar al espejo.
No podía dejar de recordar lo que hice con Félix... ¡mierda ya no somos vírgenes!

—Agh— me volví a poner más agua en el rostro hasta que alguien tocó dos veces.

—¿Puedo?

Abrí —¿qué pasa?

—¿Te sientes mal?— dijo con su voz delicada otra vez.

Negué —ahora regreso a la mesa, solo que aún estaba algo dormida.

—Maddie— asentí —salgamos. Vamos a comer algo juntos esta tarde ¿sí?

Sonreí levemente y asentí —bien, ahora regresa, no preocupes a mi hermana y dile que voy enseguida.

Asintió sonriente pero antes de irse se acercó para robarme un beso en los labios.

Yo solo reí y él se fue corriendo.

[...]

Estábamos en una linda cafetería.
Jamás había ido ahí mismo después de ya vivir un tiempo en Tokio, y Félix menos porque no lleva mucho tiempo aquí, casi no conoce nada.

Ambos pasábamos un buen rato juntos.
Pedimos algo para ambos y enseguida empezamos a comer y platicar entre risas.

Parecíamos un par de amigos pasando el rato.
En algo que nos destacamos como pareja, era en la manera tan particular de llevarnos entre nosotros.
Eramos esa clase de chicos que preferían reírse a carcajadas hasta que nos doliera el estómago, hacernos bromas pesadas, de vez en cuando ocupar insultos leves entre nosotros.

Cualquiera que nos viera, diría que nosotros solo éramos unos buenos amigos, no esa clase de pareja de novios.

—Te tomaré una foto— dije tomando mi celular de la mesa.

—¿Tengo que posar?— dijo sonriente.

—Sé tú mismo— aclaré mientras lo apuntaba ya.

El rubio solo asintió y se colocó de una manera frente mío.

Mi corazón se derritió al ver la foto que había tomado. Félix era sin dudas un chico que llevaba consigo el típico "boyfriend material"

—¿Puedo ver?— dijo después de un rato y yo asentí.

Le pasé mi celular él miró la pantalla -la foto de multimedia- con una sonrisa burlona —salí mal, borrala.

Fruncí el ceño —estás menso. Saliste genial— hice una pausa para tomar devuelta el celular —es más, la voy a subir.

Rió —no tengo con que reaccionar— suspiró —¿olvidas que no tengo celular?

Dejé de sonreír al escucharlo. Era cierto, aún no tenía su celular, por lo que decidí meterme a su perfil y verificar si no había subido algo últimamente.

Hasta ahora nada. Así que decidí salirme de la app sin subir la foto de Félix y mejor seguimos charlando un poco más antes de irnos a casa.

[...]

Íbamos caminando tomados de la mano, mientras Félix miraba en mi celular la dirección de la casa, aunque yo sí la sabía y le dije que no se preocupara, pero el rubio quería aprendérsela.

Nos paramos antes de cruzar la calle porque era el turno de los autos de cruzar.
Miré a mi costado cuando sentí la presencia de alguien junto a mí.

Me sorprendí al instante de poner mi mirada en lo que tanto veía aquella chica, era un teléfono, pero lo que me sorprendió fue la funda que tenía el teléfono.

Le di un leve codazo a Félix y este me miró sin saber que ocurría, hasta que miró lo mismo que yo.
Pude notar su mirada de decepción en ese instante al ver el rostro de la chica.

Supongo que fuimos bastante obvios, porque la chica nos miró y sé sorprendió tanto hasta el punto de ponerse pálida por completo.

—¿Susan?— dijo el rubio casi sin habla.

Ella solo se quedó ahí parada y ya era el turno del peatón de cruzar la calle.
Pero no, nosotros tres nos quedamos ahí parados mientras el resto caminaba.

—¿Qué haces con mi celular?— dijo poniéndose frente a ella y poniéndome detrás de él.

Ella negó repetidas veces con la cabeza —y-yo lo acabo de encontrar tirado...

—Que decepción de amiga— susurró de manera dolida —¿por qué? ¿Por qué lo hiciste?

—Por tu bien— su rostro cambió de tener miedo, a estar tan confiada —para que tuvieras problemas con Madison y la dejaras aquí sola— me miró de reojo.

—¡Deja de meterte en mi relación!— exclamó cansado —estoy harto de que se metan con mi felicidad— hizo una pausa —¿qué es lo que quieres? ¿Qué llegué a odiarte cuando alguna vez te quise mucho?

Ella se quedó completamente callada.

—Lo estás logrando Susan, estás logrando que llegue a odiarte— me tomó de la mano —hagas lo que hagas, no influirá más en mí, porque no te conozco, no sé quien eres, arruinaste la poca confianza que te tenía.

Le arrebató el celular de las manos y me jaló para irnos por otra dirección en lugar de esperar a que le dieran el paso al peatón otra vez.

Por un momento pensé que ella nos perseguiría, pero no lo hizo. Se quedó allá parada dándonos la espalda.

Y yo, yo estaba atónita por lo ocurrido.

No sabía que pensar.
Todo este tiempo no quería pensar mal de los amigos de Félix, pero todo resultó ser como yo lo pensaba.

[...]

—Félix...

—No digas nada— me soltó de la mano después de varios minutos de caminar sin rumbo —tenías razón en todo— me miró de una manera fría —estaba cegado al creer que ellos eran de verdad mis amigos.

—Pero-

Negó —¡eso explica todo!— pasó sus manos por su cabello de una manera brusca —los tenis sí son de Emilio, ellos dos conspiraron en mi contra— me miró con lágrimas contenidas —¡tenías razón Madison!

Me acerqué a él en silencio y lo abracé sin responder a todo lo que dijo.
Entonces él explotó en lágrimas, me abrazó de manera temblorosa y se derrumbó sobre mi hombro mientras repetía una y otra vez: soy un completo idiota.

𝕊𝕦𝕞𝕞𝕖𝕣 𝕍𝕒𝕔𝕒𝕥𝕚𝕠𝕟𝕤~ 夏休み 𝕃𝕖𝕖 𝔽𝕖́𝕝𝕚𝕩 [𝕊𝕂ℤ] Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang