夏休み (48)

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No me quedaba tiempo para hacerme tonta. No ahora.

Estaba metida en mi laptop desde hace semanas atrás con tal de buscar una universidad que me convenciera en Seúl, Corea del Sur.

Sí, al final mi madre aceptó dejarme cursar tanto el último año de preparatoria, como la carrera también.

La escuela sería SOPA para mi último año, pero aun quedaba buscar el plantel  universitario.

—Maddie— entró sin tocar, pero no me importó. Mi vista estaba plantada en mi computadora —Madison...

Giré a verla de reojo —¿qué pasa?

—Alba y Jared vinieron a despedirse— hizo una pausa para sentarse en la orilla de mi cama —vamos, son vacaciones ¿no puedes salir y pasara estos días con ellos?

Suspiré —aún no tengo la universidad— me levanté —¿dijiste que están abajo?

Asintió y se paró para seguirme hasta la planta baja de la casa.

[...]

—¿Y ya tienes el uniforme?— me miraba estar concentrada en todas las páginas que tenía abiertas en mi laptop.

Asentí —mi tía lo compró, me lo dará cuando llegue a Corea.

Jared se sentó a mi lado y suspiró —eres una tonta por dejarnos en estos momentos.

Lo miré de reojo y paré de teclear algo en el buscador —¿qué?

Me sonrió con melancolía —quería graduarme y terminar celebrando junto a mis dos mejores amigas— susurró.

Sonreí un poco triste.
La verdad sí, yo también había soñado tantas veces lo mismo. Graduarme y hacer una gran fiesta con Alba, Jared, y claro que Yuta y Nako están siempre en mis planes.

Lo abracé por los hombros y recargué mi barbilla en su hombro —lo lamento...

Sobó lentamente sus manos contra mi espalda y chasqueó la lengua —no es nada Madds— me separé y lo miré directamente a los ojos —Félix necesita un poco de tu comprensión ahora, ¿qué mejor manera que apoyarlo de cerca?

Sonreí ampliamente como respuesta a eso.

Miré a Alba quien nos veía como si fuéramos una película un poco melancólica para mi gusto.

Después de un rato llena de pláticas; porque sí, dejé de lado las universidades, ahora necesitaba una linda despedida de los mejores chicos de mundo. Al final solo se fueron a causa de que pronto oscurecería.

[...]

Parecía que los días se alejaban de mí tanto como el contacto que me quedaba con Japón, porque el vuelo se acercaba a una velocidad que hasta a mí misma me sorprendía.

Preparaba las últimas maletas antes de dirigirme con mi madre y Ruby al aeropuerto. Mi tía llamó diciendo que estaría ahí una hora antes de que yo llegara.

Parecía que todo estaba bien, excepto porque el único que faltaba de despedirse de mí, era Yuta.

—Te mandará mensaje— me miraba de reojo mientras íbamos en el auto.

Asentí sin más.

Cuando llegamos al aeropuerto perdí la cuenta de las veces que entré al chat de Nakamoto rogando porque hubiera tan siquiera un simple "adiós Maddie", pero no había nada más que los mensajes de hace unas noches donde hablábamos sobre Ruby.

Era una tontería seguir esperando ahí sentada. Mi vuelo tarde o temprano fue anunciado.

Me levanté como si tuviera miles de piedras en la mochila que cargaba sobre mis hombros. Suspiré tan profundo que atrajo la atención de mi madre enseguida.

Pasó su mano por mi cabello y sonrió de una manera triste que me hacía querer arrepentirme de todo, en serio de todo —es un bien para ti después de todo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y le sonreí en un intento de no hacerla llorar a ella. No creía tan difícil despedirme algún día de mi madre. Más que nada porque nunca pensé en dejarla.

La abracé tan fuerte que sentí como soltó una corta risa contra mi cuerpo y entonces la miré ser tan fuerte como antes.

—Estará todo bien. Me haré mis tiempos para irte a visitar ¿si?— seguía acariciando mi cabello hasta que solo dejó un beso en mi frente —pronto iré a verte Madison.

Asentí firme mientras me limpiaba mis mejillas.

Solo faltaba Ruby.
Ambas nos miramos y ella sonrió tan orgullosa, eso me transmitía aquella sonrisa perfecta que tenía en el rostro.

Me abrazó fuerte y susurró —no seas tonta allá. Debes de ser más responsable de lo que eres. Actúa mejor que yo, nunca te rindas— se separó con una sonrisa aún.

—Lo haré— suspiré.

Solo quedaba irme para abordar el avión, pero no pude hacerlo al instante cuando escuché la voz de él. Era Yuta al fin.

—¡Espera!

Se acercó a una velocidad increíble y se paró justo frente a mí —perdóname, perdóname por no mandarte mensaje antes. Solo... necesitaba asimilarlo. No quería dejarte ir...

Me quedé callada viendo que sus manos estaban escondidas tras su espalda.
Él lo notó por lo que sus nervios se hicieron presentes.

Mi vuelo dio una segunda llamada y entonces entré en pánico —debo de irme— le avisé para darme la vuelta, pero de nuevo me detuvo.

Lo miré tomarme de la muñeca y entonces noté que en su otra mano había un sobre blanco.

Me lo extendió —prométeme que la leerás cuando llegues a Corea.

La tomé y me quedé contemplándola.

—Maddie— tomó mi barbilla para hacerme verlo —promételo.

—Lo prometo— dije casi ahogada por los nervios de su cercanía con la mía —la leeré después.

Asintió —¡ah! Y una cosa más— asentí —no hace falta que me mandes mensaje con una respuesta a eso— señaló el sobre —solo te pido... que sigamos en contacto después de todo ¿si?

Asentí firme y algo confusa —de acuerdo.

[...]

No podía dormir.
No pude quitar la vista de la ventanilla hasta que me propuse; después de unas horas, dormir aunque sea un poco.

Solo restaba llegar y comenzar lo que resta de mi vida.
Ni siquiera le conté a Chris, menos a Félix.

Ahora que lo pensaba mejor, no sabía que planeaba con irme a un país donde no sé hablar el idioma, y tampoco tengo conocidos más que a mi tía que nunca está en casa.

Esperaba no ser la única extranjera en aquella nueva escuela. En realidad ya estaba comenzando a rezar.

𝕊𝕦𝕞𝕞𝕖𝕣 𝕍𝕒𝕔𝕒𝕥𝕚𝕠𝕟𝕤~ 夏休み 𝕃𝕖𝕖 𝔽𝕖́𝕝𝕚𝕩 [𝕊𝕂ℤ] Where stories live. Discover now