夏休み (40)

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Sé que Félix no lo aparentaba, pero sabía que estaba molesto de que no respondiera.

Tal vez él no hacía algo para que yo me sintiera insegura, pero Susan sí hacía bastante y peor aún enterándome de todo, incluso cosas del pasado.

No podía hablar.
Muchas veces con solo tener al rubio en mi habitación, sentado en mi cama, justo frente mío.
Hacía que no parara de hablar y de ver su bello rostro.

Esta no era una de esas ocasiones, ahora no podía ni mirar sus ojos, ni sus pecas, nada de él.
Solo el edredón que cubría mi cama ¿debería de cambiarlo ya? Tal vez el rosa no le queda muy bien a mi habitación.
Tal vez debería de dejar de pensar en eso ahora.

—Y bien... ¿Me quieres explicar?

Suspiré —¿explicar qué?— susurré aún sin verlo a los ojos.

—Madison— dijo con un tono molesto —¿qué es lo que pasa contigo?— no, seguía sin mirarlo aunque su voz grave; en forma de regaño, se escuchara por toda la habitación —¿por qué no me explicas las cosas? ¿Qué te hace dudar de nosotros?

Me encogí de hombros sin verlo aún.
Solo no quería decir todo. Lo de Susan, mis celos, todo.

—Madison— dijo soltando un suspiro y tratándose de tranquilizar —tienes que decir algo, no resolveremos nada si te quedas callada.

No volví a decir ni una sola palabra.
Ni siquiera lo miraba aún. No quería hacerlo.

Lo escuché hablar entredientes.
Entonces lo miré de reojo y noté que estaba furioso conmigo, con toda esta situación.

—Entonces— dijo firme —¿qué piensas hacer para solucionar este problema? ¿Quedarte callada? ¿Ignorarlo? ¿Hacer como si nada hubiera pasado? ¿Qué piensas hacer? ¿Terminar conmigo?— comenzó a subir el tono de su voz.

Me encogí de hombros —no sabía que terminar estaba entre tus opciones— hablé muy bajo, que podía jurar que tuvo que leer mis labios para entender.

Félix ablandó su rostro y bufó —¿qué? ¿Hablas en serio?— su voz grave me asustaba en este preciso momento —lo dices cuando tú pensabas quedarte completamente callada.

—Félix, no entiendo nada— hice una pausa —estás molesto porque me siento insegura en la relación. Pero yo no puedo estar molesta de que me mintieras— hice una pausa —es un tontería— dije en susurro.

Ahora él fue el que se quedó callado.

El silencio comenzó a inundar la habitación.
Cuando estaba por decirle que era mejor que se fuera a su habitación, y que mañana hablaríamos cuando estuviéramos más tranquilos. Se escuchó la puerta principal abrirse y supe que era Ruby.

—¡Llegué a casa!— y ahí fue cuando lo comprobé.

Ambos nos miramos sin decir absolutamente nada.
Félix se paró de la cama y yo solo lo miré hacerlo.

—Sabía que no debí de haberte dicho sobre Susan— hizo una pausa —pero aún así, lamento mentirte.

No dije nada.

—Madison, es algo absurdo que desconfíes, después de que estuve en otro país y jamás intenté algo con alguien solo porque mi novia no estaba viéndome las 24 horas del día— sonaba sincero —y ahora que estoy aquí, con ella. Peleamos, duda de mí, de la relación e incluso piensa que la engañaría.

Suspiré —nunca dije que tú me engañarías.

—No mientas. Lo supusiste aunque no lo dijeras— suspiró —pero está bien. No voy a desacreditar el hecho de que también tengo parte de culpa al mentirte.

𝕊𝕦𝕞𝕞𝕖𝕣 𝕍𝕒𝕔𝕒𝕥𝕚𝕠𝕟𝕤~ 夏休み 𝕃𝕖𝕖 𝔽𝕖́𝕝𝕚𝕩 [𝕊𝕂ℤ] Where stories live. Discover now