夏休み (34)

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Estuve esperando con ansias a que el viaje de la escuela de Félix fuera pronto, y vaya que valió la pena, porque cuando recibí el mensaje del ahora rubio, no pude evitar llorar de la emoción.

Lix 💫
Maddie...

¡ESTOY EN JAPÓN!
NECESITO IR A VERTEEEE

Y así fue como desperté aquel sábado, con aquel mensaje por parte de Lix.
Lo intenté llamar pero no respondía, supuse que estaba descansado, ya que el mensaje era de las dos de la mañana.

Hice lo de siempre, me cambié, desayuné y cuando estaba por ponerme a ver uno de mis doramas, me llegó una llamada de Félix.

—Ey...

Sonreí al escuchar su voz ronca, seguro acaba de levantarse —hola Félix.

—Me dormí un rato, fue un largo viaje— bostezó —¿salimos a algún lado?

—¿Y tus maestros?

—Buen punto.

—¿Sabes que rutas tomarán? ¿Les importará que te haga compañía? Necesito verte ya...

Soltó una risita —te mando la dirección del hotel, te veo en una hora en el lobby para vernos ¿si?

Sonreí ampliamente —si...

[...]

Le dije a mi madre y a Rudy que probablemente pase el día con Félix, inclusive también el domingo si es que se podía.

Cuando fui al hotel donde el grado del rubio se hospedaba; ya que no estaba tan lejos de verdad, me adentré y miré a mis lados.

Justo sentí el golpe del clima que había en la sala de espera, la siguiente sala era el lobby, así que no esperé más y entré.

Me encontré con la mirada de varias personas, dos chicas y dos chicos.

Sonreí levemente y algo incómoda por la forma que algunos de ellos me miraban, como si me estuvieran inspeccionando.

—¡Madison!

Escuché su voz grave y lo miré.
Estaba congelada cuando lo vi, tan bello como siempre, se veía mejor que en las videollamadas de siempre. Su cabello ahora rubio brillaba con las luces del lugar, sus pecas que lucía con libertad pura.

Me acerqué al mismo tiempo que él y como si fuera una de esas películas de romance; una muy cliché, sentíamos que éramos solo nosotros en ese momento.

Nos abrazamos mientras sentía como mis lágrimas amenazaban con salirse de mis ojos.

Te extrañé— susurró muy cerca de mi oído haciendo que mi piel se erizara.

Me separé de él y sin importar que, lo besé.
En serio necesitaba hacerlo antes de que él regresara a Australia y me dejara por meses o incluso años.

Nuestros labios se movían a la par, de manera lenta y sencilla, como un simple beso que transmitía más de lo que parecía a la vista.

Tal vez no era como uno de esos besos que ahora los chicos de nuestra edad se dan, pero simplemente quería demostrar que con aquel repentino acto, seguía sintiendo lo mismo por él que hace varios meses atrás.

Nos separamos y no podíamos parar de sonreímos entre nosotros.
Él tenía una de sus tiernas y pequeñas manos sobre mi mejilla mientras la acariciaba de a poco.

—Te extrañé tanto Lix— le di otro beso, pero esta vez más corto que el de antes.

El rubio solo sonrió ampliamente, se giró y miró a los chicos que nos observaban como si fuéramos una película.

—Ella es Madison, mi mejor amiga desde que éramos pequeños y mi ahora novia, desde hace unos meses.

Lo decía con aquella especial sonrisa que yo había provocado en él.

Una de las chicas se paró y me sonrió mientras se acercaba a mí —mucho gusto Madison, soy Susan— me extendió su mano y yo la tomé con una sonrisa a medias.

Se separó y se paró al lado de Félix sin quitar su sonrisa más que falsa.
Después la otra chica se acercó a mí con una leve sonrisa de labios cerrados.

—Mucho gusto Madison, soy Renata y él es Emilio— señaló al que no se había parado del sofá azul marino desde que llegué —no es muy sociable, pero cuando te ganas su cariño no hay quien lo despegue de ti.

El chico solo frunció el ceño al escuchar lo que la chica de ojos claros dijo.

Ahora que los veía con detenimiento podía jurar que todos ellos me figuraban a un grupo de chicos populares en su escuela, de esos de películas, ya que todos eran bastante visuales.

Félix desde siempre, Emilio si era guapo aunque siempre tuviera su rostro sin expresión. Renata era muy linda, tenía ojos color azul y su cabello color castaño, e incluimos a Susan, que ya saben como es, muy linda también.

—Mucho gusto chicos— dije sonriente cuando todos se había terminado de presentar.

Félix me miró de reojo y me tomó de la mano para entrelazar nuestros dedos para darme confianza y que no me diera pena estar frente a sus amigos.

Podía notar como Susan y Emilio se intercambian miradas, pero era lo que menos me importaba en este momento.

Estaba con mi novio, después de puras videollamadas, llamadas y mensajes cortos. Era como un regalo que me ha dado el destino y la escuela de Félix también.

Lastima que solo vino el grado de Félix y de sus amigos, pero como Christopher era mayor que nosotros, no estaba invitado al mismo viaje que ellos.

𝕊𝕦𝕞𝕞𝕖𝕣 𝕍𝕒𝕔𝕒𝕥𝕚𝕠𝕟𝕤~ 夏休み 𝕃𝕖𝕖 𝔽𝕖́𝕝𝕚𝕩 [𝕊𝕂ℤ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora