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Otra vez la misma canción en multimedia, la verdad, creo que le va bien al cap, y es lo que escuchaba mientras escribía

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Otra vez la misma canción en multimedia, la verdad, creo que le va bien al cap, y es lo que escuchaba mientras escribía. ¡Gracias por leer! ¡Disfruten!

***

NARRADOR OMNISCIENTE:

Leves rayos de luz se filtraban por el gran ventanal abierto de aquella modesta habitación. Las grandes telas que servían de cortinas se mecían conforme a las ráfagas de viento. 

La mañana estaba nublada. Las espesas nubes se encontraban muy grisáceas, de un intimidador tono muy oscuro. Tal pareciese que en cualquier momento habría una gran tormenta.

La joven Grace yacía acostada en la gran cama matrimonial, desnuda. Sus ropas se encontraban torpemente dobladas sobre uno de los sofás de la estancia del cuarto, gracias a Christopher.

Grace abrió los ojos, sólo un poco, despertando. Al hacerlo, volvió a cerrarlos por inercia.

Cielos... Se encontraba tan cómoda en aquella suave cama.

La joven se acurrucó, recordando vagamente lo sucedido la noche anterior, y estiró su brazo hacia el lado donde estaría recostado Chris para abrazarle. Grace arrugó el entrecejo al percatarse de que no hallaba el cuerpo del rubio, y sintiéndose vencida, abrió los ojos dándose cuenta de que Christopher no se encontraba a su lado.

—¿Chris? —lo llamó, ahora incorporándose de la cama, sin quitarse las sábanas de encima.

En eso, un rayo impactó, escuchándose demasiado fuerte, sobresaltándola. Todo el cuarto fue iluminado por segundos en consecuencia. 

Grace inspeccionó rápido la habitación con la mirada, ignorando la tormenta que se desataría, y efectivamente, no lo vio. 

—¿Chris? —insistió, ahora un poco más fuerte. 

Se levantó de la cama, tocando sus pies el frío suelo. Fue allí, cuando reparó en que su ropa se encontraba sobre uno de los sofás, y la del rubio no la miró por ninguna parte.

Así que, con el corazón en la boca, caminó hacia el baño, y abrió la puerta.

Nada. Él no estaba allí.

Fue al closet.

Tampoco. 

No estaba en la habitación.

Grace se puso una bata color perla de las que se encontraban en el baño y salió disparada del cuarto, en busca del rubio.

—¡¿Chris?! —lo llamó, pasando por el pasillo, corriendo escaleras abajo.

No había nadie.

Algo no estaba bien. Grace lo presentía. Esto estaba mal, completamente mal.

Fue al salón donde se había llevado a cabo la fiesta ayer, y al entrar no había nada.

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