28: Beauxbatons

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Por qué es mi cumpleaños hoy y no he subido en muchoooooos días aquí el capítulo:

—¿Son conscientes de que son criaturas mágicas que no perciben sueldo y trabajan en condiciones de esclavitud las que les cambian las sábanas, les encienden el fuego, lealimpian las aulas y les preparan la comida? —les decía Hermione furiosa

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—¿Son conscientes de que son criaturas mágicas que no perciben sueldo y trabajan en condiciones de esclavitud las que les cambian las sábanas, les encienden el fuego, lea
limpian las aulas y les preparan la comida? —les decía Hermione furiosa.

Algunos, como Neville, habían pagado sólo para que Hermione dejara de mirarlo con el entrecejo fruncido. Había quien parecía moderadamente interesado en lo que ella decía pero se negaba a asumir un papel más activo en la campaña. A muchos todo aquello les parecía una broma.
Ron alzó los ojos al techo, donde brillaba la luz de un sol otoñal, y Fred se mostró enormemente interesado en su trozo de tocino (los gemelos se habían negado a adquirir su insignia de la P.E.D.D.O.). George, sin embargo, se aproximó a Hermione un poco.

—Escucha, Hermione, ¿has estado alguna vez en las cocinas?

—No, claro que no —dijo Hermione de manera cortante—. Se supone que los alumnos no...

—Bueno, pues nosotros sí —la interrumpió George, señalando a Fred—, un montón de veces, para mangar comida y además allí conseguimos el pastel de cumpleaños de Laila. Y los conocemos, y sabemos que son felices. Piensan que tienen el mejor trabajo del mundo.

—¡Eso es porque no están educados! Les han lavado el cerebro y... —comenzó a decir Hermione acaloradamente, pero las siguientes palabras quedaron ahogadas por el ruido de batir de alas encima de las cabezas que anunciaba la llegada de las lechuzas mensajeras.

Trate de buscar una lechuza que fuera hacia mi pero no había ninguna, ¿mis abuelos estarían resentidos que decidí pasar mi verano con mi tía?
Nah, no lo creo, así no eran ellos.
Sin embargo Hedwig fue hacia su dueño y Hermione se calló de repente. Ella y Ron miraron nerviosos Hedwig, que revoloteó hasta el hombro de Harry, plegó las alas y levantó la pata con cansancio.
Harry le desprendió la respuesta de Sirius de la pata y le ofreció a Hedwig los restos de su tocino, que comió agradecida. Luego, tras asegurarse de que Fred y George habían vuelto a sumergirse en nuevas discusiones sobre el Torneo de los tres magos, Harry leyó la carta de Sirius en un susurro:

Esa mentira te honra, Harry.
Ya he vuelto al país y estoy bien escondido. Quiero que me envíes
lechuzas contándome cuanto sucede en Hogwarts. No uses a Hedwig. Emplea diferentes lechuzas, y no te preocupes por mí: cuida de Laila y de ti mismo. No olvides lo que te dije de la cicatriz.

Sirius

—¿Por qué tienes que usar diferentes lechuzas? —preguntó Ron en voz baja.

—Porque Hedwig atrae demasiado la atención —respondió Hermione de inmediato—. Es muy llamativa. Una lechuza blanca yendo y viniendo a donde quiera que se haya ocultado...
Como no es un ave autóctona...

Laila Scamander y El Torneo De Los Tres MagosKde žijí příběhy. Začni objevovat