#4
«Soy Laila Scamander Black»
Después de rescatar una antigua piedra, luchar contra un Basilisco y volver en el tiempo, Laila Scamander pensó que su cuarto año sería un nuevo comienzo. Con las dudas de su origen resuelto dirías que podría tener cie...
Aqui, el capitulo esperado por toda Latinoamerica unida (y españa por si alguien es de ahi)
Asi que cuando vean los [...] es porque se cambia de perspectiva y estará desde el punto de vista de Harry o de Laila.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
La profesora McGonagall, que llevaba una túnica de tela escocesa roja y se había puesto una corona de cardos alrededor del sombrero había salido primero de su despacho, ya que siento la subdirectora y obviamente como ella era, tenia que llegar muy temprano. Me quede sola en su despacho, viéndome en el espejo de cuerpo completo.
—Preciosa. Absolutamente preciosa—Morgana dijo con una sonrisa—. Harry estará tan arrepintiendo de no haberte invitado al baile.
—Harry es lo que menos me importa--sonreí tomando un poco la falda del vestido, dando una vuelta—. Esto lo uso mamá.
—A todos les darás envidia—Morgana apuntó, sin embargo hice una mueca cuando vi mi antebrazo, la marca de Morgana roja en mi antebrazo era un poco notable, por la tela algo transparente de las mangas. Tenia que evitar a toda costa que Malfoy o cualquiera que estuviera cerca mio, no lo notara. El estomagó me gruñía de hambre.
—Anwyl, es tiempo de irte o te perderás la comida--Morgana me aviso. Suspiré y asentí , me sentía algo desnuda sin Castiel que había sido mi compañero desde hace cuatro años, no había ni dos horas en las estuviéramos separados.
—Tu puedes, Scamander—me di apoyos mientras salia del despacho cerrando la puerta, la cola de mi vestido arrastrándose un poco—. Es solo una noche con las serpientes.
Comencé a caminar por los corredores vacíos, una parte de la explanada que había delante del castillo la habían transformado en una especie de gruta llena de luces de colores. En realidad eran cientos de pequeñas hadas: algunas posadas en los rosales que habían sido conjurados allí, y otras revoloteando sobre unas estatuas que parecían representar a Papá Noel con sus renos. Los de tercero para abajo ya debían estar en la cama y los de cuarto para arriba ya todos debían estar en el Gran Comedor comiendo, con los jueces y directores. A las puertas del Gran Comedor estaba Draco...me...me estaba esperando, traía una túnica bastante elegante y tambien muy cara, se notaba porque parecía hecha por dioses comparada a la túnica que la madre de Ron le había comprado. Tanto Crabbe como Goyle iban de verde: parecían cantos rodados cubiertos de musgo, y, ninguno de ellos había logrado encontrar pareja. El sonido de mis pequeños tacones resonando contra el suelo le hicieron levantar la vista,
—¿Y? '¿Que tal?—dije dando una vuelta—. ¿Me veo como una princesa? ¿Malfoy?—pero Malfoy no dijo nada, se me quedo mirando una y otra vez, como si se estuviera asegurando que yo fuera de verdad—....¿Draco?
—Potter de verdad fue un idiota al no invitarte—él se aclaró la garganta y trate de ocultar mi sonrisa.
—Eh....gracias, y...eh...lo siento si te hice esperar mucho.
