53: El huevo

3.1K 467 137
                                    

Harry hundió el huevo por debajo de la superficie de espuma y lo abrió

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Harry hundió el huevo por debajo de la superficie de espuma y lo abrió. Aquella vez no se oyeron gemidos: surgía de él un canto compuesto de gorgoritos, un canto cuyas palabras era incapaz de apreciar.

—Tendrás que sumergir también la cabeza —le indicó Myrtle, que parecía encantada con aquello de dar órdenes—. ¡Vamos!

Harry tomó aire y se sumergió, me puse sus gafas redondas y me di cuenta de lo borroso que era, me quede viendo al fantasma, sentándome en el suelo incomodamente, quedando solas yo y Myrtle.

—¿Ves a los prefectos muy a menudo?—dije alzando las cejas.

—Extrañaba a Harry—ella chilló—. A ti no tanto desde que te vi besarte con esa chica llorando.

Pensé en decirle en como no había sido mucho de un beso, si no de un roce de dos segundos o cuestionarle el porque se había quedado viendo como Fay me besaba pero Harry rompió la superficie de espuma y se sacudió el pelo de los ojos.

—¿Y que decía?—pregunté quitándome las gafas.

—Sí... «Donde nuestras voces suenan, ven a buscarnos...» No sé si me convencen... Espera, quiero escuchar de nuevo. —Y volvió a sumergirse. Tuvo que escuchar la canción otras tres veces para memorizarla. Luego se quedó un rato flotando, haciendo un esfuerzo por pensar, mientras yo lo observaba.

—Tengo que ir en busca de gente que no puede utilizar su voz sobre la tierra —dijo pensativamente—. Eh... ¿quién puede ser? 

—Eres de efecto retardado, ¿no? ¡Ay que hice mal contigo! Piensa, criatura que no utilizan su voz SOBRE LA TIERRA. Lo que te dije sobre Sirenas en la sala comun....

Nunca había visto a Myrtle la Llorona tan contenta, excepto el día en que la dosis de poción multijugos de Hermione le había dejado la cara peluda y cola de gato. Harry miró a su alrededor, meditando.

—Crituras submarias—él me dijo, Morgana en mi mente me dio la confirmación.

—Bueno, eso es lo que pensaba Diggory —le explicó Myrtle—. Estuvo ahí quieto, hablando solo sobre el tema durante un montón de tiempo. Un montón de tiempo, hasta que desaparecieron casi todas las burbujas...

—Criaturas submarinas... —reflexionó Harry en voz alta—. Myrtle, ¿qué criaturas viven en el lago, aparte del calamar gigante y las sirenas?

—¡Uf; de todo! He bajado algunas veces, cuando no me queda más remedio porque alguien tira de la cadena inesperadamente...

—Myrtle—la interrumpí—. Sin detalles.

—Bueno, ¿hay algo allí que tenga voz humana? Espera... —Harry se acababa de fijar en el cuadro de la sirena dormida y me miro.

—Si, hay sirenas en el lago negro, y las sirenas...eh...son conocidas por ser muy engañosas.

—¡Muy bien! —alabó Myrtle muy contenta—. ¡A Diggory le llevó mucho más tiempo! Y eso que ella estaba despierta... —con una expresión de disgusto en la cara, Myrtle señaló con la cabeza a la sirena del cuadro—, riéndose como una tonta, pavoneándose y aleteando. Aunque bueno, DIggory no estaba con la ayuda de una sabelotodo en criaturas mágicas—dijo apuntándome

Laila Scamander y El Torneo De Los Tres MagosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora