46: ¿Un baile?

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—¡Potter!, ¡Weasley!, ¿quieren atender?

La irritada voz de la profesora McGonagall restalló como un látigo en la clase de Transformaciones del jueves, y tanto Harry como Ron se sobresaltaron. La clase estaba acabando. Habíamos terminado el trabajo: las gallinas de Guinea que habíamos estado transformando en conejillos de Indias estaban guardadas en una jaula grande colocada sobre la mesa de la profesora McGonagall (el conejillo de Neville todavía tenía plumas) el mio como siempre estaba impecable y pensé en llevármelo pero McGonagall vio al pequeño dragón en mi hombro y los bowtruckles en mis bolsillos, alegando de que ya tenia demasiadas mascotas, y eso sin contar al gato en mi habitación y los animales en mi casa en Dorset.  Transformaciones era la clase en la que mejor me iba junto con cuidado de las criaturas mágicas, era mi favorita y me iba hasta incluso mejor que Hermione, era lo que defensa contra las artes oscuras era para Harry.

 La campana iba a sonar de un momento a otro. Cuando Harry y Ron, que habían estado luchando con dos de las varitas de pega de Fred y George a modo de espadas, levantaron la vista, Ron sujetaba un loro de hojalata, y Harry, una merluza de goma, sonreí y les saque la lengua infantilmente mientras la profesora no me veía. 

—Ahora que Potter y Weasley tendrán la amabilidad de comportarse de acuerdo con su edad —dijo la profesora McGonagall dirigiéndoles a los dos una mirada de enfado cuando la cabeza de la merluza de Harry cayó al suelo(súbitamente cortada por el pico del loro de hojalata de Ron) —, tengo que decirles algo a todos ustedes. »Se acerca el baile de Navidad: constituye una parte tradicional del Torneo de los tres magos y es al mismo tiempo una buena oportunidad para relacionarnos con nuestros invitados extranjeros. Al baile sólo irán los alumnos de cuarto en adelante, aunque si lo desean pueden invitar a un estudiante más joven... 

Lavender Brown dejó escapar una risita estridente. Parvati Patil le dio un codazo en las costillas, haciendo un duro esfuerzo por no reírse también, y las dos miraron a Harry, haciéndome alzar las cejas. ¿Un baile? Pense en como desde segundo año no pasaba las navidades con mis abuelos, y aunque extrañaba mucho pasar las navidades con mis abuelos, la idea de un baile no sonaba mal.

—Será obligatoria la túnica de gala —prosiguió la profesora McGonagall, hice una mueca, lo único que tenia eran faldas, no tenia ningún vestido ya que normalmente siempre hacía frió en Hogwarts, y mucho menos uno elegante, tampoco en casa, lo único que tenia era un triste vestido negro que fue para un funeral—.El baile tendrá lugar en el Gran Comedor, comenzará a las ocho en punto del día de Navidad y terminará a medianoche. Ahora bien... —La profesora McGonagall recorrió la clase muy despacio con la mirada—. El baile de Navidad es por supuesto una oportunidad para que todos echemos una cana al aire —dijo, en tono de desaprobación.—Pero eso no quiere decir —prosiguió la profesora McGonagall— que vayamos a exigir menos del comportamiento que esperamos de los alumnos de Hogwarts. Me disgustaré muy seriamente si algún alumno de Gryffindor deja en mal lugar al colegio. 

Sonó la campana, y se formó el habitual revuelo mientras recogían las cosas y se echaban las mochilas al hombro. La profesora McGonagall llamó por encima del alboroto:

—Potter, por favor, quiero hablar contigo.

—Estas en problemas....—canturée, riendo, y haciendo que me tirara un mechón de mi cabello pelirrojo—. ¡Hey que no ves que es un símbolo de apoyo hacia ti!

Salí con Fay de la clase, hablando de quien iba a ser su pareja, era obvio que yo y Harry íbamos a ir al baile juntos. Como cuando ya sabemos que nos vamos a sentar juntos en defensa contra las artes oscuras, y tal vez Ron con Hermione, era de lo mas lógico, seria como ir a un recreo solo que bien vestidos. Fay insistía ya en su vestido, le iba a pedir a su madre un  vestido de Francia color azul que combinara con sus ojos, la escuche atentamente, sonriendo por afuera pero por adentro sin saber que hacer, una vez me despedí de Fay, fui a los baños y me encerré.

Laila Scamander y El Torneo De Los Tres MagosWhere stories live. Discover now