54: La segunda Prueba 1/2

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La noche precedente a la segunda prueba, me arrepentí de no haber sido dura con Harry como Hermione lo había sido

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La noche precedente a la segunda prueba, me arrepentí de no haber sido dura con Harry como Hermione lo había sido. Debí haberle insistido con fuerza sobre el huevo, esto pasaba por dejar los deberes a ultima hora. Los cuatro estábamos en la biblioteca a la puesta del sol, pasando febrilmente página tras página de encantamientos, ocultos unos de otros por enormes pilas de libros amontonados en la mesa. Lo único que mi mente leía era la palabra agua y normalmente era para preparar una poción que no ayudaría en nada. Di un bostezó estaba cansada pero teníamos que seguir buscando, Aithusa II lanzó una llama a la vela para seguir manteniendola encendida.

—Creo que es imposible —declaró la voz de Ron desde el otro lado de la mesa

—Gran optimismo Weasley.—murmuré, suspirando

—No hay nada. Nada. Lo que más se aproxima a lo que necesitamos es este encantamiento desecador para drenar charcos y estanques, pero no es ni mucho menos lo bastante potente para desecar el lago.

—Tiene que haber alguna manera —murmuró Hermione, acercándose una vela. Tenía los ojos tan fatigados que escudriñaba la diminuta letra de Encantamientos y embrujos antiguos caldos en el olvido con la nariz a tres dedos de distancia de la página—. Nunca habrían puesto una prueba que no se pudiera realizar.

—Ahora lo han hecho —replicó Ron—. Harry, lo que tienes que hacer mañana es bajar al lago, meter la cabeza dentro, gritarles a las sirenas que te devuelvan lo que sea que te hayan mangado y ver si te hacen caso. Es tu opción más segura.

—Las palabras se están moviendo—dije viendo las letras en el libro, mis ojos muy cansados aveces se me nublaba un poco la vista y estaba muy segura que las palabras habían comenzado a vibrar.

—¡Hay una manera de hacerlo! —insistió Hermione enfadada—. ¡Tiene que haberla! 

Parecía tomarse como una afrenta personal la falta de información útil que había sobre el tema en la biblioteca. Nunca le había fallado.

—Ya sé lo que tendría que haber hecho —dijo Harry, dejando descansar la cabeza en el libro Trucos ingeniosos para casos peliagudos—. Tendría que haber aprendido a hacerme animago como Sirius.

—¡Claro, así podrías convertirte en carpa cuando quisieras! —corroboró Ron.

—O en una rana —añadió Harry con un bostezo. Estaba exhausto.

—Morgana fue un pájaro—murmuré cerrando mi libro y apoyando mi cabeza con sueño en la portada.

—Lleva unos cuantos años convertirse en animago, y después hay que registrarse y todo eso —dijo Hermione vagamente, echándole un vistazo al índice de Problemas mágicos extraordinarios y sus soluciones—. La profesora McGonagall nos lo dijo, ¿recordáis? Hay que registrarse en el Departamento Contra el Uso Indebido de la Magia, y decir en qué animal se convierte uno y con qué marcas, de qué color... para que no se pueda hacer mal uso de ello

Laila Scamander y El Torneo De Los Tres MagosWhere stories live. Discover now