Baekhyun, un joven doncel, acude al palacio del Sultán como candidato a desposar al Jeque Kim Tae Woo, sobrino del Sultán Park Chanyeol. Su belleza inigualable logró cautivar no sólo a su futuro esposo, si no también al rey de Arabia, y aquella atra...
El aburrimiento era uno de los peores enemigos de Baekhyun, otro de ellos era el encierro, y ahora se encontraba bajo el yugo de ambos. Si bien Chanyeol nunca le hubo prohibido disfrutar de sus libertades, no obstante Baekhyun quería disfrutar de esas libertades junto a Chanyeol. Una semana después de su arribo y seguía pensando en el Sultán, soñando despierto cosas mas bien sucias y que involucraban ropa escasa.
Cerca de las tres de la tarde, cuando le consumía la monotonía pensó en salir a dar un paseo, claro que primero debería informárselo al Sultán o al Visir. Abajo en el salón se encontró con Aslan dormido en el sofá, se preguntó si acaso Chanyeol estaba cerca pues el tigre nunca se apartaba demasiado de su amo. Dentro de poco apareció Minho junto a Chanyeol hablando sobre ciertos ladrones, según lo que Baekhyun logró oír.
- ¿Baekhyun?
- Oh, hola –saludó Baekhyun haciendo una reverencia ante la presencia de los dos adultos, un acto que estando a solas con Chanyeol no lo haría.
- ¿Ocupa algo, joven Baekhyun? –preguntó Minho amable al ver al chico tan nervioso.
- Voy a salir, sólo quería informárselo.
- ¿Solo? Es peligroso que salgas tu solo –refutó Chanyeol con visible preocupación.
Al oír tal argumento, Baekhyun pensó que el Sultán no le dejaría salir.
Instintivamente, la respuesta del felino ante las palabras dichas por Chanyeol fue saltar del sofá al piso y acercarse al doncel, como si de su guardián personal se tratara.
Chanyeol asintió embobado sin poder formular palabra. Entonces Baekhyun salió del palacio tras dirigirle una bella sonrisa algo coqueta que a Minho le pareció muy divertida.
- Debes dejar de babear por él si no harás nada para tenerlo.
...
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El sol acarició su cuerpo con fuerza, los ruidos del bazar eran apabullantes, todos los colores de extraños objetos y aún más de los alimentos llamaron la atención de los chispeantes ojos de Baekhyun. Los hombres y mujeres en el bazar lo reconocieron como el prometido del Jeque Kim, así como identificaron al fiel tigre de Chanyeol.
- Las cosas aquí son algo diferente de los bazares en casa –murmuró Baekhyun como si estuviera conversando con Aslan.
Muchos hombres y mujeres le miraban a su paso, analizando sus finas ropas y la pulida joyería que lucía; y dado que su traje cubría lo justo y necesario por seguro despertaba los mas bajos deseos de aquellos hombres.
Baekhyun pudo admirar las obras de Chanyeol, si bien los tenderetes era aún muy precarios, las casas del pueblo estaban en mejores condiciones de las que pudo ver en otros pueblos, o en el propio, y así parecía que el bazar contaba con lugares de especial atención, como aquella fuente a la que llegó, estaba algo apartada del ruido de los comerciantes y eso era renovador. El agua en el poso era cristalina y refrescante ante ese sol incandescente.
