Capítulo 10 🏀

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C H L O E

Al cambiarme y colocarme la camiseta y el short, me vi al espejo. Me quedadaba un poco grande, más de lo normal, pero estaría bien.

De hecho, me gustaba como me quedaba.

Y al salir de la habitación, Jack me tendió una mochila.

—¿Para qué es? —pregunté confundida.

—Guarde agua, cereales y un sándwich por si te da hambre en el camino, y una muda de ropa, para que te cambies —dijo orgulloso.

—¿Revisaste en mi maleta?

—Algo así —se limitó a responder—. Bien, vámonos o llegaremos tarde.

Subimos a la camioneta de Jack, y este se puso en marcha. Al llegar, vimos una cancha al aire libre. Estaba increíble.

La examiné de esquina a esquina, deslumbrada por el atardecer que relucía. Se veía realmente hermoso.

Y fue ahí cuando noté la mirada de varias personas. Incluyendo también, de la otra mitad de mi equipo, quienes había llegado detrás de nosotros, en el coche de alguno de ellos.

—Alza la cabeza, no muestres que te intimidan —murmuró Jack en tono de orden.

Alcé la vista, y vi a unos doce chicos con camisetas color negro y violeta, con el respectivo logo que parecía ser un gorila con la boca abierta, mostrando sus dientes de manera salvaje.

—¡Llegaron las princesas! —exclamó un chico del equipo de las gorilas.

—Mira quien se queja —dijo Jack, saludándolo con un abrazo.

Todos se fueron a saludar entre ellos, parecía conocerse desde hace tiempo y yo, bueno, quedé en segundo plano, ya no me miraban por suerte.

Hasta que se dejaron de saludar entre ellos y el chico que nos había llamado princesas dijo:

—¿No hablas o qué?

Su tono había sido brusco, así que lo miré seria.

—Si hablo, pero no me apetece hablar contigo.

No muestres que te intimidan.

La voz de Jack volvió a aparecer en mi mente.

—Oh, te aseguro que pronto querrás hablar conmigo, muñeca —dijo serio.

—No lo creo —mascullé dirigiéndome a las gradas, para dejar la mochila que me había dado Jack.

—Di tu nombre —pidió un chico que tampoco conocía.

—Anderson para ti, gorila —refunfuñé.

Al mirar a mi equipo, vi que estaban divertidos con aquella escena.

Malditos.

—¿Vamos a jugar o qué? —exclamé, ya cansada del drama que se montaban.

—Claro, pero no seré gentil —dijo aquel chico que aun no sabía su maldito nombre aunque sí sabía que era un completo idiota, por el hecho de haberme llamado muñeca.

¿Aquel chico moreno se creía con la capacidad de insinuar que en el futuro querría hablarle? Estaba muy equivocado.

Así que me esmeraría en patearle el trasero en el partido.

Una vez que el juego comenzó, Jack mandó a la banca a Evan. Quién fue reemplazado por otro chico que no recuerdo bien su nombre, pero tenía unos ojos muy bonitos de color azul, además, supuse que sería la otra parte del equipo nuestro.

Y como Evan no jugaría en el primer tiempo, hizo de árbitro, se posicionó en el medio y lanzó el balón al aire, para que Jack o el idiota logren desviarla a alguien de su equipo.

En este caso, el idiota logró desviarla, Joel la atrapó y empezó a correr mientras daba piques con el balón. Quiso hacerle un pase a Eros, quien estaba cerca del aro, pero un chico rubio del equipo contrario hacia muy bien su papel de defensa.

Así que corrí hasta Eros, esquivando al chico moreno que trataba de defenderme, y tomé el balón en el aire, al mirar a Eros este me dio una sonrisa de bien hecho.

Seguí trotando mientras picaba y esquivaba la defensa, hasta que llegué al aro y arrojé el balón con el movimiento de gancho. Al visualizar la pelota, di con que encesté.

Y casi enseguida mi equipo aplaudió y el idiota se quedó mirándome como si estuviera sorprendido.

—Me impresionas —dijo el idiota en mi oído.

Inmediatamente lo alejé y este gritó:

—Yo cubro a Anderson.

Y aquel chico que me estaba defendiendo, fue a cubrir a Jack.

Mierda.

Comenzamos nuevamente, pero esta vez fue más difícil, el idiota me perseguía a todos lados y si, así se juega.

Pero su sonrisa me fastidiaba demasiado.

El primer tiempo terminó tras diez minutos. Nosotros habíamos conseguido doce puntos, pero el contrario quince.

El segundo tiempo, íbamos veinte a veinticinco y Jack había decidido meter a Evan y sacar a Eros.

El tercer tiempo, volvió a entrar Eros y se fue el chico de ojos azules, cuyo nombre supe que era Jordan tras preguntarle.

En el tercer tiempo, todo fue muy bien. Los pases de los gemelos, eran seguros y no le erraban en ningún tiro, en esos diez minutos quedamos cuarenta a treinta y ocho.

Íbamos ganando y a l idiota se lo notaba cansado. Por ende ya no era tan rápido como yo. Es decir, yo también lo estaba, pero no iba a dejar que me ganase.

Estábamos a cinco minutos de terminar el último tiempo. Íbamos cincuenta y tres a cincuenta, seguíamos ganando, pero nada era seguro.

Y fue ahí, cuando el idiota recibió un pase y noté que nadie lo estaba defendiendo.

Nadie estaba en la base. Así que bajé, corrí tras él y cuando él iba a lanzar, me caí.

Específicamente, arriba de él.

El balón se desvió y no encestó.

De su parte recibí una cara que decía; ¿Qué carajos?

Me levanté, pero no pedí perdón.

Y cuando él se levantó, me miró a los ojos y murmuró:

—Eres una sucia tramposa.

 —Eres una sucia tramposa

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H O L A A <3

¿Cómo están? Espero que muy bien y que sigan disfrutando de la lectura <3

Gracias por el apoyo, no olviden de comentar qué les va pareciendo la historia que yo amo leer sus comentarios. 

Besos sabor badboy...

PD: Si sigue habiendo errores ortográficos lo siento mucho...

Los chicos de Chloe | PRÓXIMAMENTE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora