|Capítulo 31|

36.5K 4.7K 3.1K
                                    


El almuerzo fue más tranquilo de lo esperado, aunque los asquerosos besos que se daban no era muy satisfactorio de ver. 

Evan y Sasha charlaban animadamente, ambos se veían con ojos brillosos, como si ocultarán lo que en verdad sentían. Una de las casualidades más bonitas, era coincidir con alguien.

Estaba bebiendo de mi soda, cuando Joel habló:

 —Es hora de irnos. 

Él sí que estaba emocionado de ir a la playa.

Todos asentimos y comenzamos a levantarnos. Habíamos devorado absolutamente todo.

Aquellas tres chicas iban con las manos enlazadas de mis compañeros, Evan y Sasha iban abrazados. Eros por otro lado, iba junto a mi.

—¿Por qué no invitaste a una chica? —indagué.

Me parecía curioso que nunca trajera a alguien más.

—Digamos que...me estoy reservando para alguien —respondió Eros con expresión seria.

¿Reservarse?

Asentí a pesar de sentir curiosidad y seguimos caminando hasta la camioneta de Jack, para luego tomar nuestras cosas.

Al pasar por al lado de aquellas tres chicas, escuché murmurar a la chica que había estado besando a Jack:

—No puedo creer que la zorra esa haya venido.

¿De quién habla? ¿De Sasha? ¿De mí?

Eros me quitó mi mochila y se la colgó en su hombro, junto a su bolso.

—No es necesario que cargues mi mochila —dije tratando de quitársela.

—No pregunté qué opinabas.

¿Qué carajos?

Eros cambió su expresión de serio y luego sonrió coqueto, estaba bromeando. Menudo idiota.

Al bajar a la playa acomodamos las mantas en la arena, sombrillas y carpas que habían traído los chicos.

Me senté en la manta que estaba sentado Eros y me quité la camiseta, quedándome en short y bikini.

—¡Me debes 50 dólares! —exclamó Joel a Harvey, y este le tendió un billete.

Los miré confundida.

—Aposté a que disfrutaríamos verte en bikini—explicó Joel—. Y Harvey decía que eras plana, bien idiota salió.

—¿Puedes dejar de hablar de esa zorra? —se quejó la misma rubia que escuché murmurar.

El silencio reinó entre todos nosotros. 

¿Acaba de decirme zorra? ¿Qué carajos?

Joel carraspeó.

—Mira bonita, eres un polvo de Jack, pero no tengo problema en echarte. Así que yo que tú, aprendo a respetar —dijo serio.

—¡¿Jack?! —chilló la rubia mirando a Jack con ojos de cachorro.

—Nadie le falta el respeto a los nuestros, prefiero que te retires —aseguró Jack en tono serio mientras cruzaba los brazos.

Aquella rubia refunfuñó y se largó, seguido de sus dos amigas.

—¡Joder Chloe, es la segunda vez que me dejas con ganas! —se quejó Harvey.

—¡Eh! ¡Cuidado ese tono! —lo regañó Sasha a Harvey.

—Da igual, hay unas chicas en aquella barra mirándonos. Iré ¿Alguien quiere acompañarme? —dijo Joel, y acto seguido Jack y Harvey lo siguieron.

—¿Vamos al mar? —le preguntó Sasha a Evan y este asintió.

Me dejaron a solas con Eros. 

Y él está sin camiseta.

¡Santa madre!

—Chloe —me llamó Eros.

—¿Qué? —pregunté mirándolo.

—Estas buenísima y esa rubia estaba celosa, por eso te llamo zorra.

¿Acaba de decirme que estoy buenísima?

Sonreí.

—¿Cuándo te quitarás el short? Quiero estar cerca para apreciar ese momento —dijo sonriendo coquetamente.

—No me lo quitaré —dije negando con la cabeza.

Eros bufó y se cruzó de brazos.

Tomé el libro de mi bolso e intente usar la mochila como almohada, pero era demasiado incómodo.

Eros separó sus piernas, para luego tomarme de la cintura y acercarme a él. Mi espalda estaba apoyada en su pecho, y era demasiado cómodo.

—¿Mejor? —susurró en mi oído.

Tragué saliva y asentí.

—¿Qué leeremos? —indagó.

—Heist.

Los chicos de Chloe | PRÓXIMAMENTE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora