|Capítulo 43|

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El camino a casa había sido silencioso, demasiado para mi gusto.

Todo aquel escándalo, logró poner realmente mal a Joel.

Al llegar a casa, cada uno se dirigió a sus habitaciones. Steve seguía callado y tenso, como si estuviera muy afectado también.

Steve estaba colocando la ropa para dormir y lo ví, vi su mirada de tristeza.

-¿Qué te sucede? -pregunté, de repente sentandome en la cama.

Aún seguía con mi disfraz y descalza. Había perdido mis zapatos al arrojarselo a Jessica.

-¿Crees que tu madre te defendería como lo hizo Mara? -soltó serio.

Entendía porque lo preguntaba, sinceramente nunca había visto tan de cerca a una madre defender así a su hijo. En especial, porque Jessica también era su hija. O eso creí.

-Sinceramente no lo sé, me gustaría creer que sí -dije en un suspiro.

-¿Lo extrañas? -preguntó de golpe.

Sabía a que se refería, hace años no hablamos de nuestros padres. Quizá por no hacernos daño mutuamente, pero aún así teniendo dieciocho años, uno sólo quiere el cariño de la familia.

-Creo que no puedo extrañar algo que no tuve del todo, sabes que él nunca estaba en casa -respondí-. ¿Y tú?

Steve sonrió triste.

-Cada maldito día.

Era entendible, su madre no era mala. Si no amable y cariñosa, siempre le dije a Steve que la recordará de buena manera, que no la odie. Pero aún así, uno no puede evitar sentir remordimiento.

-Lo peor es que, no volvieron. Por momentos creí que algún día lo harían, pero no será así -dijo con los ojos cristalizados.

-Ven aquí -susurré acercándose para abrazarlo.

Años pasaron desde que nuestros padres huyeron juntos, pero sabía que a él aún le dolía. Mi padre no era uno ejemplar, y el hecho de que se haya ido, quizá fue lo mejor. Tener algo a medias, es simplemente mejor no tenerlo.

-Ellos decidieron dejarnos, nosotros no tuvimos la culpa como creímos que era. Ni mi madre ni tu padre tuvieron la culpa. Hemos estado juntos desde entonces, y siempre lo estaremos. Sabes que eres al único que le confío mi vida y que amo -dije apoyando mis manos en sus mejillas-Siempre juntos.

-Siempre juntos -aseguró Steve con una sonrisa.

Le dí un último abrazo y le ordene que duerma un poco.

Toda la casa estaba en completo silencio, no podía dejar de evitar aquel sentimiento de vacío y tristeza. Pero aún así, no dejaría que me consuma.

Tomé mi bata, junto con ropa interior y me dirigí al baño; para darme una relajante ducha.

La necesitaba.

Entre los estudios, mi madre que no sabe donde carajos estoy y los dramas que surgen de la nada, agotan mi estabilidad.

Al terminar de ducharme me coloqué la ropa interior junto con la bata, me peine y salí del baño.

Estaba caminando por el pasillo cuando una puerta se abrió y mi brazo fue jalado para adentrarme a dicha habitación.

Claramente, era Eros.

-Dame un poco de paz -rogué mirando el techo.

-Solo quiero que hablemos de lo que pasó -dijo nervioso.

Los chicos de Chloe | PRÓXIMAMENTE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora