Capítulo 13

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Se había levantado tan temprano como acostumbraba, 12:53pm, y estaba adormilado mientras comía unas galletas y un jugo; bueno, lo primero que encontró en la alacena, pues no tenía muchas ganas de cocinar y, por lo que observaba, lo había sido coci...

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Se había levantado tan temprano como acostumbraba, 12:53pm, y estaba adormilado mientras comía unas galletas y un jugo; bueno, lo primero que encontró en la alacena, pues no tenía muchas ganas de cocinar y, por lo que observaba, lo había sido cocinado también había sido devorado.
Sentado mientras miraba a un punto fijo de la cocina se preguntaba si lo que estaba consumiendo debía considerarse como desayuno o directamente pasaba a ser la comida del medio día, cuando su celular vibró.

Lo tomó con aburrimiento y lo desbloqueó para toparse con un mensaje de Uruguay.

"Hey, Méx, estábamos comiendo y decidimos hacer una reunión", rió, pues 'reunión' era una fachada para referirse a las pedas, "¿Vienes?".

Tomó una galleta y, después de comérsela, contestó.

"Clarínes, ¿a qué hora voy?", Ni siquiera tenía que preguntar el día, las pedas normalmente se hacían el mismo día en el que se planean.

Agarró el vaso y dió un trago a su jugo de naranja mientras miraba el "escribiendo..." de parte del uruguayo.

"¿Puedes venir a las 9pm?"

"A huevo, una peda desde temprano. Simón, ahí los veo".

Apagó el teléfono hasta que el contrario lo dejó en visto, en realidad no se enojó, no hablaba mucho con Uruguay, se llevaban bien, habían dejado en claro que se apoyaban mutuamente, pero el chico era alguien de pocas palabras.

Caminó hacia el televisor, que estaba encendido pero nadie lo estaba viendo.
Tomó el control mientras se sentaba y comenzaba a cambiar de canales, buscando uno que llamara su atención.

De reojo pudo ver como Edo. Méx, Sinaloa y Monterrey conversaban sentados en las escaleras, aunque el primero estaba emocionado, el sinaloense sonreía sonrojado y el regio miraba al suelo, avergonzado.
Le dió curiosidad el saber de que estaban hablando, pero sintió una mirada sobre él, por lo que volteó a todos lados hasta toparse con Ciudad de México.

-- Eh, ¿estás bien, wey? --preguntó México sin llamar la atención de los otros estados.

-- Sip.

-- ¿Estás seguro? Andas muy...serio --aunque la mirada de la capital era seria, podía percibir una pizca de odio.

-- Ya te lo dije, solo pienso.

Miró a Estado de México, quien solo se encogió de hombros y contestó moviendo los labios para que la ciudad no escuchase;-- Anda enojado el cabrón.

-- Oh --volteó nuevamente-- ¿por qué estás enojado?

-- Por nada --se levantó de su lugar dirigiéndose a la salida.

-- ¿A dónde vas?

-- A caminar --contestó y salió, dejando mas preguntas que respuestas.

Los dos estados, la pequeña capital y el país intercambiaron miradas.

¡Todos a por él!Onde histórias criam vida. Descubra agora