Capítulo 28

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No supo si fue porque tenía mucho sueño y todo le iba muy rápido, o si aquello de verdad no tardó mucho, pero España terminó, viniéndose dentro de él con la misma satisfacción de siempre

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No supo si fue porque tenía mucho sueño y todo le iba muy rápido, o si aquello de verdad no tardó mucho, pero España terminó, viniéndose dentro de él con la misma satisfacción de siempre.
Suponiendo que Nueva España ya iba a dormir, primero se vistió tomando las prendas del suelo y lo arropó como siempre hacía, saliendo de ahí.

Suspiró, resignado, aceptando que tendría que soportar eso sin saber con exactitud hasta cuando, y se volteó para quedar de lado, siendo lento porque sus caderas aún dolían. Durmió al instante porque ya tenía sueño, mucho antes de entrar a esa habitación, de hecho; consiguiendo hacerlo con una pequeña grabada en los labios, ya que recapituló lo mucho que se había divertido con su amigo.

Cuando despertó, se levantó, haciendo su mayor esfuerzo para disipar el dolor, y caminó para tomar uno de los trajes que usaba a diario, despacio, siendo cuidadoso.
Acabó, por lo que salió del cuarto para llegar al comedor.
Era probable que la hora de la comida ya hubiese pasado, lo sabía, pero le daba igual; solo debía buscar a una sirvienta, convencerla de darle de comer y listo. Además de que le gustaría comer solo, con sus pensamientos entreteniéndolo.

Llegó a la puerta y se asomó un poco para comprobar que no hubiese nadie en el comedor, lo que era incorrecto, todos sus hermanos estaban ahí sentados, comiendo.
Rodó los ojos fastidiado y entró sin discreción, caminando con todas las miradas sobre él hasta sentarse en la silla a un lado de su padre.
Una sirvienta e acercó rápidamente para dejarle el platillo junto a la bebida y los cubiertos, por lo que Nueva España agradeció con la cabeza, sonriéndole y comenzando a comer.

En cuanto a las otras colonias vieron la indiferencia del novohispano, siguieron con lo suyo, charlas con los hermanos que tenían a un lado.
Fue solo uno d ellos Capitanía General de Guatemala que se mantuvo observándolo.
Extraño, cierto, pero extraño; siempre prestaba atención a las acciones de su hermano, pero nunca se cuestionó el si se sentía solo, o apartado, o abandonado por su propia familia al no tener contacto con él. Ahora se sentía mal, poniéndose en su lugar, pensó en que tal vez a Nueva España no le gustaba estar solo, pero que no lo decía por timidez.

Sobre analizándolo, llegó a la conclusión con base a sus opiniones de que él se sentía mal por siempre ser ignorado.
Claro que el novohispano no pensaba eso, quien sí estaba afectado porque a él sí le afectaban los pequeños momentos de soledad -como en el que en ese momento se encontraba- era Guatemala. Su pequeña necesidad de no estar solo le hizo creer que quien no quería estar solo era su hermano, por lo que se armó de valor para por primera vez hablarle.

-- Ummm, oye… --le tocó suavemente el hombre para llamar su atención.

Él salió de sus pensamientos y lo miró con una expresión neutral, emitiendo un simple “¿mmm?”.
Por un momento maldijo no haber pensado un tema de conversación primero, pero no hubo problema, puede con facilidad hablar de cualquier cosa echando una mirada a su entorno.

¡Todos a por él!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora