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 Enero 2020


YoonGi llegó a su casa cansado, había tenido un día lleno de estrés, cuando entró a la cocina se encontró con la espalda de JiMin, al parecer su pareja estaba terminando la cena. Se escuchaba de algún lado el suave sonido de la música que solía escuchar JiMin, el chico meneaba sus caderas al compás y YoonGi no pudo evitar mirar esa zona. Observó como su pareja parecía estar tan sumido en su mundo, sin embargo cuando se percató que, debido a un movimiento brusco, un plato iba a caerse, se acercó rápidamente para poder atraparlo, asustando a JiMin en el proceso. 

El menor observó el plato en la mano de su pareja y sonriendo tímidamente lo agarró para ponerlo de nuevo en su lugar, no miró a YoonGi después de eso y se concentró en seguir haciendo la cena. 

YoonGi decidió irse a acostar un rato. 

JiMin escuchó la puerta de la habitación cerrarse y suspiró de alivio, no sabía en que momento se había tornado incómodo estar cerca de su prometido, no le gustaba y se sentía culpable de esa situación, más no podía hacer mucho, la vergüenza lo invadía cada que se acercaba a YoonGi impidiéndole hablar más allá de un saludo, de cierta forma también le dolía. 

Cuando la cena estuvo lista y servida en la mesa JiMin tuvo que prepararse mentalmente para hablar con YoonGi, la boda era en menos de seis meses y tenían que arreglar lo que tenían. 

Enfrente de la puerta sus nervios regresaron y le tomó unos segundos controlar sus respiración, sus manos sudaban un poco y no dejaba de frotarlas entre sí buscando calmarse un poco. Abrió la puerta, YoonGi estaba sentado con un libro entre sus manos, tenía el cabello húmedo y pijama puesta, se tomó la libertad de admirarlo un poco antes de que él lo mirara sin expresión alguna en su rostro. 

—La cena está lista— dijo en un tono más bajo de lo normal. 

YoonGi notó el nerviosismo de JiMin, pero decidió dejarlo pasar, seguía un poco herido tanto emocionalmente como con su orgullo. 

La cena transcurrió en un silencio un tanto abrumador para JiMin, él casi no comía, el hambre no llegaba a él. Su mente le recriminaba estar comportándose como un cobarde y no hablar todavía con YoonGi, aunque tampoco es como que quisiera arruinar la cena de su pareja. 

Un rato después la desesperación le ganó al menor y decidió hablar.

—Quiero explicarte exactamente qué pasó, Hyung— YoonGi lo miró.— Llegué a casa de TaeMin y él me dijo que podía pasar la noche ahí, le dije que teníamos un pequeño problema y que no quería pasar la noche en casa, estaba llorando y el me abrazó. Me acarició la cabeza y espalda, no con mala intención, solo buscaba tranquilizarme. No sé en que momento el me besó, no supe que hacer, literalmente no hice nada— JiMin ya había empezado a llorar— Me empezó a tocar mis piernas, me sentí mal y un poco sucio, no disfruté ninguna de sus caricias y cuando él intentó meter la mano debajo de mi playera fue que mi cuerpo reaccionó y me alejé— 

JiMin alzó su mirada, en todo su relato no se había atrevido a observar a YoonGi, no quería ver la decepción en su rostro y mucho menos su dolor y tristeza. Le había fallado, estaba consciente de ello y no podía dolerle más de lo que lo hacía. No merecía a YoonGi, su mente se lo repetía una y otra vez, si solo hubiera actuado a tiempo y no haberse dejado tocar tanto, tal vez no se sentiría tan mal.

—Sé que te afectó la noticia de mi posible hijo, no estabas en el mejor estado para actuar y el imbécil de TaeMin debió haberlo notado, y si no fuera así, con solo el hecho de que estás comprometido conmigo es razón más que suficiente para no hacer ningún movimiento como ese hacia a ti. Sí, estoy enojado, tal vez contigo solo un poco, pero definitivamente con él es mucho mayor— 

¡Cuidando Al Hijo De Mi Ex!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora