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Bajé y me encontré con Luciana en la cocina.

— ¡Barbie!— reaccionó nerviosa al verme.

— ¿Qué pasa Luciana?— me preocupé porque estaba nerviosa y Luciana no es de ponerse nerviosa ante nada.

— Nada hermanita— se acerca a mí—. ¿Sabes si Zabdiel tiene planes para esta noche? Porque estoy planeando regalarle una velada romántica.

No me molestó el hecho de que quisiera estar con Zabdiel. Me preocupaba que aún siga actuando nerviosa.

— Si quieres le aviso, estoy segura de que no tiene planes— me di la vuelta.

Antes de que subiera los escalones, Luciana estaba dirigiéndose a la salida con mucha prisa.

Aún seguía preocupada. Subí a su habitación de manera inconsciente a buscar respuestas. Revisé todas sus cosas, ropero, abajo de las almohadas, abajo el colchón, abajo de la cama. Entré al baño y estaba un poco desordenado. Revisé hasta el basurero, había varios papeles envueltos algo sospechosos. Sin pensarlo metí la mano con un poco de asco. Desenvolví algo de entre los papeles. Espera, ¡una prueba de embarazo! La cual afirmaba que sí estaba embarazada. Eso explica sus nervios.

Me senté en el piso del baño a pensar. ¿Cómo le diría a Zabdiel de esto? Porque estaba muy segura de que ese hijo que ella está esperando no es de él sino de con quién estuvo por ahí cuando duró un mes en una supuesta Villa con unas supuestas amigas.

Pero no, no podía ocultarle tal cosa a Zabdiel. Sé que está mal, pero peor fue lo que ella le hizo. No tiene perdón. Reconozco el pecado de los tres pero ya un embarazo de otro teniendo a su novio es mucho peor que nada.

Me dirigí a mi habitación donde estaba durmiendo Zabdiel. No quería despertarlo pero tenía que decirle la verdad. Me recosté en la cama a observarlo dormir mientras seguía con mi dilema de despertarlo o no; de decirle o no.

Esperé casi 3 horas a que se despertara y seguía apretando la prueba de Luciana con mis manos.

— ¡Hola amor!— Zabdiel se cuaja y me abraza.

— Tenemos que hablar— le dije rápidamente.

Él se asustó. Se sentó a mi lado esperando a que le dijera lo que le tenía que decir. Abrí mis manos y le pasé la prueba.

Él la sostuvo por unos minutos sin decir nada.

— ¿De quién es Bárbara?— rompió el silencio—. ¿Te metiste con Frederick durante los meses que no estuve presente?

— ¡No!— me alteré—. Es de Luciana.

Suspiró y se rió.

— Luciana y yo nunca hicimos nada— me miró fijamente—. ¿Sabes lo que significa?— tragó en seco.

— Que te engañó— dije con la voz entrecortada.

— Era algo que ya me lo imaginaba— me miró molesto—. Pero ya no importa. Estoy contigo y es lo que más me hace feliz.

Se levantó de la cama. Me levanté atrás de él.

— ¡Espera!— lo tomé por el brazo—. ¿No piensas hacer nada?

— No— se encogió de hombros.

— Ella me preguntó que qué ibas a hacer esta noche. Creo que irá a prepararte una velada romántica o algo así— dije algo molesta.

— Me imagino que para qué.

— ¿Para qué?— pregunté algo ingenua.

— Es obvio Barbie— se acercó a mí—. Iba a querer arreglar las cosas conmigo, me preparará una cena, par de copas de vinos y a la cama. Luego varias semanas dirá que está embarazada. ¿Crees que soy tan idiota?

— Tiene sentido lo que dices— me rasqué la cabeza.

— Bárbara— me abraza y me besa en la frente—. Todo estará bien te lo prometo. Luciana pensó que iba a engañarme más de la cuenta pero no pasará. No hablaremos con ella, no le hagamos saber que sabemos lo de su embarazo.

— ¿Y qué haremos Zabdiel? Porque en verdad no entiendo nada, no sé que hacer. Luciana va a matarme del estrés, literalmente.

— A lo mejor ésta sea una buena oportunidad para ir acercándonos más delante de ella. No lo sé, que paso a paso se entere de lo nuestro.

— ¿Quieres que nos mate verdad?

— No podrá hacerlo. Porque le diremos que sabemos lo de su embarazo el cual no es mío y no nos podrá hacer absolutamente nada.

—¿Y tu crees que Luciana se quedará con los brazos cruzados así por así?— reí.

— A lo mejor sí, a lo mejor no. Pero ella no podrá con lo que tenemos. Te lo prometo.

Me besa en la frente.

Cuñado |Zabdiel de Jesús|Where stories live. Discover now