Yo cuido a los mios

312 32 57
                                    

Un teléfono comienza a sonar temprano, se escucha como si el aparto estuviese realmente lejos, pero era solo producto que la joven dueña del teléfono apenas despertaba.

- ... tan temprano y hoy que podía dormir un poquito más. – Bonnibel despertaba apenas, pero era impactante e impresionante como alguien podía lucir tan bien tomando en cuenta que apenas salía de su letargo. – ¡teléfono! Reaccionó de inmediato al reconocer su tono de llamadas. – ¿diga?

- ¡Hija! Buenos días, lamento llamarte tan temprano, pero ansiaba oír tu voz.

- ¡Papi! Para nada, no hay problema, yo también deseaba mucho oírte, pero solo habíamos podido mensajearnos.

- Así es mi muñequita, ¿qué tal todo? ¿Has estado comiendo bien? ¿qué tal van las cosas en la universidad?

- Bien, he estado comiendo adecuadamente, en cuando a la universidad, como supuse, la primera semana es bastante floja, así que todo tranquilo y en cuanto a el ambiente, muy bien, he hecho bastantes amigos, y son todos muy amigables e impresionantes... - al decir aquello ultimo un rostro en especial vino a su mente.

- Me alegra tanto oír eso cariño, sabes... hay algo que debo decirte.

- Ay eso no se oye muy bien... - respondió preocupada la pelirrosa.

- No te preocupes, no es nada grave es solo que... es solo que... - "trae acá" se oyó una voz junto al sr Bubblegum.

- Hola mi tesoro, es mamá, lo que tu padre no se atreve a decir es que han ocurrido un par de situaciones por lo que deberemos quedarnos aquí una semana más.

Bonnibel enmudeció, aquella noticia no se la esperaba, se suponía que en solo dos días más estaría abrazando a sus queridos padres.

- Pero... - quiso enfadarse... sin embargo rectifico de inmediato, ella no era una niña, ya era momento de que actuara con más comprensión. – está bien mamá, yo... entiendo.

- Ay mi cielo, muchas gracias, te prometo que serás compensada. No tenemos claro cuando podremos regresar, pero en cuanto estemos juntos haremos todo lo que tu desees.

- ¡De acuerdo! Espero que no sea demasiado tiempo, pero no se sobre exijan, yo estaré bien, recuerden que Anie y Sophie están aquí y me cuidan.

- Lo se hija, bueno, ya debemos colgar, tenemos mucho que resolver – adiós, cuídate, te amamos, llámanos si surge algo – se despidieron al unisonó el matrimonio y finalmente cortaron.

Bonnibel dejo salir un suspiro acompañado de un gesto triste, esta bien... solo debía tener paciencia. Debido a la llamada ya no tenía ni pizca de sueño.

- Que remedio, comenzare a arreglarme, al menos tendré tiempo para hacer todo con calma – se dirigió perezosamente a su armario a revisar que se pondría para aquel día... el cual era la demostración de talleres, y solo una cara venía a su mente. Sin darse cuenta comenzó a alistar un atuendo completamente negro- "le gustara a.." – un sonrojo explosivo surco su rostro e impresionada del pensamiento que la había asaltado arrojo las prendas al suelo aun con el rostro encendido – ¿por qué tengo que arreglarme a su gusto? – con un gesto confuso y enfadado comenzó a buscar otro atuendo, tomando entre sus manos un delicado y hermoso vestido color gris perlado con detalles en rosa pálido – no pienses estupideces... - dijo para si misma la joven, busco lo faltante acomodando todo en un su cama y de una vez se fue a duchar.

A pesar de lo temprano que era, no era la única persona que ya iniciaba su día, una pelirroja bastante bulliciosa tenia su casa casi dada vuelta, arrojaba cosas de un lado para otro y movía muebles como lunática.

Perfectamente Imperfectas Where stories live. Discover now