Ha llegado el día parte 2//Final

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Mathew POV:
Estaba listo para recibir a Hanna en la iglesia, todos los invitados vestían muy elegantes y al igual que yo podían notar el nerviosismo que sentía en ese momento. Habían pasado unos cuantos minutos desde que empezó la ceremonia o bueno estaba por empezar, todo estaba listo, los gemelos se veían hermosos. Amy cargaba junto con Noah la canasta donde se encontraban los anillos y vestían de color rojo, Amy con un vestido y Noah con un traje.

Me encontraba de pie frente al altar, sonriendo de vez en cuando al sacerdote que lo notaba un poco apurado por empezar la ceremonia, a mi frente en primera fila estaban los padres de Hanna y a un costado los míos. En la segunda fila estaban nuestros amigos Kathe y Julen, ellos habían sido unas grandes personas con nosotros, nos ayudaron a estar juntos y han sido nuestros cupidos en todos estos años. seguido a las dos primeras filas estaban todos los invitados habidos y por haber. En ese momento me di cuenta que Hanna tenía demasiada gente conocida, pues toda la mayoría de invitados eran amigos de ella y como no, si toda la vida fue la chica popular, el centro de atención, ella conocía a medio mundo y cautivaba a cualquier persona con esa cálida sonrisa que expresaba con timidez cuando conocía a alguien.

El sonido del coro de la iglesia junto a un piano viejo me llevó a la realidad de nuevo. Empezaron a tocar la típica canción de bodas, que no estaba nada mal, en ese momento me parecía la melodía más hermosa como si la hubiera escuchado por primera vez.

Poco a poco vi salir de una puerta de cristal a la mujer más hermosa de la tierra, era un ángel caído del cielo; su cabello rubio dejaba caer unos rizos definidos que colgaban por su espalda, llevaba puesto una pequeña corona en su cabeza que sujetaba al velo por detrás. Se iba acercando hacia mi y sentía mi corazón latir al mil por hora, ese vestido que llevaba puesto era el mejor vestido que había visto en la vida, tenía un escote por la espalda que se podía visualizar toda su tersa piel llena de brillitos cual cielo estrellado, en la parte de adelante el escote era más moderado algo que me tranquilizaba un poco. Además tenía un terminado fino y elegante, los filos del vestido se adornaban con pequeñas lentejuelas de color plateado, la parte del torso era ajustado a su cuerpo con una tela un poco transparente y por debajo una tela más gruesa que permitía cubrir lo necesario y mientras iba bajando se iba abombando hasta quedar como una campana, Hanna tranquilamente podía esconderse en el. El velo que llevaba medía más que lo que mide ella, eran tan largo que se arrastraba desde la entrada de la iglesia y no encontraba el final. Cada vez que se acercaba podía percibir ese aroma a vainilla que la diferenciaba, era un olor tan suave que mis pulmones se acolchonaban cuando lo exhalaba. Su padre me sonrío cuando llegó frente a mi, yo le devolví la sonrisa y estreché mi mano para sujetar a Hanna en lo que ella subía unas pequeñas gradas, él me entregó a su hija con tanto amor y yo iba a mantener ese amor intacto.

-Te ves hermosa, Hanna_ dije con una sonrisa en mi rostro, la sonrisa más grande que había tenido en mi vida.

Hanna sonrió y sus mejillas se ruborizaron.

La ceremonia había comenzado, todos de pie escuchaban las canciones del coro, las oraciones del sacerdote y en general. Yo no me lo creía era un sueño todo esto, pero tenía miedo que tanta felicidad se desmorone al instante. Sabía que Hanna estaría siempre para mi, más ahora que será mi esposa, sin embargo el miedo que uno tiene de perder lo que más ama en la vida es algo normal en las personas, nadie quiere perder a un ser amado de cualquier forma. La familia que he formado con Hanna, mis hijos, ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida. Nunca me perdonaría que por fantasmas del pasado Hanna se vaya de mi lado para siempre.

-Mathew Warren, ¿aceptas como esposa a Hanna Jhonson y prometes amarla, cuidarla y respetarla, estar con ella en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?

No hubo respuesta.

-¿Mathew?__ dijo Hanna con una sonrisa discreta__ ¿Estás bien, cariño?

Miré a Hanna con tanta dulzura, sonreí en mis adentros pero en realidad quería llorar, quería abrazarla como un niño pequeño y pedirle que no se vaya nunca, que no me deje a pesar de todo, quería decirle lo mucho que la amaba aunque ya lo sabía todo el tiempo se lo recordaba pero nunca me cansaría de decírselo. Tengo tanto miedo de perderla, sé que eso no sucederá pero la quiero tanto que temo, temo por arruinar algo por más mínimo que sea, temo por no ser el hombre que ella quisiera, no quiero decepcionarla, quiero ser el hombre perfecto para ella, porque Hanna es perfecta y necesita a alguien a su altura, ella necesita a la persona más buena, con el corazón más puro que pueda existir, Hanna necesita a alguien como ella, con esas cualidades que la resaltan, con ese humor que sacar una sonrisa a cualquier persona, con esa mirada tan tierna que derrite al mismo Iceberg; ella necesita a alguien como yo. Soy su complemento, su otra mitad. Tal vez no sea exactamente lo que algún día soñó con tener, pero estoy seguro que nadie más la amará tanto como yo, nadie la entenderá con solo mirarla, nadie la espiará tanto en un balcón como yo lo hacía para lograr conquistarla. No quiero sonar egocéntrico, pero Hanna y yo somos el uno para el otro y por eso estamos aquí, frente a Dios y a este noble sacerdote que está esperando mi respuesta para continuar con la ceremonia, estamos aquí porque estamos destinados a vivir una vida juntos, somos ese hilo rojo del cual muchos mencionan en sus libros y películas. Somos el vivo ejemplo de que el amor cuando es verdadero cruza ríos y montañas, mares y tormentas, lluvias y sol para estar juntos. Somos eso que llaman amor verdadero.

-Sí, acepto__respondí mirando a Hanna __ Acepto amarte y respetarte, estar contigo en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe.

-Hanna Jhonson, ¿aceptas a Mathew Warren como tu esposo y amarlo sobre todas las cosas, respetarlo y estar con el en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?

-Sí, acepto__apretó mis manos con ternura, no podía sostener tanta felicidad, se notaba en esos ojos azules que brillaban con cada palabra que mencionaba el sacerdote.

-Siendo así, por el poder que me confiere la iglesia los declaro marido y mujer. Puede besa...

No esperé a que él me diera la señal para poder besarla, mis labios ya estaban junto a los de Hanna, estaba tocando las nubes, me sentía en el mismo cielo, esos labios rojos y carnosos se movían con suavidad, no podía controlarme quería matarla a besos, podía quedarme así toda la vida.

Escuché los aplausos provenientes de todas las personas que se encontraban de espectadores, mis padres lloraron de la emoción y se acercaron a abrazarnos, los padres de Hanna hicieron lo mismo y la gente empezó a acercarse para felicitarnos. Cargué a mis hijos en cada brazo y les dí un beso, estaban felices al igual que nosotros.

-Ahora somos una familia__dijo Hanna acercándose a nosotros__ y nadie nos separará, ni aquellos fantasmas del pasado.

Te amo, mi vecino espía.

Mi vecino es un espíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora